Bell, nuestro joven protagonista, después de pasar varios días sin poder conseguir una familia y ser rechazado muchas veces, decide dejar de intentarlo pero recordó algo importante...No siempre se necesitó de un falna para ser un héroe, por lo que a...
—¡¿Qué?! ¡¿Terminaste en la habitación de Haruhime?!
—S-Sí. Es una larga historia, pero ¡No hicimos nada de lo que piensas!
—¡Ja! No me vengas con eso ¿De verdad esperas que te crea? Pasaste toda la noche en la habitación de una prostituta y ¿quieres que me trague el cuento de que no hiciste nada? Ni en las historias más fantasiosas ocurre eso.
—¡Es la verdad!
La conversación transcurría entre un albino visiblemente nervioso y una joven amazona que, con una mezcla de diversión y escepticismo, lo acorralaba con preguntas. Su actitud animada y su sonrisa burlona le recordaban demasiado a una de sus novias.
La morena lo bombardeaba con preguntas sobre la persecución de la noche anterior, cuando casi todas las mujeres de la familia Ishtar intentaron devorarlo, incluida ella.
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
—Aunque es extraño que Aisha no haya querido agarrarte. Supongo que te creeré por un momento.
—Aisha dijo que por el miedo de haberle hecho algo a Haruhime se le fueron las ganas, pero para evitar que le nazcan de nuevo hablamos sobre cuentos de héroes por toda la noche.
—¡Oh! ¡Buena idea! Aunque no lo parezca, Aisha siempre ha sido aficionada a ese tipo de historias.
—Sí, en especial de las escenas +18.
Una gota de sudor bajó de la frente del conejo al comentar aquello, rememorando la plática entre él y las dos mujeres durante la espera del amanecer.
Se encontraban en las alcantarillas bajo el distrito del placer, un lugar oscuro, nauseabundo e inhóspito. Pero, por alguna razón, ese era el objetivo de un dúo de personas en particular, quienes caminaban delante de los escandalosos jóvenes que no dejaban de producir eco por sus constantes gritos.
—¡Tsk!
El chasqueo de una lengua no se hizo esperar al ver de reojo la escena, demostrando un enojo incrementado. El responsable era un hombre lobo, llamado Bete, con evidente disgusto por el conejo detrás suyo, uno que no podía ocultar por más que quisiera.
—¿Te sientes bien, Bete?
—¡¿CÓMO MIERDA VOY A ESTAR BIEN?! ¡POR CULPA DE ESA MALDITA ANCIANA ES QUE TENGO QUE TRABAJAR CON ÉL! ¡ELLA USÓ LITERALMENTE A ESE CONEJO COMO UN MÉTODO DE CASTIGO!
—¡P-Perdón por preguntar!
La mujer al costado del lobo, una chica de cabello negro que llegaba hasta sus hombros y unas gafas reposando sobre su nariz, de nombre Line, al ver la inquietud de su acompañante al lateral, le cuestionó aquello con preocupación. Sin embargo, la reacción de este fue de todo menos amable, perdiendo los estribos y señalando de forma acusatoria al chico que se ubicaba metros atrás.
Cuando el par de grupos de dos se encaró debido a esta declaración, Bell sintió sudor bajándole de la frente, mostrándose avergonzado ya que el miembro de la familia Loki tenía razón.