Éramos dos almas destinadas a una eternidad en el infierno.
[Era suya por la eternidad.]
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Puesto: #3 en categoría Vampiros 18/01/16
° Esta obra es mía.
° (+17) Violencia, contenido adulto, escenas sexuales. Queda a tu cargo leer.
°Ésta novel...
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CATHERINE
Nuestros cuerpos estaban juntos, movía mi cuerpo de una manera sensual y provocativa, haciendo que su agarre en mi cintura fuera aún más fuerte.
— Hules extremadamente bien — susurró pellizcando mi cuello con sus colmillos haciendo que ahogue un gemido.
— Y tu estas extremadamente sexy — una sonrisa burlona apareció en sus labios.
Bien, tal vez mañana me arrepentiría de decir aquello, pero en ese momento solo quería divertirme. Estaba demasiado borracha como para pensar con claridad.
— No me gusta que otros hombres vean lo que es mío.
— ¿Ah, sí? Me lo han dicho mucho esta noche... — me atreví a decir, arqueando una ceja y acercándome peligrosamente a sus labios.
— No juegues conmigo — hizo una pausa —. Eres mía, solo yo puedo causar esto... — dicho eso unió nuestros labios en un beso apasionado, dominante y salvaje.
Mi cuerpo reaccionaba de una manera diferente con él y de una manera contraria a mi cerebro, pequeñas descargas se enviaban por mi cuerpo al sentir el contacto de su piel en la mía. Mis piernas parecían gelatina y tenía la sensación de que mi corazón iba a salir de mi pecho. Nunca había sentido tanta atracción con un chico como con Alec, y eso me gustaba y asustaba en partes iguales.
Envolví mis manos en su nuca atrayéndolo más a mí, mientras sentía una de sus frías manos en la parte baja de mi espalda y otra en mi cabello, profundizando más el beso. Dejó mis labios y los llevó hacia mi cuello, mordiendo y dejando húmedos besos, mientras nuestros cuerpos seguían bailando al ritmo de la música, y cuando las ondas sonoras hicieron eco en mi mente, fue cuando volví a la realidad.
— Aléjate — su cuerpo se tensó, pero no me soltó. Intenté alejarlo de mí aunque era algo inútil.
— Yo decido cuando alejarme.
— Sucede que yo – reafirmé el "yo" he hice una pausa —. No quiero estar cerca de ti, así que si no te vas tú, me voy yo.
Al fin mi cuerpo había escuchado las súplicas de mi mente y estaba actuando con sensatez. Di media vuelta soltándome de su agarre en un ágil movimiento y tratando de caminar, el alcohol aun hacia efecto en mi cuerpo haciendo que cada dos o tres pasos me tambaleé y tenga que sostenerme de algo o alguien.
— ¡Catherine! — escuché los gritos de Alec y traté de acelerar mi paso, saliendo del bar hacia las frías calles.
Intenté colocar el patrón de mi celular, pero me era inútil, mis dedos parecían no querer cooperar así que me reusé a caminar, ya que sabía que no habría ningún taxi a estas horas de la madrugada.
