XXXV

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Capítulo XXXV: "Lo perfecto de lo imperfecto."

Y aquí estábamos en las frías noches inglesas caminando los dos tomados de la mano.

— Comamos algo. — sonríe divertido mirando el supermercado abierto las veinticuatro horas.

— ¿Pero si me has hecho poner unos jeans y nos hemos lanzado por el balcón? No tenemos dinero.

— Siendo un vampiro original, no lo necesitas.

Asiento indecisa mientras ambos nos adentramos al supermercado.

— Coge lo que quieras, iré a hablar con el dueño.

Alec camina hacia el mostrador y comienza a hablar con un joven adolescente que estaba de turno.

— Todo listo — corre hacia uno de los pasillos y toma un tarro de Nutella —, cortesía de la casa. — me guiña un ojo y extiende el pote de Nutella abierto.

Sonrío de lado y sumerjo mi dedo en ella, para luego llevarlo a mi boca.

— Perfecto.

Ambos reímos y seguimos caminando por todo el lugar mirando lagunas cosas.

— ¿Lo has manipulado?

— Algo así — agarra una peluca rosada y se la coloca, suelto una carcajada — ¿Crees que me va bien el color?

— Creo que aún con esa ridícula cosa, eres sexy.

— Deberíamos aprovechar para hacer los regalos de Navidad — toma unos pechos de plástico con exagerados pezones rojos — Oye esto le iría bien a Gab, la pobre es una tabla.

— ¡Oye! Llega a escuchar eso y se suicida — río mirando de forma rara a la enorme muñeca con la exagerada boca en forma de "o" — Ésta es Marta, Marta él es Alec y requiere de tus servicios.

— No necesito esa mierda.

— No ofendas a Martita — le regaño — ella es tan cariñosa y hasta es silenciosa, sin duda la mejor amante.

— Lo que sea — sigue caminando — ¿Tal vez necesites esto? — me enseña una caja con un vibrador dentro.

— Ni lo sueñes.

— Sería divertido...

— Alec — advierto sonriendo —, mejor vamos a la sección de dulces.

— O de alcohol, estoy seguro que con algo de alcohol en tú sangre me lo pedirás de rodillas — enciende el juguete sexual, que comienza a vibrar encendiendo luces, se acerca y comienza a picar mi mejilla con ello —, con luces y todo.

Niego sonriendo y camino hacia las botellas de vodka, cojo una y sin pensarlo le pego un trago.

— ¿Que haremos ahora?

— No lo sé — bebe un trago de refresco — ¿Que tal sexo en los pasillos de un supermercado?

— ¡Alec!

— Bien vamos, algún día te arrepentirás.

...

— ¿Crees que sea buena idea?

— Siempre tengo buenas ideas Cath — se encoge de hombros y mira el parque de diversiones cerrado —, será divertido.

— Ya lo creo...

Alec me carga en sus hombros y se acerca al alto mural, hace que me pare en sus hombros mientras me sostengo del borde del muro.

— Joder... esto es la mierda, aunque tengo buena vista de tu trasero.

Eternos I: Suya por la eternidad. (+18) |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora