Capítulo 9 - Magos y Mutantes

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Pietro trató de caminar a la velocidad normal de un humano pero le fue casi imposible

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Pietro trató de caminar a la velocidad normal de un humano pero le fue casi imposible. Dejó estelas de color azul al pasar entre un pasillo y el otro. Estaba desesperado, buscando a su hermana. Sentía que algo terrible le había sucedido. Estaba a punto de perder la cabeza cuando de repente vio a su hermana entre los brazos de Loki. La calma llegaba volvió a su cuerpo. En un principio ignoró la situación de encontrar a su gemela abrazada al mago asgardiano y atravesó el gran arco de mármol, que era la entrada del Valle de las Memorias.

—Wanda —la voz de Pietro sonaba aliviada—. Estas bien.

La menor de los Maximoff trató de zafarse de Loki pero éste la apretó como si se le fuese la vida en ello.

—¿Por qué no tendría que estarlo? —logró hablar. Loki la soltó.

—No te sentía. Pensé que...

—¿Estaba muerta? —soltó Wanda como si dijera cualquier trivialidad.

Loki y Strange intercambiaron una mirada cómplice.

—Estoy bien —ella se puso de pie y miró alrededor—. ¿Cómo he llegado a...? —se detuvo miró al Supremo—. ¡Oh señor! —inclinó su cabeza—. ¿Cuándo ha llegado?

Strange chasqueó la lengua.

—¿Que dijimos de las formalidades? Nada de eso ¿De acuerdo?

Pietro los observó a todos. Pudo percibir que algo más había sucedido y no querían compartirlo con él.

—Fue muy extraño hermana. Por un momento dejé de percibirte.

—Se ha desmayado —dijo Loki rápidamente—. Llévala a su alcoba. Estará mejor en cuestión de minutos —le indicó el moreno al gemelo.

—¿Me he desmayado? —Wanda se sorprendió—. Pero...

—Shhhh, querida. Ve a descansar un poco —se acercó Loki e inconscientemente acarició la delicada mejilla de la dama.

Strange y Pietro compartieron una incómoda mirada.

—Pietro —Loki sonó demandante.

—Sí señor. Enseguida —contestó el nombrado y sujetó a su hermana entre sus brazos y salió disparado del lugar.

—Lo que ha sucedido aquí, se quedará aquí. Entre nosotros —ordenó El Supremo a sus monjes—. ¿Ha quedado claro? —le dijo a Loki, éste asintió.

—Soy el menos interesado en que esa mujer se entere que la maté —murmuró el Dios del Engaño.

—¿Esa mujer? ¡Cuánta indiferencia! Cuando hace unos segundos parecías una garrapata pegada a ella.

Loki lo miró con el ceño fruncido.

—Solamente me preocupé.

—El gran Loki preocupado por alguien. Esto no va a acabar bien, amigo. Lo sabes —Stephen habló con tanta sabiduría que le hizo hervir la sangre.

® Mágica Maldad Vol. 1 © COMPLETAWhere stories live. Discover now