¿Odio o Amor? (Capitán América - Steve Rogers) TERMINADA

Capítulo 21 Rogers Al Rescate

Un día después de escapar del cuartel de Shield, me encontraba en mi departamento.
Rogers me había dicho que no saliera y si tocaban la puerta no abriera, pues tenía que hacer algo importante y después regresaría.

Ya había pasado más de una hora y Rogers no regresaba, ¿Y si lo atraparon?
Bueno no creo que sea tan estúpido para que lo atrapen, ha demostrado ser un buen estratega.

Por decimocuarta vez revisé mi celular, pasaban de las dos de la tarde y él partió desde medio día.

De pronto tocaron mi puerta de una forma suave y no dudé en abrirla creyendo que sería Rogers, lamentablemente me equivoqué y no era él.

Traté de cerrar la puerta en cuanto vi hombres de Shield armados, pero fue imposible cuando comenzaron a disparar. Me tiré al suelo alejandome de la puerta.

- Pierce la necesita viva - oí la voz de un hombre. Los disparos cesaron y corrí a esconderme tras un sofá - Dylan haznos esto más fácil... tú nos dices donde está el Capitán y nosotros te dejamos viva -

- Antes de que entraras escuché que Pierce me necesita viva - dije moviendome al otro lado del sofá.

- Sí, bueno... eso es si no nos das problemas... entonces... ¿Dónde está el Capitán? - oía como caminaba, se acercaba a mí. Por mi parte intentaba crear un campo de fuerza, pero no podía, la esfera era inconclusa y si me disparaban sería de mucha ayuda poder crearla - ¿Sabes... dónde está? - su voz estaba mucho más cerca, lo escuché suspirar - Traiganla -

Lancé un florero hacia ellos para distraerlo y asomé mi cabeza para ver que eran cinco hombres armados y uno de traje que se mantenía recargado en la puerta de brazos cruzados.

De pronto alguien me tomó por los pies y fácilmente me deshice de él sin usar otro medio como la telequinesis, hasta que sentí un pequeño ardor en mi cuello, justo bajo la nuca y rápidamente lo quité, aquella cosa que me habían disparado era un dardo, debía ser un sedante.

Lancé al hombre que me había disparado el sedante por los aires y el resto corrió hacia mí, igualmente lancé a uno hasta estrellarlo contra la pared.

- ¡Uno no es suficiente! ¿Qué no ven? - dijo el hombre de traje y vi como comenzaron a dispararme ciertos dardos hacia mí. Levanté mi mano poniendo toda la fe en mi telequinesis, tenía que funcionar, tenía que hacerlo.

Sentí dos en mi pierna derecha y después el campo de fuerza se logró crear. Con la otra mano saqué los dardos de mi piel y de la nada comenzaron a dispararme con balas reales. Corrí hasta el hombre de traje el cual también comenzó a dispararme y me abalancé contra él tirandolo al suelo, lo golpeé varias veces en la cara después de mandar a volar a los demás y esquivé dos de sus disparos, cuando de la nada alguien golpeó mi cabeza y caí aturtida al suelo.

Lograba oír que el hombre de traje decía algo mientras se ponía de pié junto a otros agentes, mis oídos pillaban al igual que mi cabeza, la realidad comenzaba a tornarse borrosa y vi al de traje sujetarme de la chaqueta, su nariz sangraba al igual que su boca, se le notaba furioso y con fuerza me lanzó.

Caí sobre la mesa de vidrio que había en la sala y me quejé al sentir un ardor en mi espalda. De nuevo se acercó tomandome de la chaqueta - ¿¡Dónde... está.. Rogers!? - gritó cerca de mi cara.
Quería reaccionar, defenderme, pero no podía moverme concretamente. Los sedantes no me habían dormido, tal vez no hicieron tanto efecto pero sí me sentía débil.

- ¿No te han enseñado a respetar a las mujeres? - ese era Rogers, jamás confundiría su voz.

- Vaya, vaya, vaya, estábamos hablando justamente de ti, llevátela - el de traje le hizo una seña con la cabeza a otro hombre, me levantó y a rastras me llevó a una silla.