capítulo 122 Día de Piscina

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Maratón 1/2

(...)

-¿En serio? - pregunté a Steve con una sonrisa de lado.

-Sí, todo fue tan real. Tú lo tenias en brazos y...y sonreías al verle, mientras que yo llevaba una sonaja para entretenerle. Era magnífico - decía él con una sonrisa de oreja a oreja.

Steve me había despertado para decirme que soñó con nuestro hijo.
Oírlo me hacia feliz, pero no podía sonreír de la misma manera que él, porque recordar los sueños de padre me opacaba el día - Que hermoso, amor, quisiera ya tenerlo en brazos - dije con una sonrisa pequeña.

-Lo sé, lo se - se acostó en la cama y colocó sus brazos detrás de su nuca con una enorme sonrisa - Ya quiero ser papá -

Sonreí y me acomodé a su lado - Yo quiero que lo seas - dije pasando mi mano por su pecho desnudo.

Steve tomó mi hombro y me acercó a él para depositar un beso en mi cabeza - Y yo quiero que seas madre - acariciaba mi brazo.
Rayos, ahora estoy triste.
Mi vista comenzaba a nublarse por culpa de las lágrimas que quieren desbordarse.

Cerré mis ojos reprimiendo las lágrimas, no quería estar triste todo el día así que... - ¿Alguna vez pensaste en ser gay? - solté de golpe cambiando de tema para olvidarme por un momento el sueño de Steve.

Sin verlo sabia que su ceño debería de estar fruncido - Jamás me pasó por la mente ¿a que viene tu pregunta? - río en un resoplido.

-No lo sé, era un incógnita que no me dejaba en paz - solté una risa falsa.

-Estas loca - despeino mi cabello.

-Lo sé, lo sé. Siento incomodarte con mis estúpidas preguntas - reí, ahora si de verdad - No se que pensé. Pero me alegra que te hayas enamorado de mí -

-A mi también me alegra que tú te hayas enamorado de mí después de tratarte como una niña débil -

-Eso es verdad. Pero vamos Steve, tú enamorarías a cualquier chica con tan solo sonreír. Por favor, es que mírate en un espejo, eres demasiado guapo, cuando te odiaba pensaba que tenías una bonita sonrisa y no se diga tu mirada -

-¿Me odiabas pero te gustaba mi sonrisa y mi mirada? - preguntó en tono burlón.

-Algo así, ya sé, estaba loca. Aun lo estoy - mordí mi labio inferior.

-Yo te odiaba y me gustaba como caía tu cabello en esas ondas alocadas - decía mientras tomaba mechones de mi cabello.

-¿Me odiabas y te gustaba mi cabello? - pregunté con el mismo tono de voz que el había emitido anteriormente.

-Tambien tu...figura - vaciló.

-¿Solo me buscaste por mi cuerpo verdad? - pregunté sarcástica.

-No solo eso, sabes que me gustaste por ser tú -

-No tendría este cuerpo si no fuera de Asgard, lo moldeé en la arena de entrenamiento, todos los días, a la misma hora. Pero hay mujeres con un cuerpo mejor que el mió ¿Qué viste en mi?...Nat es, wow, muy hermosa y su figura es envidiable. ¿Cuándo te besó no sentiste nada? -

-Ay, vamos, eres más hermosa que Romanoff...solo fue un beso, jamás llegue a sentir atracción por ella, es linda, cierto, pero no más que tú - sentí nuevamente sus labios en mi cabeza.

-Ellas es de tez blanca - mis dedos caminaban por todo su torso.

-Bueno, ¿Qué tienes con tu color de piel? -

-Nada, nada. Era broma me gusta mi color de piel, sabes que bromeo - reí.

-Me encanta tu piel, eres muy linda - ahora yo sentí sus dedos caminar por mi brazo.

-Pero ¿Por qué yo? ¿Qué viste en mi para que me quisieras? -

-No lo sé, cuando comenzamos a llevarnos mejor, me di cuenta que eras una persona maravillosa como amiga, reías de todo lo que yo hacia y me gustaba que con tus ocurrencias...me sacaras una sonrisa, me gustaba pasar todo el día contigo, hablando de nuestras vidas, de nuestra infancia y familia. Me gustaba cuando te contaba algún chiste y tú solo fruncías el entrecejo, y emitías un "emmm" de confusión, me enamoré de tu persona, eso vi en tí, porque cuando yo estuviera fastidiado o enojado sabría que tú estarías ahí para sacarme una sonrisa con tus locuras... -

-Eres tan cursi - me coloqué sobre mi codo y miré a Steve con una sonrisa burlona - Pero...asi te amo - le sonreí y rocé nuestros labios.

-Yo te amo más - Steve me tomó de la cintura y se posó sobre mí. Reí sin parar al sentir las manos de Steve por mi cuello haciéndome cosquillas.

-Dejameeeeeeee - grité y Steve se detuvo tomando mis muñecas, colocandolas a los costados de mi cabeza. Miraba mis labios, pero no me besaba - Diablos, ya besame - dije suplicante y Steve soltó en carcajadas

//

-¿Quieres ir a la piscina? -Steve preguntó cubriéndose del sol con su mano.

-Sí, pero unos minutos más ¿sale? - tome mis lentes de sol y me los puse.

-Bien, te espero dentro de ella - dijo caminando hacia la piscina.

-¿Ya te pusiste protector? - pregunté y él paro girando a verme.

-Sí, ven pronto, no quiero estar solo - arrugó su nariz.

-Okey, solo me pondré protector solar y te alcanzo - dije y Steve fue rumbo al agua.

Estábamos en la piscina del hotel, había demasiada gente y eso no me gustaba del todo. Además de haber demasiadas rubias.

Debo de dejar de odiar a las pobres blancas.

Reí.

Deje las toallas listas en la silla plegable y fui con Steve el cual hablaba con unos hombres.

Al parecer ya tenía amigos. Me acerqué a la orilla en la que estaban - Oh, amor ven - Steve me tendió su mano y me senté en la orilla metiendo mis pies en el agua tibia - Ella es Dylan, mi esposa - me señaló y los hombres, que eran cuatro, me saludaron.
Solo les sonreí y saludé con mi mano - Avientate, date un clavado - fruncí el ceño ante la petición de Steve y sonreí poniéndome de pie para aventarme a la piscina.
Le sonreí nuevamente y ¡zaz! me lancé. Sentí el agua recorrer cada parte de mi cuerpo, refrescandome y ocultándome del terrible calor que hacia esta tarde. Saque mi cabeza del agua y mi cabello cubría mi cara, antes de quitármelo de encima sentí unas manos apartarlo. Pude ver su hermosa sonrisa - Te doy un siete, pudiste hacerlo mejor - dijo enarcando una ceja.

Reí y rodeé su cuello con mis brazos apegandolo a mí - A ver, avientate tú - al igual que él enarque una ceja.

-Si lo hago yo, la piscina se quedaría sin agua - dijo mirando a las personas.

-Malditos músculos que te cargas, Rogers - rodé los ojos con una sonrisa.

-Lenguaje, Dylan de Rogers, lenguaje - sentí sus manos en mi cintura.

-Es que es en serio, tus músculos te hacen pesado. Pero te hacen ver lindo - dije mirando sus labios.

-¿Ah si? ¿Entonces solo te gusto por mis músculos? - dijo divertido.

-Ya sabes que no - volví a rodar los ojos con una sonrisa - Me gusta tu forma anticuada de ser, tus malos chistes, tu caballerosidad, tus detalles, tu sonrisa, tus ojos, ¡diablos!...tus ojos - suspiré mirando los pequeños detalles verdes que había en sus ojos azules. Steve cerró sus ojos riendo - Ábrelos - chillé - Necesito verlos - coloqué mis manos en su cara tratando de abrir sus ojos - Abrelooos - volví a chillar.

Y finalmente los abrió, me atrapó en un abrazo y besó mis labios.

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Hey!

¿Odio o Amor? (Capitán América - Steve Rogers) TERMINADAWhere stories live. Discover now