Diario de un Guitarrista Frustrado

Día 1

Diciembre 1

- ¡Maldita sea! ¡Maldita sea! ¡Maldita sea! ¡¿Cómo mierda fue que eso salió tan mal?! Esa maldita pieza la ensayé por días, semanas, meses y la hijueputa se me olvidó en pleno recital. ¡¡Pero qué mierda me pasa!! Debería renunciar de una vez por todas a este sueño de perdedor que tengo desde que soy niño y aprender que como músico soy muy buen barrendero. Buscar un trabajo de oficina y pisar tierra firme de una vez por todas, es hora que dejes de pensar sólo en ti y darte cuenta que no puedes vivir de la caridad de tus padres para siempre, J. Empezaste a tocar guitarra a los 3 años y es la hora y aún no logras nada excesivamente nuevo en la música. No eres bueno, simplemente eso, NO ERES BUENO.

Me senté en la cama y miré con desagrada a mi compañera desde hace 3 años. Laura es una Washburn electroacústica que me regaló mi madre para celebrar que me aceptaran en la facultad, si hubiese sabido que me iría tan mal, hubiese preferido que no gastase ese dinero en un perdedor como yo.

-No entiendo qué mierda paso, Lau. Lo siento por fallarte nuevamente.

Puse a Laura en mis piernas, saqué el posapié del estuche y empecé a tocar "Capricho Árabe" de Francisco Tarrega.

En mi mente:

Primer compás: pero qué feo sonaron esos armónicos.
Primer sistema: qué mala postura tienes, parece que recién acabaras de aprender a tocar. ¡Corrige la postura, perdedor!
Segundo sistema: ¿es en serio? ¿Otra vez fallas los armónicos? Deberías renunciar, como guitarrista te va mejor tocando maracas.
Tercer sistema: por lo menos hiciste algo bien, seguro que fallas el próximo.

La noche siguió entre regaños mentales por lo malo que soy tocando y tratando de hacer que esa puta pieza saliese. Toqué tanto que mis manos dolían y no supe en qué momento llegó la mañana. De pronto, caí rendido sin darme cuenta.

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