Diario de un Guitarrista Frustrado

Día 6

Diciembre 6 - 8:00 AM

Desperté angustiado por la falta de Frannie y Tito en la esquina de la habitación. Bajé corriendo a recepción, esperaba poder recoger pronto mis instrumento pero para mi sorpresa cuando llegué no los vi. Pregunté por ellos y dijeron que los habían enviado a mi habitación con uno de los botones quien "sorpresivamente", no se encontraba ahí para hacerle la reclamación directa. Luego de insistir durante 45 minutos, el recepcionista me dio el número celular que el botones había registrado como suyo en el sistema.

-¿Hablo con Camilo? ¿El botones del hotel estelar? -Pregunté cuando me contestaron desde la recepción del hotel.

-Sí, claro, ¿con quién hablo yo? -Contestó.

-Soy el huésped de la suite presidencial, le encargaron a usted que subiese unos instrumentos a mi habitación.

-¡Sí, claro, ya recuerdo! Toqué varias veces la puerta pero como nadie respondió, llamé al gerente y le pregunté qué debía hacer con eso. El Sr. Rodrigo me dijo que no tenía tiempo para atender niñerías y que dejase los instrumentos en la puerta, que algún día usted saldría y los vería. A mí no me pareció prudente dejarlos allí así que los bajé nuevamente a recepción y cuando acabó mi turno, subí a su habitación y dejé una nota donde le daba mi número de teléfono para que me contactara. Sus instrumentos los tengo yo actualmente, si quiere podría ir a llevárselos.

-Sinceramente no vi ninguna nota en mi habitación.

-¡Claro que sí! La pegué en la puerta. ¿Es que acaso no me está llamando por eso?

-Emm... no. Bajé a recepción y allí me dieron su número, pero bueno, eso no importa. ¿Dónde está usted para recoger mis cosas?

-¿Tiene dónde apuntar?

-Claro

-Clle. 3 No. 10-135

-¡Eso es del otro lado de la ciudad!

-Por eso le decía que podría haber ido a llevarle los instrumentos yo mismo.

-No se preocupe, puedo ir.

Colgué y enseguida llamé a el carro que me habían asignado por petición de Anne. Recordé el beso que casi nos damos y algo en mí se movió. Enfoqué mi mente enseguida en la misión de rescatar mis instrumentos y salí al parqueadero. El chofer estaba pero apenas le di la dirección.

-Nooo... mijito. Yo para allá no voy. Le presto el carro si quiere pero me lo devuelve intacto. -Dijo el chófer.

-¿Pero qué dices? ¿No te multarán por eso? -Le pregunté.

-Claro que no. En las políticas de nuestra empresa, estipula que si el destino sugiere algún peligro para mí o para el cliente, puedo decidir si ir o no y dejarle entonces el carro a disposición del cliente si insiste en ir. Al barrio al que va usted se llama Arenal pero todos en esta ciudad le decimos el Arsenal. Donde me meta allá con este carro, salgo violado, sin ropa y sin carro.

-Hijue$#% man para irse a meter en un barrio tan peligroso. -Pensé- No te preocupes, saldré bien de allá. -Dije ocultando mi temor (sí soy un cobarde ¿y qué?).

-Pero ¿qué dices? si te tiemblan las piernas. -Dijo riendo estrepitósamente el chófer.

-Tu quieres que te echen del trabajo, ¿verdad? -Repliqué con mirada desafiante y manoteándole la manos que sostenía las llaves- ¡Dame las llaves!

Fui al auto y arranqué sin decirle ni una palabra. Durante todo el camino un sólo pensamiento pasaba por mi mente: ¿Cómo voy a salir de allá con la guitarra, el pedal y este auto?; corrí tanto como pude por esas calles que casi me vuelo todos los alto y tengo un accidente antes de llegar. Arribé a mi destino a las 10:15 de la mañana, me santifiqué con todos los rezos que conocía y entré al barrio. Busqué la calle lo más rápido que pude con las ventanas del carro hasta arriba y el calor característico de esta hora del día en la costa colombiana. Gracias a Dios por la señalización que indicaba en qué calle estaba porque de otra manera me hubiese tocado preguntar dónde estaba y eso hubiese aumentado las posibilidades de que algo sumamente malo me pasase. Llegué a la calle que era sumamente angosta y no tenía salida. Seguro que si entraba allí con el auto no salía. Decidí llamar para avisar que estaba en la esquina y el botones salió con los instrumentos. Abrí los seguros del auto y le pedí que metiera los instrumentos.