Día 5 (Parte 1)

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Diciembre 5 - 4:30 AM

J se revolcaba en la cama estrepitosamente acercándose poco a poco al borde para terminar en el suelo. Anne por su parte estaba teniendo una pesadilla.

Se encontraba en la calle, todo el mundo parecía estar pendiente de ella y mientras caminaba parecía como si poco a poco se confabularan para rodearla. Caminaban todos a su ritmo, intentó dejar de caminar pero enseguida todos se detuvieron. Quería correr pero de pronto sus piernas se volvieron pesadas, como si arrastrara unos grilletes, pronto se encontró completamente rodeada por todos a un paso de ser alcanzada. Se detuvo y desesperada comenzó a gritar.

-¡Sebastian! ¡Sebastian! Cade vc, Sebastian? ¡Eu preciso de sua ajuda!

Nadie contestó y todos a su alrededor empezaron a reírse de ella.

-Ninguem pode ajudar você -Empezaron a decir en coro- Sua vida é nossa agora. Você não poderá sair daqui.

Todos reían en coro mientras pronunciaban estas palabras. Anne se sentía cada vez más desesperada, llamaba a sus padres, a Sebastian, incluso a su traductor pero nadie parecía venir a su encuentro. Entonces, en el momento en que se encontraba más asustada comenzó a correr hacía cualquier lugar pero las manos de todos los que la rodeaban la empujaban siempre hacia el centro, ninguno se acercaba más, sólo la mantenían en ese círculo en el que la habían metido poco a poco. Al parecer era su misión mantenerla allí.

-Javier! -Gritó con todas sus fuerzas a punto de un colapso nervioso.

De pronto, una mano le jaló fuera del círculo de personas y se encontraba en un segundo acostada en un tranquilo y apacible campo de flores blancas junto a una figura masculina. El sol le molestaba los ojos e intentó ver quién estaba junto a ella. Entonces despertó con sus latidos acelerados como nunca, empapada en sudor y de muy mal humor. Hoy no iba a ser un día fácil para quienes estuviesen a su alrededor.

J por su parte había caído de la cama justo al mismo tiempo que Anne se había despertado y se había dado el peor golpe de su vida, ahora eran dos los chichones que tenía en su cabeza.

-¿Qué carajos habrá sido eso? Como siempre no puedo recordar lo que soñé pero algo está mal definitivamente. -Pensó mientras se sobaba la cabeza.

Como siempre que se levantaba de esa manera, volvió a acostarse pero no pudo dormir. Tenía la costumbre arraigada por sus padres de intentar dormir aunque no pudiese se quedaba dando vueltas en la cama solamente con los ojos cerrados para parecer dormido. De pronto sonó el teléfono, se apresuró a contestar.

-¿Haló? -Mirando la hora en el teléfono, 5:30 AM- ¿Quién habla?

-Le habla Rodrigo, el traductor de la Srta. LaCroix. -Contestaron del otro lado- La Srta. pide una audiencia con usted inmediatamente.

-¿Acaso sabe la hora que es? -Replicó algo enojado.

-¿Acaso estaba dormido? -Contestó Rodrigo con un tono de fastidio del otro lado.

Quizá podría ocultar su enojo de su jefa pero delante de un pelagatos como Javier, no lo necesitaba.

-Pues... No... Pero, ¿y qué tal que sí? -Preguntó J.

-¿Cree que eso es de mi incumbencia? ¿Sabe lo plácido que estaba dormido hace 5 minutos cuando me llamó enojada mi jefa a gritarme que necesitaba que le tradujese algo? -Dijo aún más molesto Rodrigo del otro lado del teléfono- Esto es una molestia, simplemente vaya a ver a la Srta. LaCroix y ya. Le está esperando en el vestíbulo del hotel. -Dicho esto colgó el teléfono.

...

-¿Es que no saben respetar las horas de sueño? ¿¡Quién se creen llamando a esta hora y además ordenándome y como si fuera poco me gritan y me tiran el teléfono!? -Pensé tirando el teléfono enojado- Definitivamente esta gente no sabe lo que es el respeto. -Completé en voz alta.

Diario de un Guitarrista FrustradoWhere stories live. Discover now