#313: The Holder of Piety

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En cualquier ciudad, en cualquier país, ve a cualquier institución mental o centro de reinserción social a donde puedas llegar. Cuando alcances el escritorio de recepción, pregunta por visitar a quien se hace llamar El Portador de la Piedad. En caso que el trabajador comience a cantar, vete inmediatamente. No intentes preguntar por el Holder otra vez. Él te estará observando cuidadosamente desde ese momento, y si preguntas por él de nuevo, no dudará en demoler tu ser pieza por pieza. Su conocimiento sobre las debilidades humanas es astronómico, así que no pruebes su paciencia.

Él ha esperado mucho para que alguien como tú cometa ese error.

Si el trabajador asiente solemnemente, entonces tu suerte aún no acaba. Serás llevado por un pasillo a una simple puerta de madera. Desde allí, te deseará lo mejor y regresará a su lugar. Ten en mente de que esta es tu última oportunidad de reconsiderar. Sin embargo, si tienes la voluntad de continuar, ve por la puerta.

Al entrar en el cuarto, deberás tomar un momento para acostumbrarte al cambio de luz. A medida que tus ojos se ajustan, no mires el piso. El Holder aún espera que bajes la guardia y lo que verás te aturdirá. Si en cualquier momento ves que las luces se encienden, cierra los ojos fuertemente y grita: "¡No me dejes enceguecido! ¡Busco la verdad!". Reza por que la luz se apague de nuevo. Tu vida dependerá de ello.

Una vez camines por el cuarto, un conjunto de velas se encenderán a lo lejos. Las siluetas que ves tomarán forma mientras te das cuenta de los restos de una capilla deslustrada. Todos los bancos están en mal estado, las cenizas cubren el suelo, y el interior está pintado con sangre. Otra vez, no mires el piso. No será agradable a la luz y el Holder aún lo espera.

La única cosa en la capilla que no te destruirá es el hombre de capa negra detrás del altar. Lo más notable en su apariencia es su pelo gris pero todavía saludable. En apariencia, no ha envejecido un día. Pero, en verdad, su apariencia es engañosa en todos los sentidos, y eso incluye su presencia acogedora en la habitación. Si tu curiosidad te atrae a preguntarle por qué su cabello cubre el lado derecho de su cara, no vas a durar mucho tiempo.

Dependiendo de su humor, podría o no pedirte que confieses tus pecados y aquello que inquieta tu consciencia. Él es serio en su solicitud y de rechazar su oferta, será mucho peor para ti que los castigos creados en el Infierno. Por lo tanto, tómate tu tiempo y dile lo que te preocupa. En su mayor parte, es un Holder de mente abierta y servicial por el momento, así que aprovecha el tiempo que tienes ahora para confesarte honestamente. La última cosa que quiere estar en su presencia es un mentiroso.

Sin embargo, podría no pedirte que digas nada. Esta es su forma preferida de un Buscador: el que ya está más allá de la redención. En esa situación, te pedirá que te acerques para darte su bendición. Esta es una trampa obvia; en el momento en que te acerques, serás consumido por la locura. Todo su ser te envolverá en los fuegos del Infierno, desensamblándote de una manera metódica a nivel físico y mental hasta que ruegues por la alegría de un olvido que nunca va a venir por ti. De hecho, si quieres, da un paso atrás por si acaso.

Pregúntale: ¿Qué es lo que creen? Esto hará que revele su verdadera forma. Su exterior acogedor se romperá en una masa de llamas y fuego. Su rostro se dará a conocer bajo su cabello para revelar una masa sanguinolenta de carne carbonizada. Las cuencas de sus ojos estarán vacías. Pero, sobre todo, en las llamas verás su aversión ardiente mientras él te cuenta de todo acto repugnante, cada declaración blasfema de acciones sagradas, y toda violación de la naturaleza humana en nombre de la fe. Él te hablará de cada cosa despreciable y vil que la fe le ha hecho. A través de esto, no debes mirar sus ojos vacíos. Mientras lo miras, alimentarás a su memoria y a su odio. Te hervirá hasta la médula, pero no mires hacia otro lado. Él no acepta a los débiles de corazón. Si su odio no te reduce a cenizas, has sobrevivido.

Después que termine, las llamas se disiparán, dejando a la capilla en un estado aún más en deterioro. La apariencia de él, sin embargo, no ha cambiado. Caminará, paso a paso, hasta que sus "ojos" estén directamente sobre los tuyos. Una fría sonrisa aparecerá en su rostro mientras te ofrece una cruz quebrada a la mitad. Tómala y vete. Recuerda sus últimas palabras: "Estaré esperando..."

Tu visión se llenará de fuego y sentirás como si tus ojos se quemaran desde dentro. Apriétalos fuertemente hasta que escuches al Holder despedirse. Sé paciente, dependiendo de sus ánimos, esto puede durar desde un minuto hasta lo que parecerá una semana. Cuando la hora llegue, abre los ojos. Estarás en el lugar de culto religioso más cercano a tu hogar.

La cruz rota es el Objeto 313 de 538. Sirve bien a tu nuevo Señor; Él siempre está viendo.

Los portadoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora