Quería saber más cosas de él, sentía la necesidad de indagar en su personalidad, era muy reservado y quería que se abriera conmigo:
- De qué conoces a Lou?-pregunté realmente interesada.
- Somos amigos desde siempre, lo sabe todo de mí y es como mi hermano, no se que haría sin él-me encantaba que tuviese una relación tan íntima con Lou porque me recordaba a Romina y a mi- y tu a Romina?
- Pues más o menos lo mismo, lo que pasa es que ella tuvo que mudarse de Asturias a Madrid por el trabajo de sus padres y llevábamos años sin vernos, pero bueno, es como si no hubiera pasado el tiempo.
- Y bueno, te preguntaría si tienes novio, pero después del beso de ayer no lo creo.
- Te molestaría si lo tuviera?
- Hombre, no creo que le hiciera ninguna gracia que me besases.
- No estás respondiendo a mi pregunta.
- Te gustaría que me molestase?
- Siempre respondes con otra pregunta?
- Tú haces lo mismo.
Nos empezamos a reír, no quería admitirlo pero me parecía a él más de lo que creía. Su misterio era lo que más me atraía y sabía que aunque por fuera fuese un chulo, por dentro en realidad era como un osito de peluche (o eso quería creer yo).
- Me gustaría enseñarte algo, es mi sitio favorito de Londres.
- ¿Y por qué quieres llevarme allí? ¿soy una chica especial o algo?-le vacilé un poco.
- Deja de hacer preguntas y sígueme-me sonrío de esa manera tan suya.
Le seguí, caminamos por un montón de calles poco transitadas y cuando llegamos a lo que parecía la entrada a un parque me dijo:
- Cierra los ojos.
- ¿Por qué? ¿qué pasa?
- Te he dicho que dejes de hacer preguntas-se acerca a mi y me cubre los ojos con sus manos- confía en mí.
Una parte de mi quería hacerlo pero la otra me decía que me alejase de él o acabaría perdiéndome a mi misma, en esos momentos ganó el pulso esa parte que quería confiar en él y me dejé llevar. Caminamos unos veinte metros y me susurró:
- Abre los ojos.
Hice lo que me decía y me encontré con uno de los paisajes más bonitos que había visto nunca, era una especie de parque cuyo suelo y bancos eran de piedra, en el centro había una fuente de aguas cristalinas enorme y el lugar estaba rodeado de vegetación.
- Qué te parece?
- Es impresionante.
- Sabía que te gustaría, siempre vengo aquí para relajarme.
- Es perfecto, entiendo que sea tu sitio favorito.
- Pues todavía no has visto lo mejor, ven-Me tendió la mano y se la cogí, entrelazó sus dedos con los míos. Me gustaba esa sensación, hacía mucho tiempo que nadie me cogía la mano.
Caminamos en dirección a la zona norte del parque y empecé a escuchar el sonido del agua, a lo lejos vi un río, nos acercamos y ahí estaba, un pequeño riachuelo atravesado por un puente de madera precioso, Harry me llevó a lo alto del puente.
- Tienes que pedir un deseo, es la tradición, la primera vez que se viene a este lugar hay que tirar una moneda al río y pedir un deseo.
En ese momento me cae un a gota, “mierda, se va a poner a llover, ahora no por favor” pienso, Harry me da una moneda, cada vez caen más gotas y más y más:
- Mierda, pide un deseo, rápido.
Ya sabía lo que quería pedir, cierro los ojos y tiro la moneda al río. Está cayendo una tormenta impresionante, Harry me vuelve a tomar la mano y echamos a correr en una dirección que desconocida.
- Vamos, hay una caseta aquí al lado.
Corrimos lo más rápido que pudimos hasta llegar a una pequeña cabaña de madera donde guardaban todo el material para mantener el parque en buen estado, estaba empapada y ver a Harry chorreando y con cara de que le faltara el aire era muy gracioso, por no hablar de lo despeinado que estaba, con un rizo mirando para el norte y otro para el sur, no pude evitar romper a reir.
- De qué te ries?-me sonríe.
- Jajajajaj es que si vieras las pintas que traes...
- Habló doña pelo escarola.
- Jajaja lo peor es que doña pelo de escarola te pone hasta con pelo de escarola.
- Te lo tienes muy creido me parece a mi.
- Creo que aprendí de ti en lo de tenérmelo creído.
- Estás intentando picarme?
- Deja de hacer preguntas, te suena de algo?
- Jajajajaj eres increíble.
- Uau, creo que es la primera que vez que me dices algo bonito, es un milagro.
- Sabes que las tonterías que digo no van enserio.
- Pues a veces lo parece.
- Me importas demasiado como para decirlas enserio. Créeme Sandy, jamás te haría daño, puedes confiar en mi.
Empezó a acercarse a mi hasta que solo nos separaban dos centímetros de distancia, con las yemas de los dedos me acarició la mejilla, alcé la mirada y me topé con sus ojos, esos ojos verde esmeralda que me provocaban y me incitaban a cometer mil locuras con él, locuras como la que estaba a punto de ocurrir. Sabía que no me convenía, que no era trigo limpio, sabía que tarde o temprano me haría daño aunque me dijera que no, sabía que era un demonio dentro del cuerpo de un ángel y sí, caí en su trampa, cometí un error, pero a veces es mejor arriesgar y perder que ni siquiera intentarlo.
- Cierra los ojos-susurró con esa voz tan varonil que me encantaba.
Le hice caso y los cerré, me sentía muy vulnerable pero a la vez segura porque estaba con él y sentía que nada malo me podría pasar si estaba a su lado. Con los ojos cerrados noté que acercaba su rostro al mío, sentí su aliento sobre mi piel y necesitaba más, estaba ansiosa y le deseaba, pero la parte sensata de mí me decía que no me dejara llevar, que Harry lo único que quería era acostarse conmigo y que luego sería solo una más para él. Le cerré la boca a esa parte de mi que me decía lo que no quería oír, dejé de pensar y me entregué por completo a sus labios.
Me besó como nunca nadie me había besado, con pasión, desenfreno, incluso llegué a sentir el peligro en sus labios y me encantaba esa sensación de riesgo, siempre había sido la chica responsable, la que siempre hace lo correcto, y con él estaba descubriendo una parte más oscura de mi misma que me gustaba, pero lo que en ese momento no me plantee fue, me estaba perdiendo a mi misma?