La más joven de las chicas levantó la mano.
– ¿Sabes qué es una fobia? – le pregunté con una ceja alzada y ella asintió con la cabeza.
– Es el miedo o rechazo hacia algo – me respondió con una sonrisa victoriosa.
– No... – le dije haciendo que su sonrisa desapareciera –. Tal vez sea rechazo hacia algo, pero no un miedo – todos me voltearon a ver curiosos. Me levanté de mi silla y caminé alrededor de ellos –. El miedo es un sentimiento y una fobia... Es un trauma, detrás de cada fobia – dije apuntando a cada uno –, hay una historia... una historia con un trauma ¿o me equivoco? – Sonreí mientras ellos tenían la vista perdida, lógicamente recordando la historia que generó su trauma correspondiente.
Regreso a mi lugar, abro mi bolsa y saco los gafetes que hice para cada uno.
– Bien, hice esto –mostré los gafetes y todos me miraron extrañados. Observo los nombres y entrego a cada uno el que le corresponde. Tomo el mío y lo coloco en mi blusa –. Me llamo Sylvia.
Todos siguieron mirando sus gafetes como si fueran la cosa más estúpida del mundo. Michael comienza a reírse.
– ¿No crees... que esto es algo, no sé, de preescolar? – dijo refiriéndose al gafete con una sonrisita burlona en el rostro.
– ¿No? Bueno, me gustaría que todos aquí se conozcan, tal vez podrían llegar a ser amigos.
Mike se levanta de su lugar para acercarse al mío y extenderme el gafete con su mano. – Lo lamento, pero yo vine a superar mi fobia, no a socializar.
Voltee a ver su gafete y una de las chicas se levanta, toma el gafete y lo pone con fuerza en el pecho de Mike. – Todos queremos perder nuestra fobia, así que hay que hacer lo que ella diga.
– ¿Cómo me podría ayudar conseguir amigos con mi fobia?
~Kenia~
¿Qué le pasa a este chico?
– No lo sé... pero ella sabe lo que hace, así que ponte el gafete y siéntate – dije apuntando a su silla.
Y él resopló.
– Una niña de catorce años no me va a decir qué hacer.
– ¡Tengo diecisiete! – le grito.
– Aun así, aso no te da derecho a decirme qué hacer – se cruza de brazos.
– ¿Podrían dejar esto de lado? – pregunta la otra chica amablemente. Sylvia nos observaba analizando –. Esto... Uh... Esto se vuelve algo incómodo – se llamaba Vania, su gafete lo decía.
– ¿Podrías callarte? Esto es entre nosotros dos – contesta el chico siendo grosero.
– Chico, cálmate – dijo otro chico, Connor, según su gafete.
~Michael~
Veía desde mi lugar "la pelea", era realmente infantil y entretenida.
A un asiento de diferencia estaba la chica que vi cuando llegué, con la cabeza hacia abajo provocando que su cabello algo ondulado y corto para una chica, callera sobre sus ojos. Me senté en ese asiento se veía muy nerviosa, ¿debería intentar hablar con ella?
– ¿No crees que es muy estúpida su pelea? – puse mi mano en su hombro, se levantó y me volvió a ver.
Pasé mí vista por toda ella y paré en su cuello, donde vi su manzana de Adán bajar y subir por el hecho de tragar saliva.
Esperen... Las chicas no tienen manzana de Adán. ¡Dios! ¡Era un chico!
– Lo siento – me levanté –. Yo creí que eras una... – levanté mi mano con la intención de ponerla de nuevo en su hombro y él se alejó.
– No me toques – dijo rápidamente.
YOU ARE READING
Fobia: El círculo de las sillas
RandomEremofobia, filematofobia, androfobia, sociofobia, brontofobia y ataxofobia. Todo en una misma sala. Recuerda; no es miedo, es fobia...