Capítulo 33.- Buenos días

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~Kenia~

—Y entonces dijo "Porque no me agrada"—escondí mi rostro entre mis manos.

—¿Y qué fue lo que sentiste?

—Sentí feo—mis palabras se distorsionaron por tener aún las manos en la cara.

—¿Feo cómo?

—No sé. Aquí—apunté mi estómago.

—¿Y qué vas a hacer al respecto?—las preguntas de Noah hacían que un simple café –sí, otro, ya era costumbre– pareciera terapia.

—Fingir que lo odio también—suspiré y por fin dejé que me viera a los ojos.

—¿Fingir...? ¿Eso significa que no lo odias?

—Eso es obvio.

—Y a todo esto... ¿Por qué rompiste su celular?

—Oh, eso... Pues—hice una pausa—. Tal vez envié por accidente un mensaje que él no debía leer—contesté.

—¿Un mensaje equivocado? ¡Por favor, no puede ser tan mal1

—"No puedo ir así nada más y decirle 'Oye, Mike, me gustas'"—saqué mi celular y leí el mensaje para él.

No dijo nada y tomó otro trago de café.

—Te deshiciste del celular... Me enorgulleces.

~Michael~

Me quité mi saco y lo colgué en el perchero que siempre estaba al lado de la puerta, soltando un bostezo mientras me quitaba los zapatos y deshacía el nudo de mi corbata.

Eran altas horas de la madrugada y yo apenas llegaba al departamento. La fiesta estuvo igual que todas las que hace mi padre; gente con ropa elegante comiendo elegantemente platillos elegantes mientras las hijas no tan elegantes de mis primos corrían detrás de mí y yo "escapaba" intentando que ellas no me atraparan y trenzaran mi cabello haciendo que mi padre me llamara la atención por estar jugando y haciendo ruido con muchos niños detrás de mí para al final terminar con el cabello lleno de broches y ligas... Esas niñas eran lo único entretenido en esas fiestas.

Caminé hasta la sala donde estaba la pantalla encendida en el canal de caricaturas. Me asomé al sillón, ahí estaba Damián durmiendo con Pluto. Comencé a mover levemente a Pluto.

—Baja, tu sillón es aquél—levantó la cabeza, se bajó y saltó al otro sofá—. Ahora tú.

No quise despertarlo, así que sólo pasé mis brazos por debajo de él y lo cargué hasta su habitación, lo puse en su cama y cubrí con una sábana.

Estaba por salir cuando me puse a pensar en si tardaría más en hablarme por haberlo cargado hasta ahí. Pensé en la opción de regresarlo al sillón como si esto no hubiera pasado nunca, pero me di cuenta de que era una estupidez.

—Buenas noches, Dam—le dije aunque no me escuchara y cerré la puerta después de salir.

~Damián~

Apenas la puerta se cerró; me senté en mi cama.

Puse mis manos en mi cara, que seguramente estaría roja. Tenía una rara sensación en el estómago similar a un cosquilleo. Solté un suspiro y puse una mano en mi pecho. Mi corazón golpeaba en mi mano más acelerado que cuando termias de correr un maratón. ¿Qué es todo esto?

Solté un suspiro tirándome en mi cada y tapándome hasta la cabeza con la sábana. Me sentía avergonzado.

Desperté justo cuando echó a Pluto de mi lado. Apenas iba a abrir los ojos cuando me cargó y yo presioné más mis ojos. Despertar en sus brazos sería peor que todo esto, así que preferí seguir fingiendo estar dormido.

Fobia: El círculo de las sillasTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang