Capítulo 17.- Chica casada

554 88 95
                                    

~Vania~

Bajamos del auto y nos acercamos a la puerta de entrada y salida de la escuela.

Busqué a Eleanor entre la multitud de niños que corrían y la encontré.

Estaba siguiendo el paso de Connor y parecía estar realmente interesada en lo que hablaban, ni siquiera había notado que ya me encontraba esperándola.

Connor se distrajo de la plática y me miró por unos segundos para después mirar a la persona junto a mí, Daniel, el padre de Eleanor.

Volvió su vista a Eleanor y apuntó en nuestra dirección. Eleanor le sonrió y se despidió de él corriendo hacia nosotros.

Connor igual se acercó pero con paso lento.

—¡Papá!—Gritó Eleanor y abrazó a Daniel.

Connor dejó de avanzar y miró a los dos a mi lado.

Me miró de nuevo y se dio la vuelta para seguir otro camino.

—¡Mamá!—Gritó Eleanor refiriéndose a mí.

—Hola, Ele—la saludé de vuelta y la abracé—. Voy con Connor por un momento, ahora vuelvo—dije y ella asintió.

Le sonreí y aceleré un poco el paso para alcanzarlo.

—¡Connor!—Grité y dejó de avanzar.

—Vania...—saludó con la vista baja.

—¿Cómo estás? Te fuiste muy rápido, pero es genial también poder verte aquí.

—Sí... Tenía que llegar rápido, los niños no pueden esperar—dijo evadiendo mi pregunta.

—¿Cómo estás?—Repetí.

Miró algo detrás de mí.

—Yo estoy bien, creo que sería mejor que te preocuparas por tu hija y tu esposo...

—Connor, ellos...—no pude terminar de explicar porque ya se había dado la vuelta y elejado lo suficiente como para no escucharme.

~Connor~

Había invitado a salir a una chica casada. ¡Incluso casi la beso!

¿Y ella? Ella no había dicho nada, no había hecho nada para impedirlo.

¿Por qué?

~Damián~

Mi turno había terminado por hoy, así que sólo debía cambiarme por mi ropa normal e irme a casa.

Michael estaba dentro poniéndose sus botas, ya tenía su ropa puesta. Él, claro, se dio cuenta de mi miedo a acercarme a esa mesa. Sólo necesitaba que no preguntara nada.

—Damián...—habló a mi espalda.

—¿Qué pasa, Michael?

No preguntes nada, no preguntes nada...

Continué sacando mi ropa del casillero.

—¿Por qué no querías atender esa mesa?—Oh, realmente te odio.

Se recargó en el casillero a mi lado.

—¿Le tienes fobia a los hombres?

(***)

—¿Por qué no me lo dijiste?—Preguntó mientras caminaba a mi lado.

—Porque es penosa...

—Mi fobia también es penosa. No puedo estar solo porque ya entro en pánico—me dijo—. Pero... Si tu fobia son los hombres, ¿por qué no te está dando un ataque ahora mismo?

Ni siquiera yo sabía la respuesta a eso.

—No lo sé, tal vez eres demasiado tonto como para que alguien te tenga miedo—soltó una risa por mi comentario.

—Tomaré eso como un cumplido.

¿Por qué sigue caminando?

—¿Por qué me sigues? No te dejaré entrar a mi departamento.

Paró de caminar por un momento pero luego siguió.

—Entraré a la fuerza—sonrió.

(***)

Subimos al elevador y presioné el botón de mi piso.

—Damián, dame tu número—volteé a verlo confundido—. Hoy el chico de la mesa pidió tu número y me di cuenta que no lo tengo.

¿Por qué ese chico pidió mi número?

—No te daré mi núm—estaba por negarme pero el elevador dio una sacudida y se apagó la luz.

—¿Dejó de moverse?—Habló Michael al cual apenas podía ver.

—Creo que se descompuso.

Estaba encerrado con un hombre en un elevador. ¿Por qué no tengo miedo?

Dentro de los elevadores debe haber un conducto por el que se puede salir en emergencias. Era demasiado pequeño. Yo cabría, sí, pero Michael no.

—Michael, voy a salir por aquí y buscaré a alguien que pueda arreglar esto, ya vuelvo—me impulsé para poder salir pero me detuvo impidiéndome salir.

—No vayas—me pidió, parecía un niño asustado.

—¿Por qué?

—No puedo estar solo—dijo avergonzado sentándose en el suelo con las piernas flexionadas y la cabeza entre ellas.

Un ataque de pánico.

Me senté a su lado dejando una distancia entre nosotros y con miedo comencé a darle suaves palmaditas en el hombro.

—Cálmate, Michael. No estás solo, estoy aquí—le dije sin acercarme demasiado.

Él estaba mal, pero eso no quitaba que fuera un hombre.

Estábamos solos, ¿por qué todo venía a mi mente? ¿Por qué justo ahora?

Alejé todos los malos recuerdos, tenía que controlarme, había alguien peor que yo.

Pasó sus manos por su rostro un par de veces y de un momento a otro ya me estaba abrazando mientras aspiraba fuertemente en mi cabello.

Estuvimos así unos segundos, segundos que se sintieron como horas.

Sin dejar de abrazarme me miró a los ojos, su expresión cambió de miedo a otra que no puedo describir.

Miró detenidamente todo mi rostro, deteniéndose por un momento en mis labios y después volviendo a mis ojos.

Estábamos tan cerca...

En cualquier momento él podría...

l

**********************

Los amo /u\

*~*~*~*~*~*~*

MUAJAJAJAJAJAJ



Fobia: El círculo de las sillasWhere stories live. Discover now