9 de Septiembre

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Querido diario hoy....no
Yo no soy de esas chicas que escriben cursilerias y esas cosas.
Soy diferente.
Y te lo demostraré.
Acabo de tener una discusión con mi madre, ¿es que no se cansa de repetirme mil veces lo inútil que soy?
No, parece que no.

Subo las escaleras corriendo y en mi mochila de cuero guardo mi iPod negro, el móvil (aunque no entiendo por qué puesto que al no tener amigos, nadie me llama) y a tí.

Salgo de mi habitación por la ventana y al llegar al suelo, salto la valla que limita mi casa con la de los vecinos y salgo a la calle. Voy corriendo hasta un psiquiátrico abandonado que hay a las afueras de la ciudad. Allí me siento en el suelo de lo que un día fue una recepción y comienzo a escribirte.

Te escribo de lo mucho que odio mi vida y la del resto.

De lo mucho que odio todo. El estar sola y enfrentarme sola al mundo.

Suena un horrible chirrido y de una puerta resquebrajada sale él, Blackness.

Es mi único amigo, el único que sabe lo que vivo y me apoya, el único que se molesta en buscarme cada vez que hullo y el único que sabe dónde encontrarme.

Oigo el crujir de montones de cristales rotos bajo su peso mientras se acerca a mí y se sienta a mi lado.

Dejo de escribirte.

—Otra vez, ¿no?-me pregunta en tono comprensivo.

—Si, otra vez.- respondo alzando mi mirada hasta que queda a la altura de la suya.

—Siempre puedes contar conmigo, Rachel. No te voy a dejar sola.

—Lo se, Blackness. A veces me pregunto como puede existir alguien tan perfecto.

—Pues así es.-dice medio sonriendo.

No comprendo el motivo de su sonrisa. Me parece la clase de sonrisa que pone alguien cuando sabe algo que la otra persona no, mientras se burla de él en su interior.

—¿De qué te ries?-pregunto aparentemente molesta.

Al ver que no lo comprendo, se rie aún más. Me empieza a poner nerviosa.

—De todo lo que pasa "dentro" de tu cabecita.- me responde poniendo un tono algo extraño al decir "dentro".

No acabo de comprenderlo bien, por lo que prefiero dejarlo estar.

No es la primera vez que me hace bromas de este tipo. Supongo que se refiere a todo lo que vivo.

Me acerco a mi mochila y de su interior saco mi iPod y pongo Sweet Dreams (Are Made Of This) de Marilyn Manson.

Me encanta este tipo de música. Hay quien la encuentra ruidosa, molesta y quien la clasifica de satánica, pero a mí, simplemente me relaja.

"Sweet dreams are made of this

Who am I to disagree

Travel the world and the seven seas

Everybody looking for something

Some of them want to use you

Some of them want to get used by you

Some of them want to abuse you

Some of them want to be abused "

La música resuena por todo el edificio y yo canto en voz baja para mí, Blackness me observa en silencio. Veo como mueve la cabeza al ritmo de la canción.

Me gusta cuando estamos así de tranquilos los dos. Es como si nada pudiera interrumpir esta paz imperturbable.

A esa canción le sigue otra, tras esa otra más. Veo el sol ocultarse ante mis ojos y cómo anochece. La luna y las estrellas empiezan a brillar.

Miro la hora en el iPod, las 23:23, la hora mágica.

Dicen que si cierras los ojos y pides un deseo en este minuto del día, se cumplirá.

Algo dentro de mí insiste en que es mentira, yo no lo veo así. Siempre he tratado de creerlo, por eso cada vez que veo esta hora en la pantalla de mi móvil o de mi iPod, pido un deseo, siempre el mismo.

"No quiero luchar sola."

Siempre repito las mismas cuatro palabras.

Tengo la esperanza de que algún día se cumplan.

¿Quien en mi lugar, sin nada a lo que aferrarse y sin motivos para seguir, no pediría lo mismo?

Nadie.

Por eso, continúo con esto.

Recojo mis cosas y al mirar a mi derecha, veo que Blackness no está.

Vuelvo a estar sumida en mi oscura soledad.

Cojo mi mochila y salgo de allí. Al llegar a casa, ya es medianoche.

Vuelvo a subir por la ventana y me doy cuenta de que nadie se ha percatado de mi pequeña escapada.

Da gusto ver la gran cantidad de gente que se preocupa por mí y por mi bienestar. *Nótese mi ironía*

Me quito las botas militares, los leggings negros y la camiseta de tirantes gris larga y entallada hasta las rodillas con una estrella pentagonal dibujada con tachuelas para ponerme mi pijama.

Reviso mi móvil y me meto en la cama.

Qué estúpido, como si alguien fuera a rescatarme de esta horrible soledad.

Cierro fuerte los ojos y esas cuatro palabras retumban en mi cabeza.

"No quiero luchar sola."

Otro día que termina para mí.

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Holaa, este es el primer capítulo de Mi Lado Oscuro. Esperamos que os guste.

En multimedia estan Rachel y la canción que canta en el psiquiátrico.

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SergiusAtm

Mi lado oscuroWhere stories live. Discover now