LA PIANISTA

Capítulo 1

Muchos dicen que el amor a primera vista es cosa de niños pequeños y fantasiosos. Así es como me enamoré yo. Una tarde de diciembre, en el Conservatorio Superior de Música de Zaragoza. No soportaba ir por allí, es más, me ponía malo cada vez que andaba cerca, pero cuando mi padre me llamaba a su despacho tenía que ir me gustara o no. El caso es que acababa de salir del despacho de mi padre y andaba medio perdido por los pasillos, aparentemente todos iguales, cuando de repente oí una dulce melodía que provenía de una de las innumerables salas de ese pasillo. Me acerqué a la puerta y llamé suavemente. Justo en ese momento la puerta se abrió y por ella salió una chica de unos 17 o 18 años cargada con unas carptetas gordísimas llenas de partituras. Como era de esperar nos chocamos y las carpetas que sujetaba se cayeron al suelo esparciendo su contenido. Avergonzado, me agaché murmurando unas disculpas para recoger lo que se había caído, pero la muchacha ya estaba haciéndolo ella sola. Le ayudé como pude y al final me miró a los ojos y se sonrojo un poco. Por fin me acordé de porqué había llamado a esa puerta y le pregunté:
- Ya que estamos aquí ¿ me podrías decir por donde se sale?
La chica bajó la mirada y se fue sin decir nada, yo, la seguí. Cuando vi las puertas suspiré aliviado y al irle a dar las gracias me encontré con que había desaparecido. En cambio, sí que vi a mi padre que venía con cara de pocos amigos diciendo:
- Creía haberte dicho que te fueras a casa volando
- Sí... esto... es que... me he perdido- admití avergonzado- Lo siento.
- ¿Después de todos estos años viniendo aquí casi a diario me dices que te has perdido?- inquirió mi padre con un tono burlesco.
Sin decir nada más salí del Coservatorio y me fui a casa.
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Esa noche durante la cena tuve que aguantar el típico sermón de los padres que decía que era un vago (sí, ese mismo) por parte de mi madre dado que mi padre ya me lo había hechado en su despacho. Pero mi madre fue algo más lejos y me dijo que si no prestaba más atención en la Universidad haría que me retiraran la beca que tenía para estudiar en el extranjero ya que no me la merecía. Ante esto yo tenía la cabeza agachada y de vez en cuando asentía pero mi cabeza, y todo mi cuerpo, estaba a años luz de esa "conversación familiar". Para ser exactos estaba pensando en la misteriosa chica del conservatorio. Me estaba volviendo loco. Quería saber quién era e incluso barajé la idea de preguntarle a mi padre, pero yo valoraba mucho mi vida y enseguida lo descarté. Me decidí a ir a encontrarla, que no a buscarla, al día siguiente al Conservatorio y a hablar con ella.
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Bueno. Eso era el primer capítulo. ¿Opiniones? Comentad, votad etc.
Arriba os he puesto un vídeo de la pieza que estaba tocando la chica misteriosa...