LA PIANISTA

Capítulo 7

Llegó el día del recital y sin que me vieran los de seguridad me colé en la sala de pruebas donde estaba Irene. Me acerqué por detrás y la abracé deseándole suerte. Ella sonrió y me lo agradeció. Actuaba de las primeras así que la dejé y me fui a mi asiento.

Cuando le tocó a ella estábamos sus padres, mis padres y yo conteniendo la respiración. Sus dedos se deslizaban suavemente por el piano, concentrada en cada nota y en no fallar. Una vez terminada su actuación relajó los hombros y puso una de sus mejores sonrisas, se inclinó ante el público y al ir a bajar del escenario se tropezó y se cayó. Pero no se levantó alarmados fuimos a ver lo que pasaba: de los nervios y el estrés se había desmayado.

Llamamos a una ambulancia y se la llevaron al hospital donde estuvo ingresada una semana inconsciente. Se despertó a los ocho días del recital y a mi no me dejaron entrar a verla hasta el día siguiente. Le llevé unas rosas rojas y me miró con cara extraña.

- Son las rosas que no te pude mandar en San Valentín- me expliqué inocentemente- espero que no te importe.

- Me encantan, Andrés- dijo ella hundiendo su cara en el ramo para olerlas.

- ¿Qué pasó Irene?- pregunté- nos diste un susto muy grande.

- Lo siento- dijo avergonzada- los nervios me traicionaron.

Seguimos hablando un rato y cuando me iba me llamó y me dijo:

- Antes de que vinieras ha venido un representante de la Academia de Piano Juliard's. Me ha dicho que tengo que hacer una audición para entrar allí y que estarían encantaos de tenerme "entre sus filas".

- ¡Eso es magnífico!- exclamé.

Al final tanto ensayo y tanto nervio habían servido para algo.

Los días pasaron e Irene cada vez tenía mejor aspecto. Cuando hacía buen tiempo salíamos a dar pequeñas vueltas por los jardines del hospital para que se moviera. Uno de esos días le dije que si la aceptaban en Juliard's y se iba a Estados Unidos estaría dispuesto a seguirla a donde fuera con tal de que ella estuviera feliz.

Dos días después de esa conversación estaba lloviendo y no podíamos salir fuera. Irene estaba descansando y cuando se despertó le dije:

- Se me ha olvidado decirte esto antes pero quiero que sepas que estuviste perfecta en el recital.

Ella me sonrió y me dijo con voz queda:

- Lo sé, siempre lo estoy.

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SIENTO MUCHISISIMO DEJARLO AHÍ PERO TENÍA QUE HACERLO. PROBABLEMENTE QUEDE SOLO UN CAPÍTULO MÁS PERO PODEIS ELEGIR ENTRE UN FINAL FELIZ O UNO TRISTE O LOS DOS. EL ORIGINAL ES EL SEGUNDO (EL TRISTE) PERO HICE UNO ALTERNATIVO PARA QUE NO ME ODIARAIS MUCHO.

NO OS OLVIDEIS DE VOTAR Y COMENTAR CUAL DE LOS DOS FINALES QUEREIS:)