Capítulo 15.

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–Y parece que no aprendiste, estar mucho tiempo bajo el sol te hace mal a la piel– rió alguien, reconocí aquella voz. Fue la misma que me habló días atrás sobre el sol y todo eso.

Suspiré relajado, al menos tengo la certeza de que no me estoy volviendo loco.

Abrí los ojos y me senté para mirar quien era la persona que me hablaba, volteé hacia ambos costados y nada. Di media vuelta y me topé con una chica de rodillas sonriéndome. No logré observar muy bien su rostro, ya que la resolana aumentó y en segundos el sol apareció dejándome algo ciego.

Me levanté sacudiendo mi ropa por la arena que quedaba en ella, volteándome para obtener una mejor vista de la persona, mejor dicho mujer/chica que me había hablado.

Piel pálida, ojos cafés algo claros y cabello marrón oscuro largo. Sus ojos estaban algo achinados debido al sol, me inspeccionó de nuevo y formó una tímida sonrisa.

–Hola– dijo.

No contesté nada por unos minutos –hola–.

Imaginé que saltaría sobre mí, me abrazaría diciéndome que ella es perfecta para estar conmigo, que me ama muchísimo, que jamás me haría daño, y por último diría, lo siento mucho, refiriéndose a Perrie. Nos tomemos una foto, la suba a twitter u otra red social, y todo el mundo se entere de que estoy aquí en Nueva Caledonia, escapando de todo, de los fans, los paparazis, de mi familia, mis amigos, de la falta de su presencia, de la tristeza, del dolor...

–Si... si te quedas por mucho tiempo bajo del sol, tu piel luego arderá y quedará destrozada– soltó.

¿Qué? ¿Esa es la nueva forma de decir que le parezco perfecto, así pueda sacarse una foto conmigo?

– ¿Tú eres la que me habló hace unos días? – pregunté ignorando lo que me había dicho. Me siento un poco incómodo y molesto, quiero que se largue ahora mismo. Aunque creo que reacciono así ya que hace mucho tiempo no hablo con personas, sólo Mara y Elizabeth.

Noté como la chica se ponía incómoda, bajó su cabeza y jugó con sus uñas –eh... yo...– levantó su mirada –sí, fui yo–.

–Ahh–.

–Y parece que aún no me escuchaste– trató de formar una sonrisa pero le salió una mueca.

–Últimamente no escucho a nadie. Rara vez lo hice y ahora menos–.

–Ya veo...– me miró triste. Mierda, ¿acaso no sabe quién soy y por lo que estoy pasando? ¿No sabe la muerte de Perrie, mi novia?

–A la única persona que le hacía caso, se fue y bueno...– no tengo la mínima idea de por qué le digo esto a ella, ¡ni siquiera sé quién es! Y no entiendo cómo va nuestra conversación.

–Eso debe ser horrible– comentó triste.

Ambos nos quedamos parados frente a frete y en silencio, sólo se escuchaban las olas y el viento, aunque ahora todo se había nublado de nuevo, pasaron varios minutos hasta que ella habló de nuevo.

–Soy ______ Taylor–.

¿Taylor? ¿Qué acaso ese no es un nombre?

– ¿Ese no es un nombre? – pregunté. Escuchar esa palabra me hizo recordar a Harry.

–Es un nombre, pero también existen personas que tienen ese apellido. Como mi padre, como yo...–.

No la dejé terminar de hablar –ahh, ya. ¿No sabes quién soy? –.

–No– sus mejillas tomaron un leve color rosa.

– ¿No me conoces ni me has visto antes? –.

She Will Awaken © | zm.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora