Capítulo 26.

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Me encontraba en mi habitación cargando mi celular.

Elizabeth entró a la pieza con mi ropa recién planchada y doblada –gracias–.

–De nada, Zayn– la depositó sobre los pies de mi cama, el timbre sonó repetidamente –aunque las gracias se la debemos a ella– dijo mientras se iba.

–No entiendo–.

–Debe ser muy importante para ti, sino ahora estuvieras con varias chicas gritando tu nombre alocadas– sonrió y se fue.

Me quedé pensando en lo que dijo, aunque enseguida apareció ______ con una remera negra ajustada y un jean corto color azul clarito con zapatillas negras. Antes de que pudiera decir algo, caminé hacia a ella y la abracé muy fuerte.

Primero ______ me miró extraño, acto seguido me abrazó pero no tan fuerte como yo.

–Za...–.

La interrumpí: –fue una semana horrible– dije bajo, sin soltarla –la verdad eres la única que me escucha y extrañé eso. Te extrañé– susurré en su oído.

–Yo también y gracias es lindo escuchar eso de tu parte–.

Sin dejar de abrazarla le conté todo lo que había pasado hasta el día de hoy. También le conté rápidamente el loco pero estúpido plan que tenía pensado hacer, agregando que no había hecho nada "malo" por su llamada.

______ me escuchó atenta durante media hora y al final comenzó a reír –Zayn, tu vida es tan trágica que causa gracia–.

–Lo sé, ni me lo digas que me siento peor–.

–Bueno, pero ya pasó. Creo que debes olvidarlo–.

–Sí, eso estoy haciendo. Gracias por venir– sonrió.

Me miró –por nada. Sabes que estoy para ti cada vez que me necesites–.

–Sí, eso es lo bueno. Y sabes que yo estoy para ti– dije.

–Bueno... eso es algo que todavía dudo–.

Reí –oye– la empujé apenas y ambos carcajeamos.

–Lo siento. ¿Qué haremos ahora? No quiero ir a mi casa– subió sus hombros mirándome.

–Me gustaría que veamos una película– prendí la televisión y como tenían Netflix nos pusimos a buscar alguna película – ¿tienes hambre? Puedo pedirte algo–.

–Mm, puede ser un sándwich– respondió.

–Okay. Ve buscando alguna película que te guste o que quieras ver– le di el control y fui a buscar a Elizabeth para pedirle que nos prepare cuatro emparedados de jamón y queso, además lleve dos botellas de gaseosa. – ¿Y, qué elegiste? – pregunté, tendiéndole la botella.

–Elegí Taken 2, porque es una de mis películas favoritas y porque no había visto la segunda parte–.

–Genial. Veremos Taken 2 entonces–.

______ se recogió en cabello en una coleta y se sentó en el espaldar de la cama, sacándose las zapatillas, y notó cuando la miraba, haciendo que se sonrojara – ¿no te molesta o sí? – preguntó tímida.

–No, claro que no– reí –es que te vi tierna– imité su acción.

Antes de que responda, Elizabeth entró –aquí tienen– nos sonrió y dejó la bandeja al lado mío –si necesitan algo más, me llaman–.

–Gracias– respondimos los dos y asentimos.

A los veinte minutos de la película yo ya me había terminado mis dos sándwiches y _______ recién iba por la mitad del primero, estaba demasiado concentrada en la película y no le sacaba la mirada de encima, notaba cómo se estresaba y cómo se ponía nerviosa, haciéndome reír.

La verdad no le presté demasiada atención, el film es bueno e interesante pero yo ya la había visto y digamos que me gustaba más la primera parte, porque era mejor y estaba más buena.

De todas maneras, la seguí viendo porque a ella le gustaba mucho y era lo menos que podía hacer por _______.

La película estaba llegando a su fin y el celular de ella sonó, dijo: –ahora vuelvo– y se levantó para ir a hablar. Yo trataba de escuchar lo que decía pero ella sólo asentía y respondía demasiado contenta sí o no, comenzó a reír y habló sonriendo: –ya nos veremos– agregándole –sí, yo también estoy nerviosa–.

Iba a subir el volumen pero dijo otras cosas haciéndome recordar que la última vez que nos vimos, ella se fue corriendo por su novio. Y no le pregunté de eso, aunque ya no es necesario pasar por el papel de estúpido que vengo haciendo desde hace un largo tiempo atrás.

Quería gritarle que se largara y que por qué me estuvo utilizando todo éste maldito tiempo, pero esperé a que terminara su importante charla con el estúpido de su novio. Que vayan a la mierda.

–Si tienes novio, no deberías estar conmigo– dije cuando ella terminó de hablar y me miró raro.

– ¿Qué? – preguntó.

Reí molesto –qué actriz–.

–Discúlpame Zayn, pero no te entiendo–.

–No te hagas la desentendida conmigo, sabes perfectamente de lo que te hablo–.

–No lo sé– respondió levantando una ceja.

– ¡Que tienes un maldito novio, y jamás me lo dijiste, que estás aquí conmigo cuando tienes otras cosas más importantes que hacer, que me escuchas cuando quieres porque yo siempre estoy escuchándote! – le grité molesto.

–Eres un idiota– me miró mal.

–Sí, claro. Ahora yo soy el idiota–.

– ¿Podrías dejar que te expliqué? Mejor dicho escucharme–.

– ¡Pensé que eras diferente pero terminaste siendo la típica cualquiera! –.

– ¡Sí no puedes escuchar y si no quieres escuchar, te terminarás quedando más solo de que lo estás ahora!! Tus actitudes son una mierda, Zayn– gritó enojada y se colocó sus zapatillas.

Me quedé duro y medité por unos momentos que tenía razón –perdón– solté.

______ suspiró –está bien. Perdóname por gritarte–.

–Creo que ambos fuimos impulsivos– me senté en la cama de nuevo.

–Sí, yo también pienso lo mismo– dijo y me sonrió –estamos bien–. Esta chica está loca.

–Síp– respondí.

– ¿Puedo contarte? – me miró y asentí –lo conocí la semana pasada. Mis padres invitaron a su familia, y de paso hablaron sobre el compromiso, la boda y todas esas porquerías. Nada formal pero con mucho apuro. Aunque nos dijeron que pasemos tiempo juntos y nada, eso– su tono de voz sonaba triste.

– ¿Estás triste? –.

Se quedó mirándome –ni me gusta, me cae bien y me parece simpático, pero no me encanta, creo que no es de mi tipo– su celular comenzó a sonar y colgó la llamada triste –eso es todo–.

–Gracias por contarme–.

–Por nada. Es bueno contar esto, no lo puedo hablar con nadie y hay veces que me siento sofocada de tanto que guardo– desvió su mirada.

– ¿Cómo está tu hermana? –.

–Ella está mejor. Sí, el otro día le compraron unas muñecas y se puso demasiado contenta– respondió –me encanta verla feliz–.

Su teléfono volvió a sonar y ______ no contestó, eso me pareció raro y no alcancé a ver quién la llamaba.

– ¿Se tienen qué juntar ahora? – pregunté dudoso.

–Eso no importa–.


Era otro día y llamé a ______ unas seis veces, y le dejé cinco mensajes. No respondió, ni contestó mis llamadas. Esperé a que lo hiciera y no obtuve buenos resultados.

Cuatro días pasaron y no tenía la menor idea de qué le había pasado, ya me estaba preocupando. 

She Will Awaken © | zm.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora