Nunca te abandonaré (Zayn Malik) (COMPLETADA)

Capítulo 25. Sólo amigos

Zayn accedió a quedarse en su casa, eso hacía que ella se sintiese más tranquila. No era buena idea que durmiesen juntos, así que tenían qué decidir cómo iban a pasar la noche.

- Deberías dormir en mi cama, yo dormiré en el sofá.

- No pasa nada, parece cómodo...- murmuró Zayn.

- Pero es más cómoda mi cama, estás herido.

- Te lo agradezco mucho, de verdad. Pero prefiero dormir en el sofá.- insitió él.

- Vale, te bajaré unas mantas.

CuandoIsabella bajó, vió que Zayn estaba recostado en el sofá, se había quitado la camiseta.

- Vas a dormir con los vaqueros puestos?- preguntó ella inocentemente.

- Me los quitaré cuando estés arriba.- contestó él sonriendo mientras se levantaba.

- Toma,- Isabella le tendió la almohada y la manta- Buenas noches, si necesitas algo me dices.

- Gracias,- él se acercó para darle un beso en la mejilla- menos mal que estás aquí.

Ella simplemente le devolvió la sonrisa y se dirigió al piso de arriba.

Habían pasado un par de horas y seguía dando vueltas en la cama. No podía dormirse, lo que había pasado esa noche le había dejado el cuerpo deshecho, y que él estuviese abajo no ayudaba. Tenía ganas de bajar para ver cómo estaba. Se preguntó si estaría despierto también. No tardó muchos segundos en incorporarse y dirigirse a las escaleras para ir hacia el salón. Observó que él ya estaba dormido, no entendía cómo, pero se imaginó que entre el cansancio y las cosas que se había tomado para el dolor, estaría agotado. Isabella se acercó sigilosamente al sofá y se agachó para poder verle de cerca. Sin darse cuenta, empezó a acariciarle las mejillas, la nariz, las cejas... No pudo resistir el impulso y acabó dándole un corto beso en los labios. Él se movió un poco hasta que finalmente se despertó.

- Hola... qué haces?- le preguntó él entre sueños.

- He venido a ver cómo estabas...- susurró ella.

- Cómo estaba yo? O cómo estaban mis labios?- preguntó él sonriendo.

Ella rió con timidez. Zayn se dió cuenta de cómo estaba Isabella y le hizo un hueco para que se sentase al lado de su cadera.

- No puedes dormir?

- No... Estaba preocupada por ti... Siento haberte despertado.

- Me has acogido, me has curado, me vienes a ver para asegurarte de que estoy bien y me pides perdón?

- Me refiero al beso...- aclaró ella para sacar cuanto antes el tema.

- Nunca podría quejarme de que me beses...- le dijo acariciándole la cintura.- Quieres quedarte aquí?

- No, me iré arriba. Necesitas más espacio y dormir.- Isabella no quería marcharse pero sabía que tenía que hacerlo. No quería arrastrarse para dormir con él.- Buenas noches.

Estaba empezando a quedarse dormida cuando notó que el colchón se hundía detrás de ella. Unos brazos que conocía muy bien la rodearon y ella giró la cabeza para encontrarse con la mirada de Zayn. Él le sonrió y acercó los labios a la frente de ella. Ella hubiese deseado que ese beso hubiese sido en los labios, pero al menos le tenía a su lado.

- No estaba tan bien como pensaba. Ahora estoy mucho mejor...

- Ya te he dicho que tenías que dormir en la cama.

- No es por la cama... Lo dices en serio?

- Ya lo sé, pero me gusta que me lo digas.

- Duermo mejor cuando estoy contigo.- dijo él sonriendo.- Ya sabes que es así. Lo que pasa es que se me hace raro estar contigo aquí y no...

- Ya lo sé,- interrumpió ella- a mi también. Te echo mucho de menos.

- Y yo a ti, no te imaginas cuanto... Deberíamos dormir, sino ya sabes cómo acabará esto.

- Sí... Y ahora sólo somos amigos.- dijo ella aunque era evidente que no era cierto.

Zayn le besó en los labios durante un instante mientras le acariciaba el pelo. Mientras se quedaban dormidos, ella no dejó de acariciarle las manos. Al menos esa noche, estaba a su lado.

A la mañana siguiente, Zayn llamó a su madre para explicarle que se le había hecho tarde en casa de Isabella, pues también le contó que eran "amigos", aunque evidentemente, ésta no se lo creyó.

- Qué vas a hacer? Vas a volver a casa?- preguntó Isabella mientras se tomaban el desyuno.

- Debería hacerlo, no puedo quedarme aquí hasta que desaparezcan todas las magulladuras.

- Vale, puedo tapártelas con maquillaje si quieres, aunque no es bueno, se te pondrán peor...

- Si se me destapan, puedo decir que me has pegado tú!

Los dos empezaron a reír, hacía tiempo que no se reían juntos, y eso reconfortó bastante a Zayn.

- Quieres que me quede aquí hoy? Puede que se nos ocurra algo... Y así, no sé... no estarás sola esta noche.- preguntó él temiendo al rechazo.

- Me parece bien. Pero antes tengo que hacer una cosa, puedes esperarme aquí? Tengo que salir, no tardaré más de una hora...

- Claro, quieres que vaya contigo?

- No, mejor voy sola, no tardaré nada.- anunció ella mientras subía las escaleras para ducharse y vestirse.

Isabella salió de casa con paso decido. Sabía perfectamente a dónde iba. Cruzó las vías del tren y dos calles más hasta que llegó a su destino. Llamó al timbre varias veces repetidamente, haciendo que el sonido fuese estridente. El chico que abrió la puerta se quedó sorprendido de verla, abrió la puerta con una gran sonrisa.

- He venido a decirte que como tú o tus amiguitos volváis a hacerle daño a Zayn iré a por ti, y va en serio.

- Espera espera, qué pasa?

- Sé lo de la paliza de ayer...

- A penas discutimos! Está exagerando!

- Conozco tu manera de discutir, mi mejilla es testigo de ello...- dijo Isabella con una voz calmada pero llena de rabia- No vuelvas a acercarte a él.

- Qué pasa? Después de haberte dejado tirada como una colilla, vas a defenderle?

- Siempre me va a tener, tenlo claro. Y sé que yo a él también .

- No, de eso nada, soy yo el que siempre va a estar para ti...

- No lo entiendes? No soy tuya, nunca lo volveré a ser y aún me pregunto cómo coño pude aguantar tanto tiempo contigo. Olvídate de mi, me das asco y te odio!- los gritos de Isabella se oyeron tanto que algunos vecinos salieron a la puerta, otros observaron desde el balcón. Ella se disponía a volver a casa, pero dió media vuelta para decirle una última cosa.- Y si vuelves a molestarme a mi o Zayn, te romperé la cara...

Orgullosa de sus palabras, volvió a casa a cuidar de lo que más le importaba.