Atraido a una gordita

8

—Atención contenido adulto—

Un sonido que resonaba en mi cabeza el cual haciéndome sobresaltar pensaba que era la alarma, pero no fue así, me equivoque era una llamada en mi celular la cual provenía de la directora.

Cuando miró el reloj que esta al lado.
Mierda, mierda, mierda.—pensé

No me podía creer la hora. Era eso de las 8:05. Me había tomado el día con toda la máxima rapidez posible, me encaminé al baño, cuyo acto seguido fue dejar el suelo mojado por accidente así este mismo haciéndome caer. Me levanté de aquel trágico momento, me encaminaba al armario, tome la primera ropa que encontré.

Había tomado las llaves encima de la cantina me dirigía hacía el garaje para introducirme al auto.

—Lo más posible es que las luces se pongan todas rojas cuando valla de camino.-

Y tal como lo predije así sucedió, es que cuando vas tarde a un lugar al mundo le da la gana de fastidiarte. 

Acabado de llegar ya a la universidad estando en el aparcamiento, aparte de que me alineó mal, una goma comienza a vaciar.

Diablos, no tengo tiempo para esto.- bufé.

Con la mayor rapidez posible me encamine a la oficina ponche lo más rápido a tal extremo que ni escuche ni vi si estaba la secretaria. Abro mi salón, acomodo mis pertenencias en el escritorio. Y comienzo a llamar a la directora.

*Llamando*

—Hola profesor Lemuel, buenos días.

—Buenos Días señora directora, le llamo para saber a que se debía su llamada. 

—Era para saber por que usted no se ha presentado a la universidad?

—Pues señora directora con todo su respeto estoy en mi respectivo salón.

—Pues le mandaré los alumnos que están en mi oficina que decidieron esperar aquí hasta que usted llegue. ¡que pase linda tarde señor Lemuel!

—Igual usted.

Luego de esa llamada me quede esperando a los alumnos. Cuando algo me hace salir de mis pensamientos.
Un sentimiento de desnudes me captura por completo. Toque mis pantalones y era ahí la fuente de este sentimiento me doy de cuenta que no me había puesto un bóxer.

Mierda- bufé

Sentí cuando tocaron a la puerta y preguntaron si podían pasar yo sólo asentí.

—Busquen en aquel estante un libro y copien todo de la página 48 y 49. Lo demás sigan las instrucciones. Ya son mayores no tengo que explicarles nada más.

Coloqué ambos brazos en el escritorio, mi rostro cubrido por ambas manos. Me moría de la vergüenza, cuando bajo las manos de mi rostro sólo me fijo en ella, quien estaba ahí leyendo y haciendo su trabajo. Tendré que acostumbrarme a esta poca cercanía entre ambos.

Quisiera poder acariciarla, tenerla en mis brazos, repetirle lo mucho de hermosa que se ve hoy, acariciar su cabello hasta que se duerma, sentarla en mi regazo y ambos estar leyendo un libro interesante. Quisiera hacer tantas cosas pero sólo obtengo una la cual tendré que conformarme.

Es verdad lo que decía mi madre. “No siempre lo tendrás todo.”

Esto es tan difícil para mí.

—Buenos Días, con su permiso profesor.- dijo la directora yo sólo asentí.

A que se deberá su visita.

—Les quiero presentar a su nueva alumna profesor es la joven Kelyan.-

Era la hermana fraterna de Arianne. Me quedó perplejo ante tal situación. Mí mirada se va en dirección a Arianne quien hace el mismo acto nos quedamos mirándonos y decido que debo hablar con ella.