Capítulo 3

9.4K 655 170
                                    

~Narra Ethan~

- Sara, voy a beber con Lexx hoy, quizás me quede a dormir en su apartamento - le di un beso - espero no te importe.

- No amor, descuida. Aprovecharé y saldré con unas amigas.

Me dirigí al bar donde Lexx me esperaba, ansiaba verlo. Mi corazón palpitaba con gran fuerza, hemos sido amigos por quince años pero, los nervios de verlo prevalecían. Quisiera poder estar siempre a su lado.

- Te amo - le oí decir. Mi corazón brincó, mis mejillas se tornaron carmesí. Mi sorpresa era evidente. Pronto sentí sus labios sobre los míos, me quedé estático.

Lamió mi labio, su lengua rozó la mía, jugaba con ella mientras mi cuerpo se calentaba. Sus dedos marcaron una trayectora a partir de mis uñas de forma ascendiente pero se detuvieron mi rozar mi anillo de bodas.

En ese momento, dejaste de besarme, te separaste de golpe y tu aterrada mirada se encontró con la mía.

Estabas completamente ebrio.

"Mis siete segundos en el paraiso"

Quisiera que aquellos segundos no hubieran acabado jamás, pero aquel anillo lo trajo de vuelta a la realidad. Me pidió disculpas entre risas, pero algo en mí, cambió.

Me ofrecí a llevarlo a su apartamento, en el que cruze la raya.

Al colocarlo en su cama me rodeo con sus brazos y me atrajo hasta si, luego me besó. Si había creído que el beso anterior había sido intenso, éste no tenía comparación.

Me separé bruscamente cuando sentí que iba a perder el control, luego le di la espalda y mis labios se curvaron formando una sonrisa. Mis mejillas y todo mi cuerpo estaban en llamas, quería poseer a ésta persona, lo deseaba con todas mis fuerzas.

Esperé impaciente que el sol hiciera su aparición, quería asegurarme de que Lexx no recordara nada y confundirlo si era necesario, él es tan importante para mi, que no quiero que se vaya de mi lado.

La ventaja de ser su mejor amigo, es poder seguir a su lado sin importar que éstos sentimientos existan en el rincón de mi corazón, por los cuales lucho conmigo mismo cada día para encontrar la fortaleza de retenerlos, pero creo que no será tan fácil de ahora en adelante.

Estabas profundamente dormido, tu rostro sumido en un sueño era simplemente hermoso, en un momento curvaste tus labios y susurraste mi nombre con una sonrisa. Tomaste entre tus brazos una almohada y te enroscaste en ella.

- Ésto es demasiado - susurre entre dientes. Mordí mi labio hasta que comenzara a doler.

No podía entender qué había sucedido pero estaba dispuesto a averiguarlo. Tomé la decisión de salir nuevamente y averiguarlo.

Esa mañana aguardé a que Lexx despertara para confirmar que no tuviera recuerdos de la noche anterior pero, conociéndolo, aun si los tuviera él no diría nada al respecto.

- ¿Cómo va tu resaca? - reíste - anoche a penas llegamos a tu apartamento, caíste dormido como un muerto y te tuve que arrastar hasta tu cama.

Actuó como si nada hubiera pasado, podía ver una pizca de decepción en sus ojos, puede creer que lo oculta bien pero, yo lo conozco mejor que nadie, mi pregunta es, ¿por qué?

Aunque me muriese por preguntar no debía hacerlo, por que podría exponerme y no valía la pena el riesgo.

Pasaron meses antes de volvernos a ver, pero nunca perdemos el contacto, hablamos a diario. A pesar de todo, él sigue siendo mi mejor amigo.

El esposo de mi hermana (Yaoi-gay) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora