Capítulo 12 - Final

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BUENAS BUENAS XD
Hola lectores, tal vez a algunos les sorprenda que sea el final, olvidé anunciarlo en el capítulo anterior, por ende decidí dejarlo como una sorpresa.
Gracias por su apoyo y leer las historias que escribo con tanto cariño.

Además, les tengo una pequeña sorpresa al final del capítulo ಥ⌣ಥ

Narra Ethan

Han pasado casi dos años desde que Lexx y yo nos separamos, han pasado muchas cosas en aquél lapso de tiempo. Primero, descubro que Lexx correspondió mis sentimientos desde el principio. Segundo, nos envolvemos en una relación a espaldas de mi ex esposa. Tercero, nos descubre. Cuarto, nos miente sobre su embarazo. Quinto, Lexx desaparece por obvias razones. Sexto, finalmente me divorcié. Séptimo, busco a Lexx en todos los lugares que se me ocurrieron que podría estar pero encontrarlo no será sencillo pensé, sin embargo al cabo de un año lo hice, lo que me lleva al octavo punto, Lexx parece feliz con su ex.
¿Podré crear un noveno y décimo punto? Lo robó y le digo que lo amo.
¿Y viviremos felices para siempre?
Ésta es la vida real, Ethan.
Por casualidad de la vida que parece divertirse con el destino de las personas, bebía un café en la cafetería a la que ellos entraron, él estaba con una bella sonrisa y unos ojos resplandecientes.
Pude haber sido yo...
Lo tuve siempre a mi alcance...
Y lo dejé ir.

No podía simplemente aparecer y hacer a Ian a un lado para hablar con Lexx, lo espantaría y tampoco es justo. Amo a Lexx pero, su sonrisa ne hizo dudar, le he causado tanta amargura que no merezco estar a su lado. ¿Aún me amará?

"Es Ethan, necesito hablarte de Lexx". Le escribí a Ian, él vio el mensaje y miró a Lexx. Apretó sus labios y comenzó a escribir.
"¿Qué pasa con él? ¿Lo encontraron?" Respondió. Reí amargamente.
"Afortunadamente, sí." respondí. Su cara se tornó pálida, miró a varios lados pero no logró localizarme, miró a Lexx que estaba en la caja ordenando probablemente un frapuccino. Intentó decirle algo pero se acobardó. "¿Es feliz?" envíe otro mensaje.
Dudaba qué responder, podía verlo escribir y borrar.
"Lo es." Finalmente respondió.
"Eso veo." podía ver como mis mensajes lo alteraban.
"¿Dónde estás?"
"Justo aquí. Quiero hablarte a solas.No le digas a Lexx que estoy aquí."
"De acuerdo, te veo en este mismo lugar en un hora."
Como lo suspuse, un frapuccino. Reí para mí.
Lexx pareció extrañarse ante las palabras de Ian pero a los segundos le dejó de tomar importancia y salieron del local.

La hora transcurrió.
"¿Sigues aquí?"
"Aquí sigo."
Alce mi brazo para que él me viera, lucía afligido.

-Sientate - le pedí. Él obedeció.
-¿Qué haces aquí? - preguntó.
-He estado buscando a Lexx cada fin de semana, por casi dos años. He visitado cada lugar que se me ocurrió podría estar, y finalmente, llegué aquí.
-¿Para qué lo buscas? ¿Por qué no te ocupas de tu familia y lo dejas iniciar de nuevo? Dejalo ir, lo haz hecho sufrir lo suficiente.
-¿Mi familia? - me miró confundido por la pregunta.
-Estás casado con Sara ¿o no?
-Nos divorciamos al poco tiempo en que Lexx desapareció. - No podía creer lo que oía.
-¿Y... tu hijo?
-No existe.
-¿Qué?
-No existe. - Repetí.
-¿Eh? - Ian ya no estaba en éste planeta. ¿Qué quieres decir con que no existe?
-Sara nos mintió para recuperarme.
-Imposible...
-¿Qué te dijo Sara?
-Que Lexx había desaparecido... por su culpa.
-¿Te dijo la razón?
-No lo hizo.
-Asumo Lexx te dijo que Sara estaba embarazada.
-Lo hizo.
-Iba a pedirle el divorcio y me dijo que estaba embarazada pero antes habló con Lexx y huyó. No lo culpo.
-No sé que decir... ¿Ósea que estas aquí para recuperarlo?
-Así es. - no había dudas en mis palabras.
-¿Crees que voy a entregártelo porque fue un malentendido? - se puso a la defensiva.
-¿Te ama? - Pregunté. Mantuve la calma. Apretó su labios.
-¿Y si lo hace, qué? - Sus ojos demostraban lo desesperado que se sentía. Suspiré.
-¿Me ha olvidado? - Pregunté con el hilo de calma que me quedaba.
-Sí. - Respondió. Bajé la mirada.
-No es gratificante amar a alguien que no te ama y tratar de amar a alguien que no amas... tampoco lo es.
-¡No tengo porque aguantar tu sermón! - Se puso de pie. Sonreí. -No veo cual es la gracia.
-Sientate.
-Esto es una estupidez, ¿era todo lo que tenías que decir?
-No. - Respiró profundo, dio un paso adelante y uno atrás y volvió a sentarse exasperado y reventó:
-Él no me ama, nunca lo hará.
Su expresión me decía todo lo que necesitaba saber. Estaba herido, resignado, abatido frente a la cruel realidad.
-Lo lamento...
-No es cierto - rio. Sonreí. - Si él se enterará de la verdad, me dejaría sin dudarlo un instante - su voz se quebró. Sus ojos se cristalizaron.
-Es probable... No espero nada solo quiero decirlo, gracias.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Por cuidar de él, por estar para él cuando te necesito, cuando no estuve...
-Eres de lo peor - rio con amargura. Reí.
-Vuelvo a preguntar, ¿es feliz?
-No... - bajó la cabeza.
-Se veía feliz hace un rato. - observé.
-Disfruta mi compañía, es todo pero tú... tú recuerdo siempre esta ahí, al punto de que no avanzamos como pareja.
-¿Están saliendo? - Me miró con cara de "¿y qué esperabas?"
-Te odio, ¿lo sabes no? - Me dijo seriamente.
-Perfectamente, también te odio, ¿lo sabes no? - Rio.
-No quiero entregártelo... - meneó la cabeza.
-Él tiene derecho a saber la verdad.
-No tienes que decírmelo, eso ya lo sé. ¿Tu punto?
-Quiero que él decida que hacer después de saber la verdad, si volver conmigo o quedarse contigo. Es su decisión, no es ni tuya, ni mía.

El esposo de mi hermana (Yaoi-gay) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora