Doce.

2.6K 212 35
                                    


Grace, o bueno, Alice estaba sentada en el borde de la cama mientras yo esperaba pacientemente a que me contara. - Mentí sobre mi nombre para protegerme - dijo al fin. Cogí uno de sus mechones ondulados.

- ¿De quién?

Ella se encogió de hombros - Personas que querían hacerme daño. Es complicado, Ethan.

- ¿No vas a contármelo nunca? - me acerqué a ella y quité su pelo de su hombro derecho y lo acaricié.

- No hagas eso - dijo. Bajé mis dedos por su brazo hasta llegar a su mano. Besé su hombro, dejando unos segundos mis labios en su piel. Quería que supiera que podía contar conmigo. Quería ayudarla. Grace se giró y me abrazó, cosa que no me esperaba. Me eché hacia atrás y ambos nos acomodamos en la cama. Tenía su cabeza casi metida en el hueco de mi cuello.

Acaricié su espalda por encima de la camiseta - Mi padre trabajaba para una mafia - dijo. - Mi madre murió por eso, y él... no lo sé. No sé dónde está, Ethan. Lo he buscado, pero no hay señales de él, por eso digo que está muerto. Es más fácil para mí - susurró eso último y mi corazón se oprimió ante eso y ante la manera en la que ella se abrazaba a mí.

Me pregunté cómo sería ella si nada de eso hubiera pasado, y sabía que eso era una mota de polvo comparado con lo que aún le quedaba por contarme. - ¿Cómo entraste en este mundo? ¿Amigos de tu padre?

- No - susurró – Bryan me encontró y me llevó ante mi jefe. – Yo necesitaba ayuda y acepte la suya. Él y Bryan me ayudaron. No tenía nada.

Supe que no debía hacer más preguntas. Habíamos avanzado bastante esta noche. Sabía que se llamaba Alice y de que su vida había sido más que jodida, aunque me imaginé que una horrible historia se escondía detrás de esta chica.

Mi cabeza no dejaba de dar vueltas a posibles historias sobre Grace. Sabía que ella no estaba dormida, aunque estaba completamente quieta. – Entonces, ¿Cómo debo llamarte? – lamí mis labios.

- Grace, sigue llamándome Grace. – se quedó callada un momento – Gracias.

- ¿Por qué?

- Por quedarte. – sonreí.

- No tienes que darlas, no sé por qué, pero me gusta estar contigo. – Ella se incorporó.

- ¿Cómo que no sabes por qué?

Su pelo estaba desordenado y no llevaba maquillaje. Le puse un mechón de pelo bien. – A veces das un poco de miedo. – Grace sonrió - ¿Me das un beso?

- ¿Quieres que te de un beso? – ella alzó una ceja.

- Sí – Grace miró mis labios y después a mis ojos. Se acercó lentamente a mí y echó su pelo a un lado. Sus labios rozaron los míos. Mi mano se puso en su mejilla y profundizamos el beso. Sus suaves labios conseguían que me olvidara de todo.

Grace se separó. - ¿Hora de dormir? – preguntó.

- Hora de dormir.

Abrí mis ojos y parpadeé varias veces, acostumbrándome a la luz. Toqué el lado donde debería de estar Grace, estaba frío. Me incorporé y rasqué mi nuca. Bostecé y me levanté. Me tomé la libertad de ocupar el baño de Grace. Tenía una bañera grande, donde cabríamos los dos perfectamente. Había un mueble blanco y el espejo era grande. Me miré en el espejo y cogí la pasta de dientes. Me eché en el dedo y me lavé los dientes por encima. No era de coger el cepillo de dientes de nadie. Era algo muy íntimo. Me enjuagué la boca y me lavé la cara. Salí de la habitación y bajé las escaleras. Mis pies descalzos pisaban el parqué. - ¿Grace? – la llamé. No estaba en la cocina, tampoco en el salón.

4. Saga Cree en mi - Bang BangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora