Diecisiete.

2.5K 209 17
                                    

Abrí los ojos y parpadeé varias veces, acostumbrándome a la tenue luz de neón colgada del techo. La cabeza me dolía y mi boca estaba seca. Mis brazos estaban colgados del techo con una cuerda. Empezó a darme ansiedad, otra vez no. Intenté soltarme, pero el esfuerzo fue en vano. Recordaba perfectamente estar andando por un callejón, con mi arma en la mano. Bella había desaparecido en el callejón y no la habíamos vuelto a ver.

Ahora yo estaba aquí. Volví a intentar soltarme. No pasaba tanto miedo desde hacía mucho. Necesitaba defenderme, salir de ahí, pero no podía. Miré hacia el frente cuando escuché unos pasos. Un hombre alto, vestido de negro tenía una cadena pesada en sus manos. Respiré agitada cuando lo vi mover la cadena. Se acercó lentamente a mí. No podía verle la cara porque llevaba un pasamontañas. La cadena arrastraba por el suelo y el ruido me hizo estremecerme. Me rodeó y observé todos sus movimientos hasta que se puso detrás de mí.

Ethan

Bebí de mi cerveza y miré a Alex contestar su móvil. Hacía un día que no veía a Grace. Me había dicho que tenía trabajo, que cuando estuviera libre, me llamaría o me iría a visitar, y que esta vez no se le olvidaría. No había hecho ninguna de esas cosas aún, y mentiría si dijera que no estaba preocupado. Grace me tenía todo el tiempo pensando en ella, y también preocupándome. Alex dejó el teléfono en la mesa y me miró. – No me lo puedo creer, estás loco. – sonreí ante sus palabras. Sí, estaba loco. Pero él no conocía a la chica que había detrás de Grace, a Alice.

Había estado pasando unos días con ella y a pesar de su atormentada y difícil vida y personalidad, era increíble. La forma en la que sonreía o se reía. La forma en la que me miraba, como si yo fuera su salvavidas, y espera serlo. Hacer de comer con ella, comer en su jardín. Besarla, abrazarla y escuchar alguna que otra ironía salir de su boca. Me encantaba.

- Bien, ¿Cuándo la vas a invitar a que salga con nosotros? Sabes que tenemos que darle el visto bueno. Aunque yo sinceramente no sé dónde dárselo. Dime que por lo menos folla bien.

Reí y negué con la cabeza – Sí, folla bien.

Y tanto, no podía quitarme su cuerpo de mi cabeza.

- Podrías decirle que se venga mañana – bebió de su cerveza.

- Claro, aunque no sé nada de ella desde hace un día y medio.

Alex soltó una carcajada – Tío, dale un respiro a la chica, también tiene vida.

- No es eso, Alex. Ella tuvo que ir a hacer... cosas – dije y mi amigo asintió lentamente, captando por donde iba todo – Y aún no sé nada de ella, es normal estar preocupado – me encogí de hombros.

- Bueno, ya dará señales de vida.

Mi móvil sonó y ambos lo miramos encima de la mesa. Lo cogí y vi que no tenía guardado el número que me llamaba. - ¿Sí? – contesté.

- Hola, Ethan, soy Austin. – Fruncí el ceño y Alex me miró alzando una ceja.

- ¿Qué ocurre?

- Es Alice, digo, Grace. Tienes que venir a su casa, trae un botiquín o que se yo – dijo rápido y nervioso – Está herida, es muy grave.

Eso fue lo que tuve que oír para levantarme de la mesa y hacer que Alex me miraba extrañado – Voy para allá. – colgué. – Acompáñame.

- ¿Qué ocurre? – dijo bebiéndose de lo que le quedaba de cerveza de un trago mientras que se levantaba – Menos mal que hemos pagado ya las cervezas – dijo siguiéndome hasta la salida.

- Es Grace, está herida.

- ¿Herida? ¿Qué le ha pasado?

- No lo sé, Austin me llamó y me dijo que llevase un botiquín, que es grave.

4. Saga Cree en mi - Bang BangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora