Veintiocho [I]

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Me abracé a papá antes de dirigirnos a la casa de Daniel. Sabía que era peligroso y de que podían matarnos a alguno de los dos. Bryan se puso a mi lado y Austin delante. Teníamos que salir todos ilesos de ahí, no podía perder a nadie más. Respiré profundamente, rezando por encontrar a Ethan con vida y salir sanos y salvos.

Sujeté el rifle de asalto que tenía en mis manos. Respiré una última vez antes de seguir a Bryan dentro. La seguridad de la entrada estaba tirada en el suelo con sangre alrededor y los demás entramos con cuidado, ocultándonos en los árboles que había por allí. Bryan se puso a mi lado – Ten cuidado – me susurró. Asentí y puso su mano en mi cuello para acercar mis labios a los suyos en un duro beso.

Se separó de mí y me miró una última vez antes de empezar la guerra. Miré a papá y este asintió. Salí de mi escondite y empecé a disparar a los guardias que había en la puerta.

Mi corazón bombeaba con fuerza y mi respiración era irregular debido a los nervios y a lo que estaba corriendo para entrar en la casa. Me puse en la puerta y disparé cuando me apuntaron con el arma. - ¡Vamos! – escuché a Bryan.

Corrí hasta ponerme a cubierto en una de las columnas mientras veía a algunos de los nuestros en el suelo. Miré a mi derecha y vi a papá.

— ¡Busca a Ethan! ¡Olvídate de  Daniel!

— ¡Él estará donde esté Ethan! – alcé la voz por encima de los disparos.

Apunté con mi arma y empecé a disparar para salir de la columna y dirigirme al despacho de Daniel, en la primera planta. Subí las escaleras de espalda y papá me siguió. – Yo te cubro – empezó a disparar y me giré para subir las escaleras y disparar a los hombres que venían del piso de arriba.

Disparé a mi derecha y vi a un hombre a mi izquierda, cuando iba a dirigir mi rifle a esa dirección, ese hombre ya estaba en el suelo. Miré hacia abajo y vi a Austin. Asentí hacia él dándole las gracias y subí lo que me quedaban de escaleras. Apunté mi arma a mi derecha y papá a la izquierda para disparar a los hombres que venían a atacarnos. Corrí, saltando los cuerpos que había matado, sintiendo a papá correr detrás de mí. Giré a laerda en la esquina y retrocedí chocándome con papá cuando me dispararon.

— ¿Estas bien? – me preguntó mirándome.

— Sí, estoy bien. – miré el rasguño de mi brazo.

Papá asomó su arma por la esquina y disparó. – Vamos, iré delante.

Lo seguí y cuando pasamos a esos dos hombres vi que uno de ellos seguía vivo. Apunté con mi arma hacia él y me miró a los ojos. Dejé de apuntarle cuando me di cuenta de lo que estaba haciendo. Me agaché a coger las pistolas y a quitarles las balas. Papá me miraba desde el final del pasillo y no tardé en alcanzarlo.

— Es la tercera puerta – susurré.

Papá asintió y abrió la puerta con cuidado, ambos apoyados en la pared. Nos miramos y asentimos para entrar los dos en la habitación con las pistolas en alto.

Daniel tenía a Ethan. Este estaba golpeado, lleno de sangre y sentado en una silla. En su sien descansaba una pistola, sujetada por Daniel.

— Soltad las armas si no queréis que lo mate. No me importa morir si sé que te he hecho daño, Alice.

Miré a papá y ambos soltamos las pistolas en el suelo. Él seguía apuntando a Ethan, que estaba con la cabeza gacha, incapaz de levantarla.

— Cuidé de tu hija. ¿Y me lo pagas así? – le dijo esta vez a papá.

— No es como si esto se llamara cuidar de mi hija, Daniel. No me imagino a alguna de tus hijas viviendo en esta situación.

— Le di una vida.

4. Saga Cree en mi - Bang BangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora