Can't love you

Capítulo #10

La puerta del baño se encontraba frente a mi, Robert con un movimiento abrió la puerta, antes de que él se pudiera girar, tiré de su mano, para poder introducirlo al baño.

Su espalda estaba pegada a la puerta ya cerrada, rodeé su cuello con mis brazos para acto seguido poder besarle, a lo cual él no se opuso.

Los besos subían de tono, al igual que las caricias que nos brindábamos, no pude continuar, él se había despegado de mi.

-Nena, ahora no, tus padres están abajo -dijo sujetando mis manos.

-Pero...-deje mi palabra flotando en el aire ya que él inmediatamente me interrumpió.

-Nos tardaríamos mucho -contestó un tanto apenado.

Él salió de la habitación. Me senté en el piso, no podía dejar de pensar en lo que acababa de pasar ¿me ha rechazado? nadie en mi vida lo había hecho, tal vez esta pregunta suena estúpida, ya que solo estoy pensando en estar en sus brazos, mas no en las consecuencias, las cuales serían muy, demasiado graves, mi padre podría romper la relación con él, lo cual significaría que el negocio entre ellos se vendría abajo, Robert perdería el trabajo y bueno los rumores corren demasiado rápido, lo cual significa que él, ya no tendría ninguna oportunidad en la arquitectura; en cuanto a mi, mis padres me enviarían directo a un internado.

Mi rostro estaba caliente, efecto producido, por lo excitación o por la vergüenza. Mojé un poco mi rostro para bajar la calentura, después tomé una toalla que estaba a un lado del lavabo y sequé mi rostro. Di un gran suspiro y salí del baño.

******

-Que bueno que has venido, dijiste que tenías algo demasiado importante que contarme -dijo Marianne intrigada.

-Dios mío, no me veas mal por lo que estoy a punto de contarte -pedí.

-Claro que no lo haría, vamos habla -insistió.

-Bueno, me besé con Robert, antes de que me interrumpas y que vallas a decir que ya lo había hecho, tengo que mencionar que ahora estuvo un poco más intenso -dije.

-Y ya tuvieron...-dijo Marianne insinuando que si ya habíamos tenido relaciones.

-No, para nada, creo que me rechaza -dije un tanto cabizbaja.

-¡Qué! -dijo un poco exaltada -a ti nadie te rechaza, pero bueno, cuales fueron sus palabras, o que hizo.

-Me dijo que "ahora no, que mis padres estaban" -dije imitando una voz masculina, imitación la cual en verdad fue tan barata.

-Oh vamos ____, eso no fue un rechazo -dijo Marianne un tanto burlona.

-Pero ya lo ha hecho antes -dije.

-Es normal, digo, eres la hija de su amigo.

-Se siente extraño que te digan que no -reí.

-Bueno siempre hay una primera vez para todo -dijo imitando mi risa -bueno, como soy tu mejor amiga, te ayudaré con Robert -yo solo la miré extrañada.

-¿Qué quieres decir con eso? -pregunté confundida.

-Veras, este fin de semana haré una fiesta aquí en mi casa, mis padres no estarán ya que saldrán de viaje, así que invitas a Robert y tendrán una noche para los dos -dijo Marianne un tanto divertida -incluso les presto mi habitación, o si mejor quieren privacidad que te pase por ti y se van a otro lugar.

-¡Dios mío! -exclamé entre risas -de todos modos gracias, lo tomaré en cuenta.

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La ducha estaba impregnada de vapor, consecuencia del baño que acabo de tomar, mi celular sonaba insistente, tomo el móvil y contesto la llamada, la voz que sonó a continuación me sacó una enorme sonrisa. Era Robert.

-Bueno -dije.

-______, me quería disculpar contigo por lo de la mañana -dijo el con un leve tono de seriedad.

-No hay problema, fue mi culpa -dije.

-Para compensarte ¿te gustaría salir el fin de semana? -propuso, pude imaginarme la sonrisa que en este momento estaría haciendo.

-Pero ¿a dónde iríamos? todos te conocen, a mi padre igual, que tal si nos ven.

-¿Quién dijo que nos verían en la calle? -rió.

-O sea ¿qué me estás invitando a tu casa? -pregunté intuyendo la respuesta.

-Claro, un fin de semana, para los dos -dijo divertido.

-Bueno, el fin de semana nos vemos -contesté de la misma manera.

-Hasta el fin de semana _____ -dijo y cortó la línea.

Deje el móvil sobre mi cama para poder ponerme mi pijama, tenía ganas de descansar. Unos shorts negros y una blusa rosa es lo que me pongo, entro a la cama y me quedo un rato en el celular, el cual vibraba a causa de mensajes de Marianne y de Robert, los cuales no tardo demasiado en contestar. 

Me quedo mirando al techo un instante, pensando en distintas cosas, mas que nada en las consecuencias que me traería salir con el Sr. Downey, las cuales, ahora que lo pienso con mayor claridad no son del todo agradables, menos, deseables.

Un fin de semana con Robert, ¡wow! hasta que se me cumplió mi deseo, espero y no terminé en una catástrofe, ya que eso es lo que menos quiero.

Observando con cuidado la situación, puede que ni siquiera sepan que me iré con él, siempre salgo a fiestas, además Marianne es de confianza, lo cual es un punto a mi favor, solo falta esperar y ver que pasa.

Hay que tener fe en que nada negativo ocurrirá.