Proyecto paternal.

Querida hija

Desperté unas horas más tarde, Nat no estaba a mi lado.

Me puse en pie y baje por algo de agua.

Nat estaba en la sala viendo algo de tv, sonreí tristemente.

Ella me vio y me miro algo preocupada.

-Marie, Joseph vino hace casi una hora, estaba preocupado, dijo que vendría, a las cuatro dijo Nat, mirando el reloj.

Vi que faltaban 30 minutos para eso.

Tenía que pensar una manera de decirle eso a Joseph, sabía que a él le dolería, y le dolería más que yo no le hubiese dicho.

Tome mi vaso de agua, y me senté junto a Nat, para esperar a que Joseph llegara.

Unos minutos después sonó el timbre.

Me pareció raro, me puse en pie.

Nat me miro dudosa desde el sofá.

Abrí la puerta mientras miraba hacia el piso.

-Lamento no habértelo dicho antes, Joseph, dije mirando al suelo sin levantar la cabeza.

Subí mi cabeza para ver a Joseph.

Pero el que estaba frente a mi era  Matt, mirándome confundido.

-Hola Marie, dijo Matt dudosamente.

-¿Qué quieres?, dije, no tenía ni ánimos ni energía para pelear, lo único que quería hacer era llorar, pero sabía que llorar no solucionaría nada.

-¿Qué tienes?, pregunto Matt ¿Preocupado?

-No te importa, dije mientras miraba sobre el hombro de Matt y veía a Joseph, le hice señas de que se quedara ahí un momento.

-Claro que me importa, ¿Somos amigos?, ¿No?, dijo Matt no muy seguro.

-No lo creo, ahora si no te importa, me gustaría que te fueras, dije intentando parecer cortes.

-Mañana hablaremos Marie, en serio me importas, Dijo Matt mirándome fijamente.

Sí, claro, pensé sarcásticamente.

Suspire y Matt se dio la vuelta.

-Me importas demasiado Marie, aunque no lo creas, dijo susurrando en voz demasiado baja, casi imperceptible.

Se fue del camino contrario de Joseph, por lo que no lo vio.

Joseph vino rápidamente y me abrazo.

-Lo siento, dije mientras lo abrazaba.

-¿Por qué lo sientes?, Dijo Joseph confundido.

-Enserio lamento no habértelo dicho antes, dije yo mientras lo soltaba y lo invitaba a pasar.

-Siéntate, hay algo que no te he dicho, dije mientras me sentaba en el sofá.

-Me asustas Marie, ¿Qué paso?, Vamos Marie nadie ha muerto. Dijo el intentado hacerme sonreír.

Y lo único que logro es que un sollozo escapara de mi garganta, las lágrimas se deslizaron libremente por mis mejillas.

-Eres un tonto Joseph, dijo Nat abrazándome.

-No entiendo, ¿Por qué llora Marie?, Dijo Joseph confundido.

Deje de llorar y me prepare para hablar.

-¿Recuerdas a mi mama?, dije yo mientras lo miraba.

-Claro que si,  dijo el sonriendo.

-¿Por cierto donde esta?, no la he visto por acá, pregunto Joseph. De nuevo sonriendo.