14. A la deriva.

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Me quedé helada. Sin voz.

-¿Vanesa?-dijo la hermana de Clara llorando.

Colgué el teléfono y me fui directa al camerino de Malú, cogí papel y boli y empecé a escribir.

"Querida Malú,

Como habrás podido comprobar, me he ido. Me ha llamado la hermana de Carla, esta se ha suicidado. Me he ido a Málaga, donde está ella. Tal vez no lo entiendas pero necesito verla por última vez, siento que con ella he fallado, que yo fui una de las causas que la llevó a terminar con su vida. No quiero que pienses que me arrepiento de estar contigo, que no te quiero o qie sigo amándola, todo lo contrario, te quiero con todas mis fuerzas y por ella ya solo siento cariño, fue mucho tiempo... pero necesito irme, compréndeme. Necesito despedirme de ella, Malú. Necesito llorar su despedida.
Siento irme de este modo pero no puedo esperar, el tiempo va en mi contra.
Perdóname, te lo ruego.

Te amo, Malú, nunca lo olvides.

PD: estoy orgullosa de ti, cariño, has dado un conciertazo a la altura de toda esa gente que llevaba tiempo esperándote. Eres enorme, mi vida."

Dejé la nota encima del tocador y me fui. Salí corriendo. Mis lágrimas me nublaban la vista, no podía dejar de llorar, aquello me sorprendió, me rompió el corazón. Pese a todo, Carla había sido mi pareja durante mucho tiempo y la quise muchísimo, eso no se deja de sentir de un día para otro por eso yo no terminaba de culparla en lo que había sucedido. Arranqué el coche y puse rumbo a Málaga. Durante el camino mi teléfono no paraba de sonar, lo puse en silencio, necesitaba estar sola, conmigo misma. Encendí la radio, necesitaba despejarme. Empezó a sonar 'Si estoy loca' y empecé a llorar de nuevo. Me sentía mal por haberme ido de ese modo, por haberla dejado tirada en su primer concierto de la gira pero tenía que irme, necesitaba alejarme de todo y todos, pensar. Llegué a Málaga, fui directamente a casa de los padres de Carla.

-Vanesa, ¿qué te trae por aquí?-dijo su madre sonriente.

Conocía muy bien a esa mujer, era muy aprensiva, debería estar rota de dolor y estaba sonriente como si nada pasara.

-¿Dónde está Carla?-dije seria.

-¿Carla? Pues se marchó hace un rato con Ruth al puerto, ¿por qué?-dijo extrañada.

-Gracias.-dije marchándome.

Aquello me hacia sospechar, algo no me cuadraba, ¿no se habría enterado de que su hija se había quitado la vida?¿se habría quitado la vida en realidad? No entendía nada. Me marché al puerto, allí vi a Ruth. Me bajé del coche y me acerqué a ella.

-¿Dónde está?¿Por qué tu madre no sabe nada?-dije nerviosa.

-Aquí.-dijo seria.

Avancé temerosa, no terminaba de fiarme, algo me decía que eso no terminaría bien. Al avanzar me di cuenta de que había otra persona. Esa cara... era Marcos. Di un paso hacia atrás.

-¿Qué hace aquí?-dije asustada.

-Qué ingenua llegas ser, querida.-dijo Marcos riendo.

Di otro paso hacia atrás y me coche con algo. Me giré y vi que era Carla. Me dio un empujón y la miré atemorizada. Me agarró por las muñecas y rió.

-¿Ahora quien manda aquí?-dijo en mi oreja.

-No me esperaba esto de ti Ruth.-dije escupiendo.

Carla me dio un beso en la mejilla. Forcejeé con ella para poder soltarme, me agarraba con fuerza, le di una patada y salí corriendo hacia el coche. Marcos se me tiró encima. Impacté contra el suelo. Me dolía todo el cuerpo.

TrampasWhere stories live. Discover now