Capítulo 29

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La expresión de la chica era de confusión y tenía los ojos abiertos por la sorpresa, pero luego esta se convirtió en una de placer cuando sintió los labios de Justin chocar contra el torso de sus senos. Buscó desesperado el gancho de su brasier y una vez que lo encontró, lo desabrocho y arrojo al suelo. Agarro uno de sus senos y lo lamio.  Ella arqueó su espalda.

-¡Ah!...- gimió. La lengua de él había tocado su pezón. Hizo lo mismo con el otro, mordiendo, succionando y chupando. Sin perderse de nada. Bajó su boca por la panza plana de ella y lamió un pequeño lunar que tenía en la parte derecha de su cadera. Le bajo el short diminuto, dejándola solo con bragas. Levantó la vista y contempló el bello rostro excitado de la mujer que lo sacaba de sus cabales. Tenía los ojos cerrados. Esos ojos que nunca se cansaba de contemplar y que cada vez que lo hacía, miles de emociones saltaban en su interior. Dios, pero que jodida.mente hermosa era.

Le bajó las bragas poco a poco, haciéndola sufrir como ella había hecho con él. Celia gimió cuando la cabeza de él estaba allí abajo. Ya sabía lo siguiente que haría.

-¡Oh!- grito. La lengua de Justin tocaba su clítoris. Ella hundió más la cabeza de él. Quería más. Sintió una mordida suave justo es el punto indicado. La lengua de Justin paseaba por todo su co.ño mojado, haciéndola delirar de placer. Estaba por correrse, así de rápido, no podía durar mucho teniendo a Justin y su lengua en su zona baja.- Justin...- gimió.-...voy a cor...- Y no terminó la frase ya que sus jugos no tardaron en salir. Su dulce elixir. Oro para Justin.

El subió su cuerpo para quedar frente a frente con ella. La beso. Un beso excitante. Y mientras que la besaba, la penetró. Ella ahogó un gemido en la boca de él. Sus movimientos eran rápidos y fuertes, la penetraba con toda la fuerza que tenían sus caderas haciendo que se eleven cada vez más. Una fina capa de sudor los cubría a ambos. Él no pararía hasta que ella llegara a su dulce orgasmo otra vez. Le dolía por tanto contenerse, es que ya tenía que correrse, pero quería hacerlo cuando Celia lo hiciera y para eso no faltaba mucho.

-¡Justin!...- Gimió ella con toda la fuerza de su garganta. Se había corrido al igual que él, quien se dejó caer sobre su frágil cuerpo. Estaba exhausto, pero había valido la pena. Correrse al mismo tiempo que ella valía la pena. Nada de lo que hacía por esa mujer era en vano.

Ella subió una de sus manos y acaricio la cabeza de Justin. Una caricia tan sutil y suave que hacía que todos los músculos de él se estremecieran. Levantó la cabeza para mirarla y depositó un pequeño beso en la comisura de sus labios. La chica abrió los ojos y conectaron sus miradas. Los profundos ojos mieles de Justin eran un mar en el que te perdías sin darte cuenta. Esos ojos que la hacían descontrolar.

Ninguno dijo nada. Solo se miraron. Una mirada que explicaba todo lo que estaba pasando ahí, en ese mismo momento. Que reflejaba que los dos habían empezado a sentir algo por el otro aunque ninguno quisiera admitirlo.

Él sonrió involuntariamente. La sonrisa más perfecta que alguna vez haya visto.

-Tienes una linda sonrisa.- Comentó  ella haciendo que él sonría más ampliamente.

-Y tú tienes bonitos labios...- le contesto para después atrapar el labio inferior de ella y succionar de este.

-Hace frio.- susurró haciendo cosquillas en los labios de él. Se acurrucaron más. El gran cuerpo de Justin cubría el suyo, ofreciéndole un calor acogedor y las pequeñas manos de ella subían y bajaban, acariciando su gran espalda.


Without control (actualmente en edición)Where stories live. Discover now