Capítulo 35

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-¿Ya puedo abrirlos?- preguntó ansiosa mientras Justin le tapaba los ojos con sus grandes manos y la guiaba. Él sonrió ampliamente y no le respondió. Siguió caminando con ella adelante unos cuantos metros más.- Justin...

Sacó sus manos y Celia abrió sus ojos. Sus labios se abrieron levemente y observo el bosque lleno de árboles en el que estaban. Parecía un bosque escalofriante a simple vista pero si estaba con el nada le asustaba. Había arbustos por todos lados y los arboles verdes y altos dejaban que se aprecie la oscuridad del lugar iluminado solamente por la luz blanca de la luna. Delante de ella había una manta roja sostenida por pequeñas velas y pétalos de rosa esparcidos. Se giró a verlo con una bonita sonrisa en sus labios rojo sangre.

-¿te gusta?- le pregunto mirándola fijamente. A Celia se le erizo la piel. Nunca nadie había tenido ese gesto tan bonito con ella, todos los hombres con los que había estado resultaron ser unos idiotas pero el... él la hacía cambiar de opinión y a veces se preguntaba ¿porque se sentía diferente cuando estaban juntos? Luego pensaba en esos detalles tan chiquitos que le brindaba, ya sea una simple mirada, su bonita sonrisa o la manera en que la tocaba haciéndola sentir deseada y... amada quizá.

Se abalanzo a él y lo abrazó fuertemente sintiendo como sus pechos se apretaban contra su duro torso. Las manos de Justin acariciaron la curva de su espalda y luego las dejó reposadas en su cintura. Se separó un poco para después juntar sus labios con los de Justin, besándoselos, lamiéndoselos y mordiéndoselos. El gimió y su amiguito comenzó a crecer chocando contra el vientre de ella y haciendo que  también soltara un leve gemido, Justin aprovechó y metió su lengua en su boca, recorriendo cada rincón y cada parte. Ella subió sus manos hacia el cuello de él para empujarlo y profundizar más el beso. Se separaron por falta de aire y se miraron unos segundos antes de que él volviera a atrapar sus labios. Justin acaricio los muslos de ella mientras que retrocedían hasta que Celia se topó con la manta roja debajo de sus pies, ella subió ambas piernas y las enredo en su cintura. Él la miró con sus ojos oscuros por la lujuria, separándose de sus labios y atacando su cuello.

Un gemido. Justin la recostó sobre la manta delicadamente y se colocó encima de ella, entre medio de sus piernas. Su miembro rozo el co.ño caliente de la chica. Noto lo mojada que estaba. Dios santo. El gruño y la beso otra vez mientras que sus manos se ponían debajo de ella e intentaban bajar el cierre de su vestido azul. Celia levantó su espalda para que el pudiera sacarle la prenda con más facilidad y una vez que lo hizo, lo dejo a un lado. Él sonrió al ver que no llevaba corpiño.

-Me lo facilitaste, nena.- Su voz dura hizo que la piel de ella se erizara por completo. No se quedó atrás y le levantó la remera que llevaba puesta, el alzó los brazos para ayudarla. El frió abrazó la anatomía de Celia cuando Justin se separó un poco para deshacerse de la remera. Un escalofrió recorrió su frágil cuerpo y rápidamente puso ambos brazos alrededor de él y lo abrazó para que le pase calor. Abrazados y transmitiéndose un calor acogedor que desearían que perdurara toda la vida. El metió su cara en el hueco del cuello de ella y depósito pequeños besos húmedos en este, haciendo que corrientes eléctricas se pasearan por su pequeño cuerpo, sus manos allí abajo jugaban con el borde de las bragas de la muchacha y acariciaban sus caderas.

Una prenda menos y ella ya estaba desnuda frente a él, quien la miraba con ojos hambrientos y lujuriosos. Se relamió los labios disfrutando de la bonita vista que tenía. Estaba ella desnuda para él y más mojada que nunca. Su po.lla ya dolía de tanto que se estaba aguantando, necesitaba meterse en ella y bombearla con todas las fuerzas de sus caderas, meterse dentro de ella y hacerla gritar tanto, que todo Miami escucharía, necesitaba saber que él la poseía y que ella era suya por siempre. Y no tardó en hacerlo. En menos de lo planeado, Justin se había quitado los pantalones y los boxers para luego meterse dentro de su apretado co.ño.

-¡Ah!- gimió cuando el gran miembro de él la penetró sin previo aviso. Arqueo su espalda sintiendo como el placer empezaba a crecer dentro de su vientre con cada embestida que Justin daba, estaba segura que luego no podría sentarse por una semana o más, pero eso no importaba. Ahora solo era ellos dos en el medio de un bosque donde no había nadie más. Ellos dos disfrutando cada minuto que pasaban juntos. Ellos dos bombeándose de placer.

-¡Justin!- gimió. Sentía que se correría en cualquier momento. escuchar su nombre entre los labios de ella lo hizo soltar un gemido ronco desde lo mas profundo de su garganta.

El comenzó a moverse cada vez más rápido para llegar a correrse junto a ella y justo cuando sentía que no aguantaría más, Celia le dio su dulce orgasmo, corriéndose junto con él. Dejó reposar su cuerpo sobre el suyo y le dio un casto beso en sus labios.


Without control (actualmente en edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora