Capítulo 5; ¿Amigos?

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CANCIÓN: Nobody's Home- Avril Lavigne.



















CHARLOTTE

— ¡Ya llegué!— grito.

Me arrodillo en el suelo y pronto Sam está colgado en mi cuello repartiendo reparadores y cariñosos besos en mi rostro.

— Hola Charlie— saluda aún con sus manos alrededor de mi cuello.

Sonrío.

— Hola Sam.

Sam me devuelve la sonrisa y libera su agarre de mí cuello.

— ¿Me enseñas a hacer galletas Charlie?— pregunta con ese toque de dulzura en su voz que tanto me enternecía.

Asiento y me dirijo hacia mí habitación con Sam pisándome los talones.

— Me daré una ducha y salgo en quince minutos, ¿si?

Él asiente y desordeno sus rizos dorados para luego verlo bajar las escaleras canturreando con aquella hermosa inocencia que todo niño posee.

Preparo una muda de ropa y acto seguido me dirijo al baño, cierro la puerta trabando el pestillo. Me despojo de las prendas que llevaba y después ingreso debajo del agua artificial tibia, la lluvia artificial me recorre con suavidad.

Me percato de las leves marcas a lo largo de todo mi cuerpo, y hematomas en diferentes partes de mi cuerpo. Cierro los ojos, apoyo mi frente sobre los azulejos fríos y evaporizados. Aumento el agua caliente y me percato del daño que me estoy haciendo, soy consciente, una herida más no haría más del daño causado.

Después de una hora le echo un vistazo a Sam, quién está sentado sobre el taburete, sus pequeñas piernas colgaban a causa de la altura en la que se encontraban alejadas del suelo. Deposito un beso en sus mejillas manchadas con harina y él me sonríe ante aquel simple gesto.

— ¿Lo ves? Hacer galletas no es tan difícil.

Sam asiente extendiendo sus manos el doble de pequeñas que las mías y saca una galleta recién horneada del frasco de lata.

— ¡Me gustan tus galletas, Charlie!— exclama con la boca llena.

— Come despacio, Sam.

Lo tomo con delicadeza de la cintura con ambas manos y lo dejo en el suelo.

— Toma, puedes llevarle galletas a Rosie.

Asiente nuevamente y camina con su mochila sobre los hombros hacia la puerta. Rosie solía cuidarme cuando mamá trabajaba, sí bien era nuestra vecina, para nosotros era la segunda figura maternal.

La puerta se abre con brutalidad y noto sus ojos inyectados en sangre enseguida, Sam cae al suelo y el frasco abarrotado de galletas se cae causando un estruendoso ruido contra el suelo; las galletas salen esparcidas sobre el suelo y Sam gimotea horrorizado.

— ¡Sam, vete!— grito llamando su atención.

Sam niega la cabeza y vuelve sus ojos azules atemorizados a él, asustado como un cachorrito se coloca de pie y mira las galletas. James se tambalea muy cerca de Sam, tenía una cerveza en una de sus manos y no podía mantenerse siquiera de pie, en cualquier momento caería al suelo.

— ¿Qué hay de las galletas para Rosie?— pregunta Sam, vacilante.

El pecho se me cierra cuando eleva su mano dispuesto a golpear a Sam, todo sucede tan rápido que siento un golpe en mi mejilla, ante tal impacto, el golpe me tira al piso.

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⏰ Última actualización: Jul 25, 2021 ⏰

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