Cold at Night

XXVIII

Hwang Minhyun

"Te amo"

Me remuevo entre las sábanas; y escucho las palabras que una y otra vez le repetía como mi verdad absoluta.

Abrazo mi cuerpo y me estremezco dolorosamente al sentir mis frías manos; jadeo, e intento buscar el calor en la cama.

"Te extraño"

-Leo- susurro mientras entreabro mis ojos.

Recuerdo sus largos dedos rozando las teclas del piano, su voz y las palabras que me atravesaban una a una, porque lo había hechado a perder; porque recuerdo la culpa carcomiéndome por haber tenido cierto acto sexual con la persona de la que él tanto desconfiaba.

Recuerdo las lágrimas que salieron de mis ojos, incluyendo que lo había detenido, porque dolía.

Suspiro y siento mi aliento frío chocar contra mis manos.

"Se que, esto sonará cruel, pero, yo..."

Y recuerdo el tacto tus brazos que me habían rodeado por última vez, rompiéndome, porque habían perdido su calidez y sólo quedaba la desesperación en ellos.

"Ya no te amo"

-te amo- vuelvo a susurrar dejando que, finalmente, las lágrimas humedecieran mi rostro.

"Ya no te amo"

Se repetía mi mentira una y otra vez.

-te amo- contradecía de nuevo, como si él pudiese escucharme.

"No quiero que sonrías así por alguien que no sea yo".

Suspiro; su sonrisa, que es una expresión desconocida para muchas personas, incluso algunas veces lo era para mi.

"Te extraño"

Me levanto súbitamente del colchón, coloco ciertas prendas sobre mi cuerpo y salgo lo más rápido que puedo de mi habitación, sin que nadie lo note, porque conociendo a Aron, se no me permitiría hacer esto.

"Te amo"

Corro por las calles, con el frío calando mi cuerpo; y sigo corriendo, porque lo necesito. Las lágrimas comienzan a secarse en mi rostro, dando paso a que nuevas salieran.

Entro a la cafetería; al parecer es muy temprano aún, ya que el lugar se mantenía vacío y sólo se encontraba Ravi, atendiendo.

-¿qué haces aquí?- interrogó agresivo. -Ravi...- intento hablar, pero me ví interrumpido -Wonsik- bajo mi mirada, intimidado. -¿dónde esta?- bufa, formando una sonrisa en su rostro. -quiero que sepas algo; se lo que hiciste y también se que por lo mismo lo trataste a tu antojo- intento hablar, pero subió el tono de su voz -déjalo en paz- demandó.

Niego moviendo mi cabeza de un lado a otro, y una vez más bufa.

-si le dices lo que pasó, no te lo perdonará, deberías saberlo- lo miro con cierto miedo, luce como si quisiera golpearme -¿o seguirás mintiéndole?-.

Empuño con fuerza mis manos, cierro mis ojos y salgo de aquél lugar, asustado y casi arrepintiéndome; porque tenía razón, no me perdonaría. Pero debía intentarlo.