05:21

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Esta vez, cuando levanté mi mirada por la ventana, vi que estaba amaneciendo.

No puedo creer que estoy soportando esta fatiga, pero sé que si voy a la cama, no podré dormir.

Debo terminar esta carta...

Sé que ha pasado un tiempo ya...

Pero no hay otra forma de que puedas escucharme.

Necesito saber si eres capaz de oírme...
O te fuiste para siempre.

(...)

Créeme cuando te digo que estaba (estoy) muy enamorada de ti

Y, a veces echándole la culpa a mi imaginación o a mi simple deseo de que en verdad sea así, me empecé a dar cuenta de que posiblemente tú lo estabas.

Luego de Navidad, me di cuenta que Año Nuevo era una buena oportunidad para contarte de mis sentimientos.

O que tú me cuentes los tuyos...

Agh, debo admitirlo, siempre me ha costado dar el primer paso.

Pero bueno, estuve toda la semana haciéndote insinuaciones. Ahora que lo pienso, siempre te ponías nervioso y respondías con estupideces, pero créeme... me hacías reír.

Éramos dos idiotas experimentando el amor.

Tan tontos.
Tan ingenuos.
Estúpidamente hermoso, ¿no lo crees?

Volví a mirar el reloj, 04:54.
Mi pulso se está acelerando.

31 de diciembre por la mañana.
Ojalá pudiera regresar...

—¡Escuchen bien, mocosos! —gritó el Maestro desde el escenario—. ¡A petición de la mayoría, iremos al festival de Año Nuevo durante la Ōmisoka! ¡Pero deben ir en grupos de 3 o más si no es que quieren perderse! ¡No acepto excepciones!

Supongo que era justo, así que nadie se quejó.

Estaba muy nerviosa, y extrañamente sentía malestar.

Ese apretado nudo en el estómago...

No sabía explicar muy bien esa sensación.

"Nervios."

Lucy... ¿Cuándo aprenderás?

(...)

No sé de dónde saqué el valor para ponerme un traje tradicional pero, extrañamente, me sentía segura.

Íbamos con Erza.

Y si bien al principio interrumpía en mis planes de expresarte lo que sentía, un intenso dolor en mi pierna me permitió planear una estrategia.

Tonta, tonta, tonta.

—¡Ay! —grité, tirándome al piso. Sostuve mi pierna derecha con ambas manos y me esforcé por no llorar. Sí, si bien dramaticé aquella escena, no voy a mentirte: un ardor se expandía de mi tobillo a mi rodilla.

"Esto me pasa por usar ropa a la que no estoy acostumbrada."

Acabo de reírme...
Con amargura.

Ni siquiera sabía que aún podía reír.

—¡¿Lucy, estás bien?! —Erza se agachó a mi lado, asustada.

ASUNTOS PENDIENTES ▬ Fairy TailWhere stories live. Discover now