ASUNTOS PENDIENTES ▬ Fairy Tail

8 de septiembre [extra]

     • Es necesario haber leído la obra completa para comprender este capítulo aparte.

     • ¡Gracias por los mil seguidores! <3

(...)

     El sol brillaba con fuerza aquella tarde de septiembre sobre el cielo de Magnolia, iluminando con belleza las torres de los edificios y los pequeños almacenes que se abrían y cerraban por las calles comerciales de la pequeña ciudad portera. La luz, sin embargo, tenía un lugar favorito y ese era, sin lugar a dudas, el gremio de Fairy Tail.

     Por alguna extraña razón, si bien cualquiera que entrara por por primera vez no vería nada fuera de lo normal, no hacía falta ver tres veces el rostro de los magos para ver la tristeza que escondían detrás de la sonrisa que mostraban a los demás.

    Lucy estaba enferma.

     Aquel era el pensamiento atascado en la mente de cada uno de ellos, retorciendo su corazón y dañándolos con cada paso de la aguja del reloj. Era doloroso saber que, por primera vez, ni con toda la magia del mundo se podría salvar a una de las personas que más amaban.

     Levy trataba de leer unos libros en una de las mesas del gremio como de costumbre, seleccionando los mejores para llevárselos a su mejor amiga luego y que ella pudiera disfrutar un poco de su estadía en el hospital. Gajeel se encontraba a su lado, con la cabeza apoyada en su mano y con los dedos tamborileando la madera: estaba pensando algo. Ella bajó sus gafas, extrañada por la actitud del muchacho, quien ni siquiera estaba reprochándole a Lily por dormir una siesta sobre la mesa.

     —¿Gajeel? —preguntó, bajando el libro.

     Él no despegó la vista de la madera.

     —Yo la traté muy mal en un pasado —soltó dolido, recordando las torturas que le había ocasionado a su ahora amiga y compañera de gremio—. Le hice daño...

     —¿A quién?

     Cuando la miró tan duramente, ella tembló.

     —Sabes perfectamente de quién hablo... ¡Mira a tu alrededor! —Se puso se pie con brusquedad de manera repentina, logrando que la McGarden ahogara una exclamación, y señaló a todos—. ¡Todos estamos pensando en la misma persona! ¡No dejamos de hacerlo!

     Los demás se giraron a verlo, sorprendidos.

     —Gajeel...—Trató de callarlo Levy, en vano.

     —¡Dime que miento! —La miró con furia antes de volver a escrutar todos esos rostros incrédulos—. ¡Díganme que no se sienten desesperados!

     —¡Gajeel! —Ahora se puso de pie también, furiosa por la actitud de su amigo.

     —¡Déjalo! —La voz de Gray resonó en toda la sala desde un rincón y todos lo vieron: sentado, despeinado y más pálido que de costumbre—. ¡Si tiene razón! ¡Nadie quiere admitir que Lucy se está muriendo y no podemos hacer nada!

     Juvia, quien había estado apretando los puños, se paró de su asiento y, con lágrimas en los ojos, le respondió:

     —¡No le grite así a Levy! ¡Todos estamos sufriendo aquí!

     —¡Y tú no me grites a mí, Juvia! —El Fullbuster se acercó hasta ella, con furia en sus venas—. ¡Tú fuiste la primera en avisarnos de su supuesto embarazo!

     Ella abrió la boca sorprendida y las lágrimas se resbalaron por sus mejillas. Aquello le había dolido: sólo había querido ayudar... jamás se le hubiera ocurrido que...