ASUNTOS PENDIENTES ▬ Fairy Tail

07:00

Tú...
Tú estás en el hospital.

(...)

Luego de que gritara el resultado y todos se pusieran a celebrar, te acercaste a mí en silencio.

—¿Luce...?

—Natsu, yo... Yo...

Estaba de verdad nerviosa.
Tu rostro era serio.

Demasiado serio.

—Cállate —Me interrumpiste—. No puedo creerlo...

Me inspeccionaste con tu mirada y, para serte sincera, me intimidaba. Bajaste la cabeza después pero, aún así, un nudo se formó en mi estómago y el latido de mi corazón resonó en mi cabeza.

Aquella respuesta tan seca comenzó a asustarme.

De repente todo el mundo notó el ambiente tenso y comenzó a retirarse para dejarnos solos. Levy me lanzó una última mirada de apoyo y cerró la puerta.

—¿Por qué no dijiste nada? —No me dejabas ver tu rostro, ya que estabas mirando al suelo.

—Yo... No quería preocuparte.

Noté que estabas mirando tus manos.

—Hubiera preferido que me lo contaras a solas...

—Natsu no te enojes...

Miedo.
Tenía miedo.

—Luce... No sé si podré...

—No... Natsu... —susurré.

Puedo jurar que me dolía el corazón.

—No soy... —Sacudías tu cabeza de un lado al otro —. No soy capaz...

Cuando tus hombros comenzaron a temblar, se me heló la sangre.

—Nat...

Sin embargo, me interrumpiste de golpe, para luego lanzarte (literalmente) sobre mí, y abrazarme como si estuviera a punto de desaparecer.

—¡No soy capaz de controlar esta felicidad! —gritaste feliz.

"¡Qué tonta!"

Me abracé a tu cuello y las lágrimas de emoción salieron.

"¿Cómo fui capaz pensar que Natsu me dejaría? ¡Es Natsu!"

Pareció que el color hubiera invadido esa triste escena gris.

¿De eso se trata el amor, no?

Te agachaste y miraste serio mi vientre.

—¡Trata bien a tu madre! ¿me oíste? —Esperaste una respuesta que obviamente no llegó—. ¡Luce, ni siquiera me responde!

—Ay, Natsu... —Suspiré. Me agaché a tu altura y te sonreí—. Tú no cambias ¿eh?

— Perdón... me dejé llevar por la emoción —Rascaste tu nuca e hiciste una mueca —. Luce...

— ¿Sí?

—Este es el inicio de nuestra nueva aventura —Sonreíste.

—¡Sí!

(...)

Recuerdo que a la mañana siguiente, cuando llegamos al gremio, todos corrieron a abrazarme.