Noche estrellada

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UNA SEMANA DESPUÉS

TAURIEL POV

-¿Estás lista Tauriel?

- Sí, estoy lista... hagamos ésto de una vez

Durante la última semana pasé encerrada en mi habitación. Todos estos días, Reindel había preparado unas compresas de agua caliente con hierbas curativas para bajar la hinchazón de mi tobillo. Mi tobillo ya se veía normal y estaba lista para empezar a caminar de nuevo.

-Con cuidado Tauriel.

Me senté al filo de mi cama y apoyé mis dos pies sobre el suelo. Lentamente me levanté. Ya no me dolía acentar mi pie derecho así que supuse que ya me había curado. Tenía un poco de miedo de que al dar pasos el dolor regresara. Si no lo intentas ¿como sabrás? Bueno pues aquí voy... Caminé en dirección a Reindel. Un inmenso gozo reinaba en mí. ¡Ya no me duele el tobillo! Pude llegar sin ningún problema hasta donde estaba ella. Le di un gran abrazo.

-¡Gracias Reindel! -Dije mientras la apachurraba en mis brazos.

- No tienes de que agradecerme mi niña, estoy muy feliz de que ya estés bien. Luces espléndida.

- Pues tú luces hermosa mi querida Reindel. - Tomé su rostro en mis manos. -Te quiero mucho.

-No quieras que llore aquí en frente tuyo pequeña, eres tan dulce... yo te quiero mucho más hija.

- No, esa no es mi intención solo te estaba haciendo saber lo mucho que vales para mí y que estoy muy agradecida por tratarme como una hija.

-Es un gran honor para mí que me veas como una madre. Siempre voy a velar por ti, porque estés bien, por cuidarte, apoyarte, protegerte y regañarte cuando sea necesario.

Reí.

- De eso no tengo dudas Reindel. Puedes estar segura de que siempre estaré junto a ti y no me apartaré de tu lado.

Volví a abrazarla lo más fuerte que pude. Quiero tanto a esta elfa.
- ¿ Quieres dar un paseo por los jardines Tauriel?

- Nada me complacería más.

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Al caminar alrededor de las flores y rosas me vino a la mente el recuerdo de Link... el día en que colocó una flor detrás de mi oreja y que luego... casi nos besamos. En seguida recordé lo que me escribió en su carta... "debo confesarte que me enamoré de ti"; "me voy deseandote lo mejor"; "espero que tu amor a Legolas pueda consolidarse y sino, yo estaré esperando por ti"; "no quise interrumpir tu sueño, te veías tan hermosa e indefensa acostada en aquella cama y no resistí las ganas de besar tus preciosos labios." Puedo decir que lo extraño, pero eso no significa que lo necesite. No, porque yo estoy enamorada de Legolas.

No había visto a mi amado desde la noche en la que estuvo en mi habitación. Al parecer ha estado muy ocupado en asuntos de la guardia y vigilando las fronteras o algo así me explicó Reindel. Mi lesión ha hecho que me retrase en mis entrenamientos como capitana de la guardia. Desde mañana empezaré con fuerza. Se me escapa una sonrisa al recordar cuando accidentalmente patee su abdomen. Me ruborizo al recordar su abrazo y su beso tan dulce y firme en mi mejilla. De él si que necesito y anhelo un contacto piel con piel. Lo extraño. Lo extraño en todos los sentidos.

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Era hora de dormir pero tanto descanso la última semana me tenía cansada ¿irónico no? No me va a pasar nada si voy a practicar un rato a la armería. Es más, es de noche así me haré hábil en combates durante la noche. Con el mayor silencio del mundo me escabullí hasta la armería. Parece que nadie me vio... eso espero. Aquí afuera hace mucho frío, el otoño se acerca. Me percaté que no había nadie vigilando la entrada al palacio, era mi oportunidad para salir al bosque. Tomé mis dagas, mi arco y mi carcaj lleno de flechas en caso de que me encontrara con una asquerosa criatura. Me di prisa y salí. Un escalofrío recorre mi cuerpo. Está todo oscuro, mi única luz es la de las estrellas que hoy brillan con mucha fuerza.

Tauriel, Hija del BosqueWhere stories live. Discover now