De vuelta a casa

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TAURIEL POV

Di un gran suspiro antes de abrir lo ojos. No tengo idea de la hora que es pero debido al calor que hace, supongo que ya es mediodía. Mi mente empezó a recordar en contra de mi voluntad los últimos acontecimientos. Entonces caí en la cuenta de que él ya no estaba. Mi príncipe ya no estaba.

Sentí un hormigueo en el estómago y un nudo en mi garganta al rememorar aquella mañana en la que había despertado junto a él. Ahora todos esos momentos son parte se mis reliquias mentales que me permitirán sentirlo cerca aun sabiendo lo lejos que está de mi.

Escuché el sonido de la puerta abriéndose, sequé mis lágrimas rápidamente y tomé aire.

-¡Buenos días Tauriel, por fin despertaste! -Tilda entró corriendo y se subió en la cama.

-Buenos días Tauriel, ¿cómo has dormido? -Preguntó Zigrith más tranquila.

-Buenos días Tilda, buenos días Zigrith. Muy bien gracias aunque esperen... -me detuve a mirar a mi alrededor. Esta no es mi habitación, tampoco creo estar en Mirkwood. Entonces ¿dónde rayos estoy?

-Estamos en Erebor -Fue como si Tilda me leyera la mente -Todos están esperando por ti para que nos acompañes en el almuerzo.

-¿Almuerzo? -¿tan tarde es?

- Sí el almuerzo, vamos.

- Esperen, no tengo ropa con qué ir -removí las sábanas y llevaba puesto un gran camisón. Mi cara se transformó totalmente. ¿Quién me cambió?

-Nosotras te vestimos Tauriel, espero que eso no te moleste -Dijo Tilda un poco preocupada.

-No, en absoluto pero ahora debemos pensar en qué puedo usar.

-Yo tengo un vestido que puede quedarte -Tilda se dirigió hacia un saco en donde removió cierta ropa y encontró finalmente el vestido que estaba buscando -Ten, pontelo.

Me extendió el vestido, salí de la cama y me coloqué detrás de unas cortinas y me cambié. Me quedaba muy apretado pero es lo que hay, no puedo quejarme. Es de color azul con mangas cortas y llega más abajo de la rodilla. Gracias a Eru no soy tan voluminosa ni curvilínea así que este vestido no muestra tanto, eso creo.

-Te ves hermosa Tauriel.

-Ay pequeñas, harán que me sonroje.

-¿Puedo hacerte una trenza? - Suplicó Tilda.

-Claro - le Sonreí y me senté al borde de la cama mientras ella comenzó el trabajo.

El resultado fue que todo mi cabello fue trenzado, nunca antes lo había hecho pero me gustaba. Al salir de la habitación no pude evitar llevarme una mano a la boca.

<<Esto es impresionante>> pensé. Frente a mis ojos se extendían varios salones y pasillos con paredes recubiertas en oro puro. Ahora me doy cuenta de que todas esas historias que se cuentan sobre la riqueza de Erebor son ciertas.

Tratando de no distraerme más, seguí a las dos pequeñas a través del camino que nos llevaba al comedor. Al entrar al mismo, la impresión fue igual o mucho mayor.

Un amplio salón, con paredes de mármol y pequeñas incrustaciones de piedras preciosas. La mesa era grande, para aproximadamente veinticuatro personas. Un hermoso mantel mantel de seda la cubría y los adornos colocados eran un toque perfecto.

Tauriel, Hija del BosqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora