halloween del dos mil quince

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"Oh baby, baby, it's a wild word.
(...) Cause I never want to see you sad girl."
halloween del dos mil quince, diecisiete años

Me habías roto, quemado y robado el corazón, pero con solo una charla habías hecho que todo tuviese sentido. Mi dolor era coherente, ¿cómo no iba a serlo? Lo habías hecho tú y eso bastaba. Estabas horriblemente triste, pero tu tristeza te había llevado a aquella azotea y a conocerme así que a pesar de todo me alegraba de aquel Halloween que te destrozó: soy una completa perra, pero si te sirve de consuelo siempre te recuerdo cómo la chica de la sonrisa de tigre y no la chica de las lágrimas. Sé que te gusta que te recuerden así.

Este Halloween iba a ser diferente, me conocías y eso ni diez mil borracheras lo cambiaría. Grité de emoción al ver la pequeña nota que alguien había metido bajo el felpudo de la alfombra, un poco doblada pero de letra entendible.

"Soy Lenna (espero que me recuerdes) te veo a las 10:30pm en la azotea del anterior Halloween con una sábana en la cabeza (al estilo fantasma) iremos a hacer mierdas por Halloween. Te espero ahí Winny."

No preguntaste si quería ir porque dabas por sentado que iría y Lenna nunca habías acertado tanto. Era mi sueño, era con lo que había soñado tantos Halloweens y tantos días. Eras tú, siempre lo habías sido. El Halloween del 2015 cambió mi forma de ver la diversión, me cambió completamente: mi vida se basaba en A.L y D.L. Antes y después de Lenna.

Joder, no sé cómo lo hicimos, pero nos reconocimos en aquella azotea llena de personas bajo sábanas. El corazón se me parte en dos al recordar tu risa porque Lenna, me rompiste completamente cuando el Halloween anterior estabas triste —aunque suena contradictorio que me alegre de eso porque sino no te hubiera conocido— No te quiero ver nunca más con ojeras bajo los ojos, la mirada perdida y el corazón en el puño. Te quería ver como en este Halloween, alocada, riéndote a carcajada limpia con la mirada que trae problemas y la sonrisa de tigre. Estaba enamorada de ti, de la felicidad contagiosa que traías siempre. Ojalá pudiese poner en bucle tu risa al decir: "¡Es Halloween, vamos a desatar el infierno joder!"

Aquel día corrimos entre el misterio de la noche y ahogamos nuestros deseos en las sábanas blancas. Subimos escaleras de incendio escapando de miedos y huimos de quien éramos para partir de cero. Y cuando las sábanas blancas cayeron junto a miedos y lágrimas de años pasados yo solo podía ver tu sonrisa enmarcada por lágrimas secas.

– ¿Por qué lloras Lenna?

– Una vez de pequeña mi padre me compró un pájaro, cuando me lo dio en aquella jaula antigua lloré. Lloré durante días de tristeza. Mi padre había capturado a un animal libre y él no tenía ningún derecho de arrebatarle eso a algún ser vivo. Por lo tanto pasé meses deseando que aquel pájaro se fugase, dejaba la jaula abierta por días, pero nunca se iba. Cuando lo hizo lloré, pero de felicidad, aquel pájaro al fin era libre.

¿De qué te liberaste aquel Halloween, Lenna? ¿Del dolor aterciopelado del amor? ¿De las ganas de huir? ¿De ti misma? Oh Lenna, mi pequeña Lenna. No me arrepiento de nada. Tu sí.

Winnyfred.

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