halloween del dos mil veinte

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"I remember you well in the Chelsea Hotel you were talking so brave and so sweet"
halloween del dos mil veinte, veintidós años

"I remember you well in the Chelsea Hotel you were talking so brave and so sweet"halloween del dos mil veinte, veintidós años

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La morena se recostó en la pequeña lápida. Todavía no había leído su epitafio, había esperado un año entero para leer todas las cartas y llorar por ella en su día, Halloween. Halloween era el día oficial de Lenna y Winnyfred. El día de los horrores. De ellas y sus amigos —aquellos que quedaron en el olvido por culpa de la morena— aunque quisiese olvidarlo tenía un maldito tatuaje que le hacia recordar cada momento, cada sonrisa, cada error y cada dolor.

La morena había leído todas las cartas. Una a una: con sonrisas vacías y lágrimas. Cuando las leía, pequeños detalles de aquel Halloween que no estaban escritos le venían a la mente. Como la forma tan lenta en la que revolotean las hojas caídas al paso de los adolescentes, o la forma que tenía ella de sonreír, elevando tanto sus mejillas que el color de sus ojos era casi imperceptible. Tal vez ella sonreía como un tigre al matar a su presa, pero la otra chica sonreía como una madre cuando tiene que consolar a su hijo. Al terminar de leer todas las cartas decidió que era hora de leer el epitafio. Era hora de enterrar también el dolor. Aunque un pequeño sobre, con marcas de lágrimas y desgastado la detuvo: Le sorprendió ver aquel sobre, con lo rápido que fue todo hasta le sorprendió la carta del Halloween del 2019. Evidentemente se alegró de ello pero no tenía valor suficiente como para despedirse. No aún. No mañana. No pasado. No este año. Ni el siguiente. Nunca.

Rápidamente lo abrió y con la voz rota y lágrimas por sus mejillas leyó en voz alta, aunque susurrando, para que solo se enterase ella. Su amada, su muerta. Su dolor y perdición.

"Cuatro de noviembre de 2019

Todos me lo están intentando ocultar, no quieren que me preocupe pero aunque he estado en cuidados intensivos y he pasado por una operación difícil, no soy tonta. Sé lo que ocultan: Me voy a morir. Sin embargo no tengo miedo de morirme, el dolor que siento es demasiado como para soportarlo viva. Ahora mismo siento miedo, miedo de no haberte aprovechado. Arrepentimiento. Arrepentimiento de no haberte dicho a la cara cuánto te quiero, para decirte que tus lágrimas te hacían más preciosa.

Ahora ya es tarde: Tarde para decir te quiero, aprendí tarde que es ahora o nunca. Que es en el momento. Ahora te trasmito mi enseñanza, no hagas como yo Lenna. No dejes las cosas para mañana y si tienes que reír como una histérica y romper cosas hazlo, que nadie te pare. Si tienes que gritarle al silencio por el amor De Dios, hazlo. Lo demás no importa. No te mortifiques Lenna, me acaban de contar lo que pasó en Halloween. Te perdono, sabes que siempre te perdonaría, tal vez soy idiota por eso. Tú no tienes la culpa de nada. Me hiciste jodidamente feliz preciosa, gracias por hacerme vivir la poca vida que tuve, gracias por haberme descubierto el amor verdadero. Te estaré esperando pero por favor, no te hagas daño a ti misma: me decepcionarías. No tengas prisa, esperaré con ansias tu llegada y todo lo que implica esta.

Te ama, Winnyfred.

Pd: si algún día me vuelves a recordar y quieres llorar por haber sido tan ilusa y no haberme dicho todo lo que querías, tranquila Lenna. Yo lo sé. Sé todo lo que te guardas en el pecho"

Toda la furia y el dolor que había sentido con la pérdida de Winnyfred lo había guardado y sin evitarlo Lenna explotó, había hecho que el vaso rebosara por los lados. Comenzó a gritar mientras le pegaba puñetazos a una estatua de un ángel. Todo era su culpa. Se merecía ser una mierda, se merecía el dolor y la sangre. Poco a poco la ira se convirtió en desesperación: esto no era una broma, Winnyfred estaba muerta. Estaba bajo sus pies, podrida y comida por su propio cuerpo. Ya no existía y la idea de que ya no estuviese la desesperó, la trago por dentro un dolor desgarrador: se abrió paso por todo su estómago hasta llegar al corazón y a la boca. Lenna intentó sujetarse pero se partía a pedazos. Ella nunca le pudo decir que sentía lo mismo. Ella ahora era polvo. Winnifred ya no estaba. No existía. Después de la desesperación vino la tristeza. Las lágrimas. Los sollozos. Al rato, cuando se sintió más calmada, giró su cabeza y leyó susurrando su epitafio:

"Soy energía.
No muero, solo me transformo.
Winnyfred Anne Smith Wonnacot
(2/8/1998-5/11/2019)"

Con cuidado abrazó la lápida, como si se tratase del cuerpo vivo de Winnyfred. Lágrimas y sollozos sus compañeros en el cementerio. Y un nuevo sentimiento, culpabilidad: Ella fue la que le dio droga a Wynnifred, ella fue la que hizo que todos sus amigos se emborrachasen. Ella fue la que besó a Winnyfred y la que le dejó un moretón en la mejilla por haber pegado a Dominique. Winny había muerto con su preciosa piel marcada por Lenna.Mientras que sus amigos reían sin ver la escena, ella insultaba a Winnyfred, la cual lloraba en el suelo. En el justo momento en el que sus amigos se dieron cuenta, Winny corrió a la carretera y un coche la atropelló. El primer día estuvo en la UCI*, el segundo tuvo una operación, el tercero y el cuarto estuvo estable: aún así todos sabían la verdad, le quedaba poco tiempo de vida. Al quinto día, Winnyfred murió. Murió la felicidad, el color del amor. Lenna dejó de abrazar la tumba y se fijó en las flores que le habían llevado sus amigos. Su grupo de amigos, aquellos que dejaron de hablar con ella. Poco a poco, temblando, Lenna recogió todas las cartas, se puso delante de la tumba y comenzó a hablar:

Siento no haber venido antes, pero quería hacerlo en nuestro día. Todo parece una mentira y los primeros días pensaba que alguien me iba a llamar y a decir que era una falsa. Nunca recibí esa llamada. Nunca lo voy a hacer. Lo peor es que no vas a volver. Nunca. Y me paso el día llorando porque ahora debo de aprender a llevarte en la memoria y en el corazón y no de la mano.
Yo también me arrepiento de no haberte dicho cuánto te quería, de cuánto te quiero. La gente está empezando a hablar de ti en pasado, como si nunca hubieses existido. Ellos aceptaron tu muerte, yo no: no creo que lo haga algún día. Nuestro grupo de amigos no me habla, ellos saben tan bien como yo que si estás donde estás es por mi culpa. Nunca fuiste invisible para mí Winnyfred. Antes de haberme visto tu a mí por primera vez yo ya me sabía la posición de los lunares de tu brazo derecho. Gracias por los recuerdos y por amarme tanto como yo te amo. Solo se algo con seguridad: te amo. Estoy jodidamente loca por alguien que ya no está. Y duele, y lo siento. Nunca te olvidaré, no hace falta que lo diga. Prometo volver a venir en nuestro día. Te amo, pero ya lo sabes de sobra.

Y con la promesa a una muerta que amó —y ama— Lenna se fue. Igual de rápido que Winnyfred cuando murió. Nadie sabe qué existe detrás de la muerte o si quiera si existe algo, pero si existiera algo, en este momento justo Winnyfred estaría sonriendo porque ahora podría descansar en paz sabiendo que, Lenna también la quiso con toda su alma.

Fin


nota de autora

*UCI: unidad de cuidados intensivos

Segunda parte: Scared ya en mi perfil.

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