Romeo hablaba sobre su nueva mascota, un conejo blanco, al cual le había puesto de nombre Hámster. Natalie estallaba en risas mientras yo me mordía el labio para contener la risa. Los tres nos adentrábamos a la cafetería luego de una larga e intensa clase de trigonometría. Cuando entramos nos dirigimos directo a recoger nuestros almuerzos, luego de cinco rápidos minutos nos sentamos junto a los chicos en nuestra mesa.
Juan jugaba con los tomates de la ensalada en gesto despreocupado.
-¿Problemas con la ensalada?- Le pregunto sentándome a su lado.
El me mira y sonríe, nos damos un corto beso.
-No, solo ya no tengo apetito.
Le doy una mirada de sorpresa y el se encoge de hombros.
-Tal vez la pizza de anoche te hizo mal, suele pasar.
-Tal vez...- Repite haciendo una mueca.
Yo abro mi refresco y le doy un sorbo, Juan le da un vistazo a su móvil sin decir nada.
-Fue dulce de tu parte llevarme con tu familia- Le suelto con mi voz suave.
El levanta la vista y me mira, luego curva una leve sonrisa que desparece en segundos.
-Tenía que estar seguro, cenar con mi familia es cosa seria- Suelta una leve risita- Sabia que era el momento justo.
Le acaricio suavemente su mejilla, mirándolo embobada.
La yema de mis dedos en contacto con su aterciopelada piel, nuestros ojos conectados.
No hace falta decir ninguna palabra. Sus ojos Cafes que me producen cosquilleos en el cuerpo, su tacto tan delicado.
Siento que me absorbe a otro mundo, a un mundo en que solo estamos él y yo. Sin tiempo, ni personas. Siendo nosotros mismos, amándonos el uno al otro. Todo es tan perfecto...
-_______... ¿podemos hablar?- Dice una voz obligándome a volver a tierra.
Pero no es la tierra en la que desearía estar, porque cuando volteo me encuentro con Steve.
Parpadeo varias veces para ver si verdaderamente es él, su cabello dorado esta alborotado y sus ojos azules me miran fijamente.
Noto el cuerpo de Juan tensarse a mi lado, consumido por la ira. Nos invade un silencio incomodo, toda la mesa me mira aguardando mi respuesta.
-¿Qué sucede, Steve?- Le pregunto aun inmóvil.
-Necesito que hablemos, será rápido - Me giro para encontrarme con Juan, sus ojos se han oscurecido por la furia y algo me dice que no me dejara sola, que no lo permitirá.
Nuestros ojos se encuentran y noto la preocupación, se que teme por mi vida, que no puede permitirse que algo me suceda.
-Todo estará bien- Susurro.
Sus ojos se cierran por un instante.
-Sera rápido, lo prometo.
Suelta un largo suspiro y eso me dice que no confía en Steve pero si en mi, que solo por esta vez me dejara.
Me pongo de pie lentamente, vuelvo a mirar a Juan que me mira fijamente, yo asiento y él me suelta la mano.
Me vuelvo hacia Steve y me acerco lentamente, curva una leve sonrisa.
Tiene una camiseta de mangas largas, gris y con cuello de pico.
Tiene sus mangas arremangadas dejando sus antebrazos completamente a la vista.
Algunas venas se le resaltan, como si estuviera conteniéndose de algo.
-Le tocas un pelo y prometo que no te dejare con vida- Amenaza Juan en voz baja.
-No solo él, todos nosotros- Completa Antoni con la mirada odiosa.
Steve se limita a contestar, me hace un gesto para que salgamos hacia afuera.
Caminamos en silencio, el parece estar discutiendo mentalmente.
No sabe qué hacer, ni que decir. Por lo que lo miro fijo y hablo:
-Habla, Steve, ya me tienes aquí.
El me mira y asiente, sus manos se mueven deprisa, está nervioso.
-Yo-yo- Tartamudea- quiero que sepas... que te extraño- Dice por fin.
Respiro hondo y miro a Steve a los ojos, es momento de poner las cartas sobre la mesa.
-Steve, yo... te agradezco tu confesión, sé que es muy importante para ti. Pero no puedo decirte que yo también te he extraño, porque sería una mentira-
El baja la cabeza, dolido. Yo me desespero, no sé que más decir:
Pero...- Me mira a los ojos, esperanzado- estoy agradecida de todo tu cariño y apoyo, nuestra relación fue algo que no voy a olvidar.
El asiente, comprendiendo que ya no puede hacer más.
-Promete que no lo olvidaras, es lo unico que me haría feliz.
Respiro hondo y sonrió, jamás creí que el glorioso Steve se convierta en este ser tan patético.
-Lo prometo, no olvidare lo nuestro.
El me abraza y siento como su cuerpo se tensa al sentirme, se que aun me quiere.
Nos retiramos y él me mira con ternura, luego ve por encima de mi hombro y de su cara se borra la sonrisa. Me doy vuelta y veo a Juan, está apoyado contra una de las paredes, mirándonos fijo mientras toca delicadamente su labio inferior con su pulgar.
-Deberías irte- Le sugiero- Juan no permitirá más de cinco minutos.
Suelta una leve risita, me mira por última vez y se marcha.
Lo miro por última vez, alejarse por los arboles. Intento que no me duela pero siento su despedida, siento como termina un gran capitulo.
Suspiro hondo y me vuelvo hacia Juan que me mira seriamente, estudiando mis ojos.
-¿Se puede saber que quería?- Pregunta Juan cuando me acerco a él.
-Cerrar un largo capítulo de mi vida...- Contesto mirando hacia el bosque, despidiéndome de Steve.
ESTÁS LEYENDO
Cambios (Maluma & Tu) *Terminada*
Teen Fiction(tn) vivas rondón es la típica chica popular de diecisiete años que tiene todo lo que cualquier chica quisiera; ropa, autos, dinero, novio, belleza y un gran cuerpo que mostrar. Junto a su grupo de amigo se encarga de hacer miserable el resto de los...