Capítulo #50: "Verdades."

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*Maratón 04/04*

Estaba apoyada en la barandilla del balcón, mirando la cuidad desde la gran altura cuando las grandes manos de Juan me tomaron por la cintura, girándome para vernos cara a cara. Yo sonreí ante su tacto. Apoye mi mano en su hombro, intente esconder la mano enyesada detrás de mí pero fue inútil, el me la tomo con su gran mano delicadamente. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, no quería oír su pregunta, no quería arruinar el perfecto momento.

-¿Qué sucedió?- Pregunto delicadamente, sin dejar de mirarme a los ojos. Yo retire mi mano de su hombro y le sonreí, intentando esconder mi nerviosísimo.

-Me caí- Mentí. Sonreí pero su cara seguía firme, demostrándome que no volvería a creer la mentira. Era imposible que cada vez que nos alejábamos, yo apareciera lastimada. Aunque esta vez había ido demasiado lejos, el yeso lo demostraba, el daño era mayor que cualquier otra herida.

-Quiero la verdad- Me dijo firme, sin dejar de mirarme con sus ojos que ahora estaban más oscuros- Ahora.

-Esa es la verdad- Hable con la voz cortada.

Soltó un bufido, enfadado.

-Solo quiero saber que no es lo que creo- contesto, intentando tranquilizarse.

-¿Qué crees?- Pregunte, ahora mas temerosa que nunca.

-Que...- Me tomo la mano herida entre las suyas- Fuiste tú misma la que te causo este daño y que el... culpable he sido yo.

Guarde silencio, no podía contestar. No podía decirle que era cierto, eso destruiría la mágica noche que había planeado. Destruiría su relación y con eso su amor hacia mí. Todo se rompería, dejando solo recuerdos de una felicidad pasada. Una felicidad que jamás volverá.

-¿Entonces es cierto?- Pregunto, ahora mirándome fijo.

El silencio valía más que mis palabras. Su mirada se tenso, lleno de ira- ¿Desde cuándo lo haces, _______?- Grito alterado- ¿Por qué rayos haces esto? ¿Te quieres suicidar? ¿Qué esta mal?- Sus palabras pegaban contra mi pecho, las lágrimas caían sin control- ¡Habla por favor!

-Juan... yo- Hable en sollozos- No sabía lo que hacía...

Se llevo ambas manos a la cabeza. Furioso.

-¡Nunca debí dejarte venir sola a New York! ¡Sabia que algo andaba mal!- Me grito, consumido por el odio y la ira. Por su mirada supe se sentía culpable, que no podía perdonarse a el mismo haberme dejado sola aquel día. Sentía que falló al no darse cuenta del daño que yo me hacía. Y yo me alteraba, no podía pensar en que el sufra por mi culpa. Yo era cien por ciento responsable de

Llorando sin control, con mis pequeñas manos rodee su cara.

-Mírame, Juan, por favor- Suplique, obligando a mirarme. Sus ojos verdes estaban cristalizados, consumidos por el miedo, el odio y la culpa. Y yo no podía sentirme peor. Mas lagrimas cayeron por mis ojos- No fuiste tú... fui yo- Susurre, el nudo en la garganta apretando con fuerza.

-¿Qué pensaste...?- Pregunto, una lagrima cayendo por su mejilla izquierda- Solo debías llamarme y yo estaría aquí para ti, _______, esta no era la única solución. ¿Qué pasaría si te hubieses hecho más daño y te perdía para siempre? ¿No entiendes que eres mi vida? ¿Qué te amo con todo mí ser?-

Asentí débilmente.

Tomo mi brazo enyesado y corrió el vendaje para ver la cicatriz. Cerré los ojos con fuerza cuando su dedo paso delicadamente por la herida, era terriblemente doloroso.

-No lo hagas...- Suplique- Duele.

Toco la herida por varios segundos mas, casi en estado de Shock, era peor de lo que se esperaba.

-¿Hay más?- Pregunto, mirándome fijo.

Asentí débilmente, destruyéndome por dentro.

-Muéstrame- ordeno.

Saque mis manos de su pecho y delicadamente subí mi vestido, dejando a la vista todas esas cicatrices que me acompañaban hace tantos años. Viejas y nuevas. Todas juntas demostrando mi infelicidad.

Juan las aprecio con dolor, como si cada una de ellas fuera una daga en su corazón. Luego tomo su dedo pulgar y las rozo delicadamente, sintiéndolas, yo deje que lo haga. Estas ya no dolían.

-Yo...- Dijo, horrorizado- Necesito pensar.

Se dio media vuelta y se marcho antes que yo pudiera retenerlo.

Lo vi hacerse paso entre las personas y salir del apartamento. Hecha añicos, me deje caer al frio piso del balcón. Rezando para que no se marche otra vez, para que no me deje. Si lo hacía, yo no sabía cuánto tiempo más duraría viva.

Abrase mis piernas y escondí mi cara dentro de ellas, ocultándome del mundo como una niñita pequeña.

El agua caliente que caía por mi nuca y bajaba por todo mi cuerpo me relajaba los músculos tensos. No podía dejar de pensar en Juan y en lo desastrosa que había terminado nuestra velada.

Volví a meterme debajo de la humeante ducha, intentando que el agua borre todos los espantosos recuerdos. Hacia dos horas que se había marchado y dudaba que regrese, sus ojos horrorizados se repetían en mi mente una y otra vez. Lastimándome al saber que él estaba sufriendo por mi culpa.

La barra de plástico vibro y la cortina de baño fue removida, su gran altura extendiendo sobre mí, colándose desnudo a mi ducha.

-Hola, linda- Dijo Juan con su ronca voz.

-Volviste...- Susurre, llena de felicidad. Sus ojos ahora volvían a estar cafés y hasta podía notar una leve sonrisa en su rostro. Lo primero que hice fue abrazarlo, el me rodeo con sus largos brazos. El agua humeante corriendo sobre nosotros. Bese su pecho desnudo, sintiendo su calor en mis finos labios.

-Siento haber actuado de esa forma...- Susurro sensualmente en mi oído- Te amo y solo quiero protegerte.

-Perdóname a mi...- Dije mirándolo fijamente.

-No volverás a hacerlo- Me hablo rodeándome con sus manos las mejillas- Porque a partir de ahora jamás te dejare sola, estaré cada vez que lo necesites, princesa. Encontraremos la forma de que... no vuelva a suceder- Dijo omitiendo la palabra "corte", parecía dolerle el pecho cada vez que pensaba en las heridas.

-Gracias...- Susurre rodeando su cuello con mis brazos.

Me acerque a él para volver a besarnos. Nos besamos con deseo y pasión, dejando el mal rato atrás. Sus manos subían y bajaban por mi espalda desnuda mientras yo enredaba mis manos entre sus húmedos rizos. Su mano bajo hasta mis cicatrices y las toco delicadamente, despidiéndose de ellas. Despidiéndose de un mal capitulo de mi vida.

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Ha tan solo seis capítulos para llegar al capítulo final :3.


Cambios (Maluma & Tu) *Terminada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora