Capítulo 17

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En cuanto escuchó ruido proveniente de una de las habitaciones supo que Grant había despertado. Escuchó unos pesados pasos y posteriormente escuchó su puerta abrirse. Se tensó y se adentró en la primera puerta que encontró. Estaba oscuro, presionó sus párpados e intentó fundirse con la pared. Escuchó como bajaba el agua del inodoro, lo escuchó tararear y luego escupir, y luego seguir tarareando. Lo escuchó dar un par de vueltas más y luego sus pasos se perdieron en dirección a la primera planta. Sólo entonces abrió los ojos y se giró a mirar. Parecía ser algo totalmente de otro mundo. Había armas reales ahí. Cosas que sólo había visto en videojuegos, pero eran reales, se notaba. Recordó que en varias entrevistas Grant había dicho que era un fanático de las armas, y se notaba bastante.

Por alguna razón se acercó a una estantería y de ella tomó un revolver que quedaba bastante bien en su mano. Tal y como había visto en la televisión se preocupó de ver que estuviera cargado antes de guardarlo en el bolsillo de su chaqueta. Sólo quería charlar, sí. Pero no sabía si Grant quería charlar solamente.

Intentando no hacer ruido avanzó por el pasillo hasta la última puerta, la cual estaba entreabierta. En el interior vio una cama deshecha y algunas prendas de ropa esparcidas. Claramente era la habitación de Grant. Entró entonces y encontró un lugar bastante cómodo junto al enorme armario, al parecer era un punto ciego desde la puerta. Cerró sus ojos entonces para intentar calmarse, sentía su pulso cardiaco disparado a las nubes y sus latidos retumbaban en sus oídos. Fuese cual fuese el camino que tomara, sabía que era el final.

De algo.

O de alguien.

No supo cuánto tiempo pasó hasta que Grant regresó a la segunda planta, pero sus piernas estaban entumecidas y el nerviosismo había sido reemplazado por ansiedad. Presionó sus párpados y contuvo el aliento.

— ¿De quién nos escondemos? —la voz de Grant vino de un lugar bastante cercano. Abrió los ojos y giró el rostro, efectivamente ahí estaba, a solo un paso de distancia, vestido sólo con pijama veraniego. Sus labios sonreían, pero sus ojos no habían recibido tal orden y le miraban severos, atravesando su cráneo.

Gerard intentó dar un par de movimientos aprendidos en su mundo de ensueño. Su codo salió disparado en dirección al rostro de su contrincante, pero Grant fue más rápido y golpeó una zona del mismo, provocándole un dolor que le hizo estremecerse por completo. Presionó fuertemente el arma en su mano contraria y una bala salió disparada en dirección al enorme ventanal, el cual se quebró con un estruendoso ruido.

Antes de que los últimos trozos de cristal fuesen a parar al suelo volvió a disparar, esta vez su bala fue a dar a una de las piernas de Grant quién sorprendido cayó de rodillas al piso alfombrado. Jadeante, Gerard se apartó de él, cargando el arma una vez más.

— ¿Qué me hiciste? ¿Qué le hiciste a mi hermano? ¡Frank!

— Supe que Frank murió, ¿fuiste tú? —la sola mueca en el rostro de Gerard le dio la respuesta. La pierna izquierda de Grant sangraba de forma profusa, pero de todos modos logró ponerse de pie y sin temer darle la espalda regresó a la cama. Se estiró para tomar sus jeans y sin prisa le quitó el cinturón para posteriormente anudarlo en torno a su pierna. Jadeante volvió a estirarse sobre sí mismo, dedicándole una vez más esa sonrisa gélida— Da igual... da igual... Frank era sólo un cascaron vacío. Hace mucho tiempo abandonó ese cuerpo. Lo usé... lo usé para escribir otra historia antes y como todavía quedaba algo de él, pues, lo reusé en tu historia. Casi todos los... tus amigos, pasaron por eso. Excepto claro, por Robert, Lindsey y, bueno, tu hermano.

— ¿Mikey va a despertar?

Gerard presionó su cuerpo contra la pared, ambas manos estaban sosteniendo el arma que apuntaba de lleno en la cabeza de Grant. Podía matarlo cuando quisiera, pero primero debía escuchar cómo salvar a su hermano. Eso era lo importante.

tales from (i)reality • frerardWhere stories live. Discover now