Extra

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          Sus pasos eran rápidos y totalmente confiados. Sentía una extraña brisa golpeando su rostro, con diversos aromas dulces y un frescor que no recordaba haber sentido nunca. El sol golpeaba su cabeza, pero no era la presencia molesta que sentía siempre. Era agradable y se sentía gustoso de recibirlos después de haber pasado todo el día encerrado en una enorme sala con personas silenciosas en ellas y un anciano que no hacía otra cosa más que hablar. Ningún vidrio en las ventanas estaba quebrado, ninguna baldosa se había desprendido del suelo, no había arena en ninguna parte.

Y en su bolsillo un intercomunicador con una gran pantalla vibraba sin descanso. En la pantalla leía una sola palabra que hacía años había dejado de tener sentido para él. "Madre" ¿Quién era? ¿De qué iba todo eso? Volvió a guardar el artefacto y alzó la mirada. A través de una calle con vehículos yendo de un lado a otro, entre una multitud que con prisa avanzaba a su destino, vio un rostro familiar. Su piel estaba surcada por arrugas y en su cabeza no había cabellos. Intercambiaron una mirada y él sonrió. Había malicia en su sonrisa. De pronto se sintió intranquilo y se forzó a sí mismo a despertar de aquel extraño sueño.

Su espalda estaba húmeda y respiraba acelerado. Llevó una mano a quitar sus rojos cabellos de sobre su frente y paseó la mirada por la amplia cueva bajo tierra en donde estaban refugiados. Podía escuchar ruidos provocados por los generadores de energía, también el dormir de gran parte de los muchachos del grupo a través de la piedra, en otras cuevas similares a esa, y junto a él, compartiendo el mismo colchón, estaba Ghoul que seguía durmiendo plácidamente. La cicatriz en su mejilla era una de las cosas más llamativas a causa de la escasa luz natural que se reflejaba en la piel de la zona, y uno de sus dedos delineó la extensión de esta, como si de ese modo fuese a tranquilizarse con mayor rapidez.

Vio una mueca surcar el rostro de su pareja y luego frotarse sobre uno de sus adormilados ojos. Lo vio parpadear con pereza, y luego el brillo en sus ojos fue más llamativo que esa cicatriz.

— Poison... ¿Qué haces despierto? —preguntó con su ronca y adormilada voz. Y Poison estuvo a punto de olvidar su sueño a causa de las repentinas sensaciones en su abdomen, y un poco más abajo.

— Tuve un mal sueño —respondió, pellizcándose así mismo para centrarse.

— ¿Qué soñaste? —preguntó Ghoul.

Poison se acomodó sobre la cama y regresó a los brazos de su pareja, rodeó su cintura y apoyó la cabeza sobre el desnudo pecho ajeno. Cerró sus ojos y por instantes se dejó mecer por la calidez del cuerpo amado y esos latidos cardiacos que adoraba escuchar. Un nuevo suspiro atravesó sus labios, y entonces habló. Le contó sobre aquel extraño mundo lleno de árboles y cantar de pájaros, de aquel enorme edificio con apariencia de una de esas ya extintas escuelas y vidrios totalmente perfectos, de aquellas personas totalmente ajenas a todo, y de Korse en medio de la multitud.

— Está muerto, Poison —dijo Ghoul cuando llegaron a esa parte—. Yo mismo lo hice.

— Lo sé. Lo vi —suspiró Poison—.Pero... él nos ha engañado antes. ¿Qué si está vivo? ¿Qué si no murió totalmente y está vivo en algún otro lugar?

— ¿Otro lugar? —Preguntó Ghoul— ¿Qué otro lugar? ¿A qué te refieres?

— Nada... —Poison sacudió la cabeza— Son tonterías, no me hagas caso.

— Poison.

Él suspiró. Aunque fuese una idea tonta debía decirla.

— Me preguntaba... bueno, no es primera vez que tengo este sueño. No este mismo sueño —se apresuró a aclarar—, sino que sueños de este tipo. Veo otro mundo... uno que no existe aquí, o que sí existe pero no está tan deteriorado como este. Allá no hay mal como aquí, o al menos parece no haberlo. Allá son libres... soñé con un hermano y una madre de rostro amable. Soñé con cosas que sé que nunca he tenido. Es todo...

— ¿Cómo si fuera otro mundo? —finalizó Ghoul. Mientras Poison hablaba había cambiado de posición y ahora estaban frente a frente, una de las tatuadas manos de Ghoul recorría los rojos cabellos de su pareja.

— Así es —Poison asintió—, otra realidad...

— Son sólo sueños —dijo Ghoul, y selló sus palabras con un suave beso en los labios ajenos—. Son cosas que tu subconsciente desea porque nunca pudiste conocer un mundo libre, una familia. Pero eso es sólo fantasía, Poison. Al menos de momento. Nosotros estamos luchando por hacer de este mundo un lugar mejor... ya no existe Korse y pronto acabaremos con su legado. Haremos de este un mundo sin mal, tal como en tu sueño. Tendremos una familia. Pero por ahora debes concentrarte en el presente... los sueños son sólo sueños y no debes mezclar la fantasía con la realidad, porque la realidad es esta y todo lo demás no existe.

tales from (i)reality • frerardWhere stories live. Discover now