Capítulo 29

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POV. Ethan

Me desperté a las seis de la mañana, como hacía normalmente, gracias al ruido de la alarma. Me quedé tumbado en la cama, con los ojos entrecerrados y la cabeza como un bombo mientras el molesto pitido seguía sonando. Estaba a punto de levantarme a apagarlo cuando una figura femenina entró en mi habitación a oscuras, cogió el despertador, lo apagó, me dedicó una mirada furibunda y salió en silencio. Tras unos segundos de shock, me levanté corriendo y fui hasta la salita con un libro en la mano. ¿Qué? Si era un ladrón podría dejarlo inconsciente de un golpe. El caso es que estaba de pie frente a nuestro sofa, el cual estaba ocupado por una persona tapada con múltiples mantas y un edredón hasta las orejas. ¿De dónde había sacado tantas mantas? ¿Y el edredón? Me acerqué a la persona en cuestión con la intención de descubrirle el rostro cuando una voz ronca procedente del interior de las mantas me detuvo.
- Me tocas y estarás preparando tu propio funeral, pelirrojo.
Yo esa amenaza la había oído antes.
- ¿Gin?- pregunté extrañado.
- Si, y ahora lárgate y déjame dormir en paz.
- Tienes voz de camionero por las mañanas.- comenté divertido. Mi amiga gruñó/suspiró y se dio media vuelta para quedar con la cara oculta entre los cojines. Dejandome una perfecta visión de su trasero.
- Ethan o Erick, no se quien eres que con la luz apagada no veo una mierda, pero deja de mirarme el culo y veteee.- gimió alargando la e.
- La luz está encendida.- dije obvio y fruncí el ceño.
- Ya, pero mis ojos están cerrados así que sigo sin ver nada.
- Ábrelos.
- No quiero.
- Ábrelos.
- Soy vampiro, la luz me convertirá en polvo.
- Ábrelos.
- Me da demasiada pereza.
- Ábrelos.
- Joder que pesado eres Ethan.
- Ábrelos.
En todo aquel tiempo que estuvimos discutiendo me había ido acercando a ella a la par que rodeaba el sofa, asi que en aquel momento, si me agachaba, vería su rostro.
- No abriré los ojos, petardo.
- Ábrelos.
- Que noooo hosstiaaa.
- Muy bien.
Ella abrió los ojos justo en el momento en el que la empujé con fuerza hacia el suelo, fuera del sofá, hecha un amasijo de brazos, piernas y mantas. Gruñó.
- Pareces un perro de tanto gruñir.- comenté distraído mientras iba recogiendo todas las mantas que estaban en el suelo, a su alrededor y en el sofá. Ella gruñó de nuevo y solté una carcajada. Escuchamos pasos torpes y me di la vuelta para contemplar a Erick equipado tan sólo con unos boxers y con los ojos cerrados.
- ¿Con quien hablas a estas horas, chalado?- preguntó con una mueca y la voz muy ronca. Casi daba miedo con su voz tan grave.
- Con Gin.
- ¿Gin?... ¿GINEBRA?- abrió sus ojos de golpe mirando algo a mis espaldas. Cuando me di la vuelta, descubrí a la nombrada estirándose hacia arriba para desagarrotar los músculos, lo que nos tenía tan embelesados era que estaba ataviada tan sólo con unos pantalones minúsculos de corazones y una camiseta blanca de tirantes que al estirarse le dejaba a la vista gran parte del abdomen y el inicio de un tatuaje enorme en la cadera.
- ¿Qu-que haces aquí?- consiguió cuestionar mi hermano mientras cogía los primeros pantalones que encontró. Es decir, unos míos.
- No me querían en mi habitación así que vine a la vuestra a dormir. Que por cierto, gracias a tu estúpido despertador molesto sólo he dormido tres horas.
- ¿Cómo entraste?
- En unicornio.
- ¿Por dónde?
- Por la chimenea.
- No tenemos chimenea.
- Ahora si.
Cuando me cansé de su absurdo diálogo suspiré y llamé su atención.
- Gin, en serio, ¿cómo y por dónde entraste?- pregunté masajeándome el tabique nasal con una mano.
- Por la puerta con una llave.
- ¿Quién te dio la llave?- inquirió Erick con el ceño fruncido.
- El conserje.
- ¿Y por qué te dió el conserje la llave?
- Porque se la pedí.
- ¿Para qué?
- Para entrar en mi habitación porque Chase y Aaron se habían olvidado también la suya, oye, esto parece un tercer grado y mi estómago necesita comida, ¿qué os parece si vamos a comer algo y luego si eso seguimos manteniendo esta conversación de idiotas?
Me lo pensé un rato antes de asentir.
- Vale, pero tendrás que esperar a que yo me vista, a que Erick se ponga una camiseta SUYA y a que Jack se despierte y se vista.
Ella suspiró.
- De acuerdo.... Pareceis niños pequeños.- murmuró para si la última parte, y aunque la escuché preferí no comentar nada. Estaba guardando las numerosas mantas que había sacado Gin de dios sabe dónde cuando apareció Erick completamente vestido y tras él, tratando de esconderse, Jack. Tenía el pelo todo revuelto y la piel más pálida de lo normal.
- Pareces un vampiro.- comentó la boxeadora, extremadamente divertida.
- Siii, te pareces a ese que sale en las peliculas de Crepusculo... Solo que tienes el pelo naranja en vez de oscuro... ¿Cómo se llamaba?- le secundó mi otro hermano, llevándose la mano a la barbilla y fingiendo pensar. Bueno, o tal vez no fingía porque creí que le saldría humo por las orejas de la cara de máxima concentración que estaba poniendo.
- Edward.- contesté con obviedad, poniendo los ojos en blanco. Todos se volvieron a verme, sin yo saber el por qué.- ¿Qué ocurre?
- Nada, nada.- respondieron todos a coro, apartando la mirada. Fruncí el ceño. Escuchamos un gruñido y casi no aguanté la risa al ver a Jack saltando mientras se agarraba el pie.
- ¡Ay, hostia! ¡Mi meñique!- gritó haciendo muecas de dolor y mandando miradas asesinas al sofá. Gin y Erick estallaron en sonoras carcajadas y Jack los fulminó a ellos también.
- ¿Qué hace ésta aquí?- inquirió malhumorado, señalando despectivamente a Ginebra. Ella abrió la boca, indignada, pero me adelanté para tratar de evitar la 3° Guerra Mundial.
- Vino por la noche.
Su rostro siguió impasible pero pude percibir el brillo de la curiosidad en sus ojos. Sonreí de lado y corrí a mi cuarto a ducharme y vestirme. Tardé aproximadamente diez minutos en salir vestido y limpito, y cuando llegué al salón Jack se frotaba la mejilla con el ceño fruncido, Erick sonreía como idiota y Ginebra no estaba.
- ¿Qué pasó?
- Pues que...
- Nada.- gruñó Jack, interrumpiendo al otro. Se levantó del sofá y pasó por mi lado cabreado, golpeándome el hombro al pasar. Erick puso los ojos en blanco.
- ¿Vamos a comer? Probablemente ella este ya allí, tiene el mismo apetito que un maldito oso antes de hibernar.
Dudoso, asentí y salimos de la habitación, dejando a nuestro otro hermano sumido en sus pensamientos.

Holoo!! Bueno, era para disculparme por la tardanza, tenia ya casi escrito este cap entero pero no conseguía encontrar un final adecuado, al final ha quedado esto xd La nueva portada hermosísima esta hecha por _MiayAna_ gracias linda!! :3 Besus Cibernéticos Con Sabor A Nutella Para Todooos!

Boxeadora NO busca Boxeador [Wattys2016]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora