El rey de los demonios

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- ATRAPENLA -grito un guardia-

Desiree corría por los pasillos oscuros que eran alumbrados por unas antorchas, la llama era tan baja que muy poca visión del camino se podía ver.

Los pulmones le ardían y cada respiración era una tortura, pero no iba a dejar de correr por su vida, vislumbro la curva del pasillo, se impulsó más, al llegar choco contra la pared húmeda y dudaba de que fuera agua lo que había sentido, seguido corriendo lo más rápido que podía.

Cada músculo de su cuerpo le dolía tan atrozmente, el sudor empañaba el vestido de tela rasposa que le habían dado al llegar ahí, no se detuvo pero entre su huida mantenía el oído activo y no logró escuchar nada, se detuvo para palpar entre la pared una puerta que la sacara de ahí, los nervios causaban que sus manos temblarán como las hojas de un árbol siendo mecidas por el viento. Hizo una mueca cuando toco algo pegajoso se aguanto las ganas de vomitar, siguió buscando.

Escucho voces detrás de ella, más de treinta metros si no calculaba mal, busco más rápido hasta que toco algo de metal, expandió más sus manos hasta tocar una manija, abrió la puerta y......

No era el mejor lugar para esconderse o una salida de escape, más bien era una sala de torturas con muchas armas inimaginables, todas esas armas tenían diferentes formas...

¡Dios santos! Donde diablos se había metido, escucho las veces más cerca y se apuró a buscar un lugar dentro de ahí para esconderse, miro con horror cada cuchillo, hacha, látigos, palos con filosas puntas de metales....

Poco espacio había en aquella habitación, con mucho cuidado zigzagueo para evitar cortarse. Olía a húmeda y a sangre, su estómago replico, mordiendo se el labio inferior se adentró a un pequeño closet donde había ropa negra con capuchas, como era tan delgada y pequeña no le fu imposible ocultarse.

Reprimió un gemido de susto cuando la puerta de esa habitación de abrió, tensó todo el cuerpo a la espera de no ser encontrada, las botas de los guardias sonaban bajo el suelo de concreto, se oculto más dentro de ropaje, las respiraciones de aquellos hombre la alteraban, dios la ayudara.

Esos pequeños minutos le parecieron una eternidad, cuando se fueron logró sacar el aire que había estado conteniendo.

Se pasó una mano por el brazo izquierdo donde tenía la marca de metal, le latía feo. Las piernas le fallaron y cayó al suelo, apoyó la cabeza en la pared, soltando un gran suspiro cerró los ojos.

No sabía cuánto tiempo estuvo hacia hasta que sintió el trasero entumido fue que decidió pararse, se cuestiono unos segundos si salir de ahí o quedarse, pero al final decidió salir de ahí para buscar una salida.

Sacó la cabeza para ver si veía algo, no vio nada, así que salió rápido de ahí, abrió la puerta de la habitación y fue hacia la derecha, sus pies descalzo latían y tenían unas pequeñas ampollas.

Siguió caminado y alerta, todo parecía solitario, tan concentrada en el camino no se fijo que alguien estaba detrás de ella.

Su exclamación fue ahogada cuando una mano cubrió su boca, se removió con la intención de zafare del agarre pero el hombre era grande, un brazo musculoso la apretó de la cintura haciendo que chillara de dolor, no podía respirar ya que la mano cubría su boca y nariz sentía arder sus pulmones y la vista se le nublaba, intentó evitarlo pero parecía que la inconsciencia la reclamaba, perdió el conocimiento unos segundos después.

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Se despertó con la cabeza latiendo le horriblemente, se quitó varios mechones de cabello de rostro y después se sacudió la tierra de las manos, miro a su alrededor y sólo vio tanto espacio, había unas cuantas armas sobre una mesa.

Se paró del suelo, sacudió la arenilla de su ropas, brinco del susto cuando el coro de unas voces se escucho, después unas luces alumbraron la estancia.

Abrió los ojos asustada, un montón de...¿demonios? Porqué no eran personas, algunos tenían cuernos otros varias manos, diferente tonos de color de piel.

Un hombre muy guapo, pero grande de edad, su piel blanca inmaculada, bajo un traje de diseñador, unos ojos violetas  fuertes, su rostro era hermoso, un cabello plateado amarrado aún a coleta con varios mechones sueltos por su bello rostro.... Y fue ahí cuando vio el parecido, ese hombre sobre el estrado se parecía tanto a Darrow.

- hagamos un trato pequeña humana -su voz era gruesa y tan fría que la piel se le había puesto de gallina- si logras matar a tu oponente dejare que estés libre de tortura.

Lo miro, y medito las palabras de ese hombre, ¿libre de tortura? Eso significa que seguiría ahí pero sin ser torturada. Frunció el ceño, ¿si no aceptaba que pasaría? ¿Se arriesgaría?, No, más vale prevenir que lamentar.

- si -susurro-

La leve sonrisa que curvó los labios de hombre la hizo temblar, bajo esos labios se ocultaban unos colmillos.

- déjame ver de que estas hecha Desiree -cuando el pronuncio su nombre con demasiada entonación ella pudo notar el tono lascivo-

Unas doble es puertas de metal se abrieron, tensó su cuerpo por nerviosismo. ¿La vida no podía ser peor? Con quién iba a luchar era su....

Padre....

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Nuevo cap. :)

1.-EL DEMONIO Y LA HUMANA. (Evil 1) EN EDICIÓN Donde viven las historias. Descúbrelo ahora