Capitulo 2

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Una canción te brinda oportunidades, actúa rápido.

- Tienes una llamada desde la casa del jefe de jefes- logre interpretar de labios de Natacha ya que la música de mis audífonos no me dejaban escucharla.

Asentí para hacerle saber que entendía y desconectando la música tome la llamada, no era una genio ni nada pero me imaginaba de quien era la llamada. Es una que siempre recibía a estas horas.

- Mi amorrrrrr- digo con alegría descargando el teléfono.

- Tía mary- ríe mi precioso Gabriel al otro lado de la línea- mi mama dice que no debería molestarte en el trabajo.

- Tu mama tiene problemas en su cabecita, mi ángel- suspire- puedes llamarme cuando quieras ¡es más! Creo que deberías tener tu propio teléfono y así estamos comunicados mucho más.

- Mi papi dice que no puedo tener uno todavía.

- Tus padres son unos aguafiestas.

El niño ríe y sigue hablando con migo por una media hora, me llama todos los días para contarme de cómo le va en el colegio y por supuesto, por su platónico amor. Eso hasta que su madre decide enviarlo a estudiar y despegarlo del teléfono.

Padres.

Uff.

Gabriel no solo vino a cambiar la vida de layla y su padre, sino que también la nuestra, ese pequeño bribón es capaz de adentrarse en tu piel y llegar a tu alma y corazón con tan solo una sonrisa. Nuestras vidas desde su aparición gira de una u otra manera a su alrededor y sin proponérselo nos hace ver las cosas de una manera diferente.

Es increíble saber como la muerte de una persona es la vida de muchas otras, porque eso es ese enano para nosotros, vida en su estado puro. Sale con unas ocurrencias y con su inteligencia hace que tenerlo cerca sea estar alegres sin importar las cosas que nos rodean, buenas o malas o en consecuencia, un poco de ambas.

Me hubiese gustado que su venida no fuera tan trágica, pero esto nos hace ver lo limitados que estamos de tiempo y de que aunque no podemos tomar las cosas a la ligera siempre, no podemos dejar de realizar aun las mas estúpidas de las opciones que se nos presenten, siempre y cuando sea siempre para bien.

Con esos pensamientos vuelvo a lo que me lleva enredando la cabeza desde hace tiempo, tengo veinticuatro años y aun vivo con mi primo, y aunque no sea irme a vivir con un hombre lo que más desee en este momento, si lo es conocer a alguien, cambiar la comodidad de la monotonía que nos consume poco a poco.

Después de salir del trabajo y con música de Adele, conduzco hasta la casa de mis hermanas, ahora de caro, pero aun no me acostumbro. Como éramos las únicas que aun disfrutábamos de la soltería en altos niveles. Pasábamos juntas los viernes por las noches para ver películas.

Desperdicio de humanidad.

- ¡ya voy que no estoy sorda!- escucho los horribles gritos de caro a través de la puerta- tanto alboroto para nada- siguió mascullando luego de dejarme pasar.

La seguí rodando los ojos, era una mujer imposible. Eche un vistazo al departamento, la verdad es que caro no se había molestado a cambiar ni el color de las cortinas, siempre me había gustado este lugar y me atrevía a decir que fue una señal que el departamento anterior se tuviera que quemar porque definitivamente esto era mejor.

Layla se ofusco en llamarlo el hibrido y en cualquier caso tubo la razón, el departamento no era tan viejo en sí pero lo parecía con algunos detalles muy interesantes, como la pared de ladrillos donde estaba la tv. Los electrodomésticos eran modernos y todos los muebles en madera. Me gustaba más que el mío tres veces.

El Doctor,  el ¿destino? y yoWhere stories live. Discover now