Siete días antes

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—Luke, Luke —el teñido movió suavemente el hombro de su amigo—. Despierta, es hora de ir a la escuela.

—No —murmuró el rubio quitándose de un manotazo a Michael—.  Vete y déjame dormir.

—Vamos Luke, no jodas y levántate.

El ojiazul abrió uno de sus ojos e hizo un tierno puchero.

— ¿Por qué? ¿No podemos quedarnos aquí y dormir un rato más?

Al teñido le dio un vuelco en el estómago al verlo tan adorable, pero aun así negó y le quitó las frazadas de golpe.

—Levántate, es una orden —dijo Michael con un tono demandante para luego irse del cuarto.

Veinte minutos después, Luke llegó a la cocina y se sentó junto al ojiverde. El rubio todavía tenía cara de dormido mientras se servía unos cereales y los comía en silencio.

—Tienes leche en la boca —le indicó el teñido mientras señalaba en lugar con una cuchara.

— ¿Disculpa? —Luke puso cara de desentendido.

—Espera —Michael se estiró sobre la mesa, tomó una servilleta y le limpió los labios.
Los ojos de Luke lo vieron fijamente y el pelirrojo sintió un golpe de electricidad al ver los labios del rubio tan cerca de los suyos. Se alejó de él y dijo la primera cosa que se le vino a la mente:

— ¿Ya pensaste que quieres que te regale para tu cumpleaños?

Dentro de una semana sería el cumpleaños de Luke y Michael llevaba bastante tiempo molestándolo sobre el tema. Su amistad era lo mejor que  tenía y quería demostrárselo dándole el mejor regalo.

—La verdad no —respondió Luke.

—Sólo dime y te aseguró que te lo daré —le repitió el teñido como por décima vez.

Michael y Luke eran realmente unidos. Eran amigos desde que tenías diez años, y esos habían sido los mejores seis años de la vida de Michael. Se conocían bastante y prácticamente siempre estaban juntos. Por eso no era de extrañar que Luke se encontrara durmiendo en la casa del teñido.

—Sí, cuando tenga una idea te diré —contestó vagamente Luke a la vez que miraba nerviosamente sus zapatos.

Al pelirrojo le dieron ganas de besarle la frente, pero en vez de hace eso, se levantó y se puso a lavar su plato. Cuando terminó se dirigió a las escaleras, pero antes de subirlas, se volteó hacia el rubio y lo miró con una leve sonrisa.

—Hablo en serio Luke —dijo desde el primer escalón—. Sólo pídeme lo que sea.

Birthday // MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora