DÍA #1

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DíA #1: Aeropuerto, YouTubers presumidos y mejores amigas locas.

—Sigo sin entender que es lo que yo hago aquí —refuté por enésima vez, mientras me cruzaba de brazos.

Paola, mi mejor amiga, puso los ojos en blanco y optó por ya no responder mis quejas y simplemente pasar de mí. ¿Por qué se enfadaba conmigo?, yo no había insistido en venir al aeropuerto solo para esperar la llegada de "YouTubers", ¿qué de interesante pueden tener para que haya tantas personas aquí?

—Ya están retrasados treinta minutos —dijo, nerviosa, Paola —.

—Los vuelos siempre se retrasan —respondí sin darle una pizca de importancia —.

—Si sigues así, no cumpliré el trato, _____.

—¡Venga ya!, prometiste que si te acompañaba, tú serías quien compre la pizza en la siguiente pijamada —reclamé mientras entrecerraba los ojos —.

—Bueno, ahora el trato cambió —añadió con suficiencia y con una sonrisa macabra —, al hecho de acompañarme le agregaremos no ser una pesada mientras espero a mis bebés.

La sangre me hirvió nuevamente, como odiaba que se refiera a ellos como "bebés", ya bastante grandotes estaban. Amaba a mi mejor amiga, pero definitivamente odiaba su obsesión con los YouTubers españoles.

—Debo ir al baño —le avisé —.

Paola simplemente asintió con la cabeza sin siquiera voltear a verme.

Rodé los ojos y decidí dejar de tomarle importancia al hecho de ser totalmente ignorada por mi mejor amiga.

Caminé hacia los baños del aeropuerto, que por las pocas veces que había venido, sabía que quedaban frente al aparcamiento para coches.

Mi celular sonó de repente y lo tomé para ver de qué se trataba.


Nuevo mensaje de Paola

"No demores, al parecer el avión ya está aquí, será difícil encontrarte luego entre tanta gente".


Bufé y asentí para mí misma. Maldición, en realidad necesitaba ir al baño.

Pensé por algunos segundos mis opciones, y la única que me aseguraba no demorar tanto para llegar allí, era cruzar el aparcamiento. No sonaba tan loco, ¿cierto?. Además, no había rastros de casi ningún coche en movimiento.

Dejé de darle vueltas y me decidí por seguir caminando en línea recta, cruzando el aparcamiento, y no rodeándolo como debería ser.

Bien, al parecer no había sido tan mala decisión, todo iba tranquilo y estaba a punto de cantar victoria, hasta que el rechinar de unas llantas me erizó la piel.

Me quedé congelada al ver ese coche negro que se dirigía con gran velocidad hacia mí... Bueno, tal vez no hacia mí exactamente, pero donde fuera que fuese, yo me interponía en su camino.

El claxon sonó unas cuantas veces pero me había quedado estática. Sin poder hacer nada para que mis músculos reaccionen, solo atiné a cerrar los ojos con fuerza y esperar el impacto.

¿Qué puedo decir?, fue una buena vida...

Tenía una linda familia, dos mejores amigos y una carrera en la universidad que ya iba a acabar. Lástima que hasta aquí llegué y me voy a mis cortos 19 años de edad.

Uh, la reina del drama me dicen.

—Tío, Frank, ahora si la haz liado —oí aquel murmullo y fue cuando abrí lentamente los ojos —.

QUINCE DÍAS CON ÉL - sTaXx & Tú #1°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora