9. Luke & Michael

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El teñido caminaba muy rápido y sumamente molesto por los pasillos, mientras el rubio corría levemente detrás de él para alcanzarlo.

—Mikey...

—No —Le cortó—. ¡Luke! ¿qué clase de persona con problemas mentales se levanta en medio de un exámen de física para darle un beso a su novio y decirle "me va a ir realmente mal, y te amo"?

El ojiazul rió. La verdadera razón había sido que quería saber si podía ver algunas respuestas de su novio... pero terminaron echándolos a ambos de clase.

—Hemmings, si repruebo juro que...

—Te amo —recordó el menor—, y reprobaremos juntos. ¿Qué más da? Es el último exámen del año y... de igual manera no habíamos estudiado.

El de ojos verdes alzó una ceja.
¿Habíamos?

—Creo que "habíamos" es mucha gente, Luke —suspiró—. Bien, creo que ya da igual.

—¿Me perdonas? —susurró en su oído, para después morderle levemente el lóbulo haciendo cosquillas en esa parte.

—No.

—Mikey...

—No, Luke.

—Bebé...

—Está bien —Se rindió tan rápidamente, pero era porque los besos que le daba Hemmings le causaban tantas sensaciones. Y no podía pensar con claridad.

Oh, ya habían pasado dos años. Dos años desde ese beso, desde la confesión de Chad. Dos años de que eran novios, y se amaban quizá aún más que el primer día.

El chico de cabello rojo potente rió levemente.

—¿De qué te ríes? —Quiso saber el menor.

—De nosotros —contestó—. Luke, ya vamos a ir la universidad. No falta nada.

Sonrió a medias.

—Si pasamos el examen de física...

El ojiverde rodó sus ojos divertido y le pegó en el brazo levemente.

Ese día, como de costumbre, tuvieron que quedarse una hora más en el instituto.

Quizá era la milésima vez, pero es que hasta los sacaban de clases a ambos por algo que ni fue culpa de los dos.

Así como la vez en donde el rubio rió fuertemente por alguna razón, y contagió a su novio. Y ambos tuvieron que quedarse ese día a doble castigo.

—Fue un gusto estar tres veces a la semana durante dos años aquí con usted —Había dicho el mayor dirigiendose al señor Hewer, quien era el profesor de música.

Se llevaban muy bien y tanto Clifford como Hemmings encontraban que era el mejor profesor que les pudo haber tocado para cuidarlos en castigo. Además, él mismo fue el que los echó cuando Mike se le declaró al ojiazul.

—Igualmente, Michael —Sonrió el mayor—. Extrañaré el componer música los tres, chicos. Son excelentes.

Los dos adolescentes se despidieron de su profesor para luego darse la mano y salir de ahí.

Último día de exámenes... se acabó.

—¿Crees que quedemos en la misma universidad? —preguntó el mayor de ambos.

—Apuesto a que sí, Mikey.

Ambos sonrieron, y luego de un largo beso se encontraron a dos personas que no esperaban ver juntas.

Chad, quien no habían visto desde el inicio de su relación al ser expulsado del instituto, estaba ahí junto a Calum. El moreno le sonrió a sus amigos.

—Les traje a alguien...

—Chad —susurró el rubio y luego sonrió—, tanto tiempo, hombre.

—Luke —saludó el castaño—. Saben... sé que no les agrada mucho tenerme aquí pero quería presentarles a alguien.

Un chico de cabello color anaranjado apareció. Sus ojos eran azules y estaba lleno de tatuajes. Era bastante guapo.

Lo que, al menos Mike, no se esperaba ver fue cuando ambos chicos juntaron sus manos.

—M-michael, yo... —Comenzó a decir Chad, pero el teñido, quien aún estaba en shock, negó.

—Está bien —respondió.

—Me alegro que hayas encontrado a alguien —El ojiazul sonrió.

Unos minutos más tarde en donde se despidieron con la promesa de ahora sí no volver a encontrarse, Luke y Michael retomaron su camino a la casa del menor.

—Mike, creo que hay algo que nunca te conté...

F I N.

let's be friends ✻ mukeWhere stories live. Discover now